Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y queda sana de tu enfermedad
La relación en nuestra vida es esencial, podemos decir que somos relación. No somos sin esa conexión que tenemos con Dios y de manera análoga es con nuestros padres y familia.
El día de hoy vemos cómo el rey David sufre por la muerte de su hijo Absalón a pesar de que estuvo huyendo de él para no ser asesinado. Por otra parte, resalta la buena relación que tenía con su ejército. Sus hombres confiaban en él, eran leales, y servirle les daba sentido a sus vidas.
¿Cómo siento que es mi relación con mi familia, con mi comunidad UNIVA y con Dios? ¿Qué es lo que le da sentido a la relación que tengo con ellos? ¿Qué me gustaría mejorar en mis relaciones? ¿Cómo lo puedo hacer? (No continúes sin antes reflexionar).
Sin duda podríamos preguntarle a Jesús la mejor manera de proceder y así obtener mejores resultados, y esto lo vemos en el evangelio, cuando la hemorroisa toca a Jesús y cuando, ella toca, entra en relación y de la misma manera se deja tocar por Jesús y esa fuerza sanadora que nos hace recuperar la salud y también nos reincorpora a la vida, a la relación, a la comunión.
Pidamos la fuerza del Espíritu Santo para dejarnos tocar y así vivamos en la confianza y cuidado de un hijo de Dios y también pidamos la gracia de permanecer a la fidelidad del amor de Dios.