Tú eres el Hijo de Dios
¿Cuál es mi motivación de cada día?
Sin duda podemos decir que el Padre, a través del Espíritu Santo, atrae a las personas hacia Jesús. Eso es algo natural, de Dios venimos y hacia Él vamos, pero no solo eso, sino que también en Él vivimos, nos movemos y existimos. Dios se hizo cercano, Él siempre está para nosotros, pero nosotros debemos dejarlo subir a nuestra barca para que, desde ahí, desde nuestra vida, pueda actuar tanto en nosotros como en los demás. No como el mundo nos invita, sino con profundidad desde una verdadera relación, que nos lleve a ser cada vez más como Jesús.
Pidamos la intercesión de María, ella que se dejó llenar de Dios y que su motivación siempre estuvo en miras al proyecto de salvación que Dios tenía para ella y de ella para con toda la humanidad.