“No somos más que siervos; sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer”
Solo hemos hecho lo que teníamos que hacer… Quizá podrías preguntarte: ¿qué es eso que tengo que hacer?
Debemos ser muy cautelosos de estar haciendo lo que cada momento me está pidiendo y yendo un poco más allá… Debemos saber por qué lo hacemos, todo eso debe de tener un sentido para que de verdad lo llenemos con el corazón, para que de verdad le pongamos trascendencia.
Creo que de esa manera estaremos viviendo el presente, enfocados en lo que estamos haciendo y en donde estamos. En ocasiones esto resulta muy complicado, hay muchas distracciones, pero lo mejor que podemos hacer es repetir junto con el salmista: «Bendeciré al Señor a todas horas», y pedirle ayuda al Espíritu Santo, que nos ayude a ser conscientes de que vivimos en Dios y que Dios es y está aquí, pidámosle que nos ayude a vivir en Dios mismo y de la misma manera entregarle esas distracciones, pedir por ello y volver a enfocar para poderle sacar todo el jugo al presente que a veces pasa de largo más rápido de lo que un café se enfría.
