“El Reino de Dios, no llega aparatosamente”
Amado Jesús, el día de hoy quisiera que me ayudaras a comprender tu Reino, quiero que me ayudes a dejarme seducir por tu mensaje, ayúdame a vivirlo y hacerlo presente, quiero que me ayudes a disponerme, desde el silencio de la intimidad, para que estando ahí puedas comenzar a obrar en mí. Quiero descubrirte también en mi día a día, quiero que seas parte de mi jornada laboral, en mis actividades del hogar, al compartir con mi familia y saber que, al reconocer tu presencia, desde ese momento tú comienzas a actuar y que de alguna u otra forma tu acción se podrá notar, tal vez desde sus comienzos o al largo plazo, no importa, yo solo quiero que vengas a mi vida y que seas parte de mi camino al banquete celestial. Señor mío, envíame tu Santo Espíritu para que guíe mis pensamientos, palabras y obras, que cada vez más seas tú quien actúe, que yo solo haga lo que me toca y que siempre te deje el lugar que te toca. Gracias por tu palabra y gracias por mandarme este cafecito que tanto me alegra el corazón.