Yo soy el pan de la vida
La sugerencia para hoy es tomar agua antes de dar el primer sorbo de café, aunque sea un pequeño trago… En este día, Esteban se muestra profundamente inspirado por el Espíritu Santo al priorizar la verdad y dejar de lado el miedo que seguramente lo asediaba. ¿No deberíamos preguntarnos todos: ¿Cómo puedo abrirme al Espíritu Santo? ¿Qué acciones están bloqueando su intervención en mi vida? ¿Estoy verdaderamente dispuesto a ser guiado por Él?
Creo que la mejor manera de hacerlo es vivir con integridad, cumpliendo con mis responsabilidades en el momento oportuno y con la calidad que tanto Dios como los demás merecen. Siempre debemos estar abiertos a la relación, al diálogo y al perdón, tanto con nosotros mismos como con quienes nos rodean y con Dios. Quizás esto parezca difícil, pero es lo mínimo que podemos esperar de alguien que se identifica como «católico». Esperamos lo mismo de nuestra institución, pero debemos hacerlo con la ayuda de Dios, alimentándonos del pan de la vida para nutrir nuestro espíritu y obtener fuerzas para enfrentar los desafíos de la vida cotidiana.
Hoy te invito a hacer un examen de conciencia y a buscar al padre en el sacramento de la reconciliación. No demores más en encontrarlo, ya sea después de la misa en la capilla o en cualquier momento en el sótano del edificio 4.
