¡Que Dios los bendiga abundantemente, comunidad UNIVA! Hace 700 años antes del nacimiento de Cristo, el profeta Isaías profetizó la llegada del Emmanuel, que significa «Dios con nosotros». Este «Dios-con-nosotros» revela un profundo misterio acerca de Dios y su amor por la humanidad. ¿Qué necesidad tenía Él de experimentar nuestras fragilidades, carencias y dolores? Sin embargo, Dios desea estar con nosotros, vivir en medio de nosotros, para compartir, hombro a hombro, las alegrías y los sufrimientos de la vida, y sanarnos desde lo más profundo de nuestro ser.
Este es el misterio que estaremos contemplando en los días venideros: el amor inconmensurable de Dios por nosotros. Él vino para guiarnos en el camino del Dios-con-nosotros al nosotros-con-Dios, que es la santidad y la plenitud celestial. Así como Él compartió nuestros dolores y carencias, también compartiremos con Él su gloria y su plenitud.
Los invito a reflexionar durante estas fechas y celebraciones que se acercan: ¿Realmente es este misterio el que da fundamento a nuestra alegría? ¿Las formas y contenidos de nuestras posadas y festejos tienen como centro este acontecimiento de amor salvífico? Ojalá que este tiempo nos prepare para vivir una Navidad desde el corazón, profundamente conectados con el verdadero sentido de la celebración.