“Al que mucho se le da, se le exigirá mucho”
En nuestra vida cotidiana, es común que nos enfoquemos más en lo que nos falta que en lo que ya tenemos, y hasta cierto punto, esto es normal. Sin embargo, el Evangelio de hoy nos invita a reflexionar sobre los dones que el Señor nos ha concedido a lo largo de nuestra vida, no solo materiales, y nos plantea preguntas que nos llevan a una profunda introspección:
¿Cómo he aprovechado los dones que Dios me ha dado?
¿Han producido todo el fruto que podrían?
¿Hay algún don en mí que reconozco, pero que no he puesto en práctica o he ocultado?
¿He usado algún don de manera indebida?
Te invito a que, en algún momento del día, escribas una lista de los dones que Dios te ha concedido, como amigos, salud, hijos, educación, trabajo, entre otros. Luego, reflexiona sobre cuánto has puesto estos dones en práctica y si los has puesto al servicio de los demás. Recordemos que el Hijo del Hombre vendrá en el momento menos esperado para pedirnos cuentas de los dones que nos ha regalado.