Skip to main content

Solarpunk, o la utopía del reino vegetal

Rodrigo Gómez Ortega · Egresado de la Licenciatura en Producción de Medios Audiovisuales, UNIVA Guadalajara

 

El futuro es aquella ventana incierta sobre la cual sólo podemos ver sombras y luces de lo que puede ser. Y es en ocasiones, donde lo único visible son las sombras.

Hace algún tiempo, el politólogo Francis Fukuyama escribió un libro llamado “El fin de la historia y el último hombre”, en donde relataba la victoria de la cultura sociopolítica de Occidente sobre las sociedades comunistas, en el contexto del fin de la Guerra Fría y los conflictos internos en China. El autor argumentaba que «El fin de la historia» no era la terminación de sucesos humanos relevantes, sino la obtención de un sistema político tan eficiente, que resultaría imposible conseguir algo mejor (González, 2019). Esta afirmación implicaba que los problemas sociales no surgían por los múltiples y complejos factores geopolíticos, sino porque ciertos países no eran «lo suficientemente democráticos, ni lo suficientemente liberales», imponiendo una plantilla de cómo debe de ser una sociedad, basada en los países del Norte Global (Estados Unidos, Europa Occidental, y quizás Japón). Sin embargo, pasado un tiempo, estas afirmaciones fueron desmintiéndose con el acontecer del siglo XXI (y de la geopolítica tan conflictiva de inicios de los 2000). No obstante, el contexto social no fue el único sitio en donde se intentó imponer «El fin de la historia» como estándar, sino también en la ciencia ficción.

Las utopías, distopías y el futurismo son temas recurrentes de la ciencia ficción desde el inicio del género. Estas temáticas nos permiten inventar o reimaginar el futuro a través de preguntas como “¿qué pudo haber sido?” o “¿qué pasa si todo sigue así?”, es aquí donde encontramos algunos subgéneros interesantes, compuestos por una palabra que nombra la característica principal de lo narrado, seguidas por el sufijo “-punk”, representando historias de resiliencia y resistencia ante las injusticias de la sociedad, dichos subgéneros han abarcado tantas dimensiones que actualmente podemos reconocerlos en diferentes áreas, como parte de una estética o corriente artística. La mayoría de los subgéneros de esta rama comparten una similitud, en donde siempre se plantea una sociedad muy parecida a lo descrito por Fukuyama, en donde lo único que se modifica es el grado de decadencia del sistema (o en qué punto las cosas pudieron haber sido distintas), la que más destaca, por su popularidad en los medios desde hace décadas, es el cyberpunk, que nos habla de un futuro donde el desarrollo tecnológico es tan gigantesco como la desigualdad socioeconómica, siendo la característica más notoria de esta corriente la presencia de luces de neón en todo el ambiente; sin embargo, este subgénero no es el único que existe.

Como menciona el canal de YouTube: Experimentalmx (2022), varios de estos subgéneros son el steampunk, el cual basa su estética en las máquinas de vapor y su evolución tecnológica avanzada; el bronzepunk, que referencia al Imperio romano, a través de construcciones y artefactos ultra-desarrollados con un parecido a los que se usaban en Roma antigua; el stonepunk, siendo esta la reimaginación de la edad de piedra, con elementos futuristas, como si de un reinicio se tratase; y el junkpunk, que sencillamente habla de un mundo post-apocalíptico destruído y sin sociedad. Las primeras dos ramas corresponden a historias relacionadas con ucronías de épocas donde la civilización se transformó (El Imperio romano y la Revolución Industrial), mientras las últimas dos hablan de momentos que sucederán si tomamos las decisiones equivocadas. Pero al final, todas hablan de un mismo sistema de desigualdad, nada cambia, porque el propósito de estas corrientes no es cambiar, sino adaptar nuestros hábitos a otro paraje, aunque nos cueste todo.

No obstante, creo que puede faltar una tercera categoría, una más optimista, y sobre todo, realista, que nos pueda ayudar a cambiar un poco con la representación de estas corrientes en la ciencia ficción. Es por esto, que hay que hablar del Solarpunk.

Pequeña aclaración inicial, esta columna sólo presentará una forma de observar el futuro, si busca cómo mejorar algo, puede intentar investigando por su cuenta (véase: anarcofungismo o bioarquitectura).

El solarpunk es una corriente de la ciencia ficción que surge como contrapropuesta al resto de géneros de la ciencia ficción que no contemplan al futuro como una nueva oportunidad, sino como una deprimente resignación. Este subgénero, por su parte, nos habla de la necesidad de cambiar nuestros viejos y obsoletos sistemas, así como mejorar nuestra relación con la naturaleza. Para esto, muchas de las temáticas usadas constan de la reducción de la desigualdad social y el intercambio de tecnologías contaminantes por biotecnología.

“El Solarpunk trata de encontrar maneras de hacer la vida más maravillosa para nosotros en este momento y dar más importancia para las generaciones que siguen, es decir, extendiendo la vida humana en el nivel de especie, en lugar de individualmente.” (Flynn, 2014)

A diferencia de otras corrientes de la ciencia ficción, el solarpunk busca generar comunidad a través de la adaptación, el ingenio y la unión, sin caer en los vicios nihilistas de otros subgéneros. La forma en la que este movimiento porta su elemento punk es utilizando la infraestructura como forma de resistencia (Flynn, 2014), permitiendo la creación de espacios más verdes, mientras se genera comunidad entre individuos. Es decir, el solarpunk ofrece soluciones, no utópicas ni distópicas, sencillamente, soluciones aplicables y posibles.

Al ser un movimiento que pretende sobrepasar las barreras de la ficción, el solarpunk se puede encontrar en múltiples actividades humanas, como el desarrollo industrial o las bellas artes, por ello su estética visual es un punto a considerar. Dicha estética está contemplada para reutilizar toda la infraestructura y adaptarla en favor de las personas, retirando elementos contaminantes o desiguales, para posteriormente avanzar y convertir cada urbanización en espacios y construcciones basadas en plantas, árboles y cualquier método renovable de obtención de energía.

Dentro de este acercamiento con la realidad, podemos encontrar el solarpunk en dos ámbitos, la moda y la arquitectura. En la primera, vemos que la moda propuesta por el solarpunk busca la funcionalidad y la comodidad, evitando la explotación y generación de recursos de la “fast-fashion” que existe en la actualidad. Por su parte, la arquitectura es el aspecto en donde el solarpunk tiene más presencia y teoría en torno a esta, puesto que este movimiento busca la erradicación de la arquitectura actual, ya que se considera que esta busca cambiar áreas verdes por concreto. Por ello, se busca un plan de 4 niveles para incorporar la naturaleza a las estructuras urbanas. El primer nivel consta de la Arquitectura Vernácula, basada en construcciones tradicionales de cada zona, adaptando el clima y las condiciones de la región para dejar de generar residuos, posteriormente el plan sigue con la Arquitectura Sostenible, la cual combina la arquitectura con las prácticas de medio ambiente. Seguido a esto encontramos la Arquitectura Biomimética y la Arcología, las cuales plantean a la naturaleza como formas de creación de urbanizaciones junto con estructuras titánicas de bajo impacto ecológico. (Solarpedia, 2022)

A mi parecer, el solarpunk es una muy buena respuesta a las visiones pesimistas del futuro, generando modelos ficticios de comunidad e integración que pueden ser utilizados a corto plazo en cualquier sociedad. Principalmente, contemplando problemas como un esfuerzo sistémico y no como una responsabilidad individual, es por ello que se puede considerar como una opción inteligente para aplicar en la mayor cantidad de espacios posible.

Fuentes consultadas:

Comunicación Sistema UNIVA

Author Comunicación Sistema UNIVA

More posts by Comunicación Sistema UNIVA