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Rompiendo paradigmas: El rol del docente

Mtra. Amanda María Rodríguez Estrada · Docente en UNIVA Guadalajara y UNIVA Online

 

El identificar las diferencias entre el actuar docente centrado en la enseñanza y el centrado en el aprendizaje, ha sido un tema de controversia en los últimos años y el propósito de esto es el de reconocer un cambio de paradigma en los procesos de enseñanza, aprendizaje y evaluación.

En el siguiente cuadro se muestran algunas características del docente según el rol en sus diferentes posturas:

Considero que el objetivo de la Reforma Integral al Sistema de Educación Media Superior (RIEMS) es la de adecuar los perfiles de los docentes con la finalidad de que estos puedan dar una mejor educación a los jóvenes estudiantes. Al manejar un mismo perfil docente centrado en el aprendizaje, se facilita de cierta manera que los estudiantes tengan la oportunidad de cambiar de escuela sin que se vean afectados sus estudios y que al final se sientan identificados y agradecidos por la atención que están recibiendo.

La intención es crear normas para que la educación sea estándar en todo el país y de alguna manera alcanzar la globalización que hoy día se exige.

También nos da un panorama general de que lo que hacemos tiene un nombre, que podemos mejorar en la práctica docente, asimismo, da la oportunidad de otorgar un servicio integral para que los alumnos estén mejor capacitados para competir en el ámbito laboral.

Después de haber leído un poco más sobre la RIEMS y algunos autores que hablan sobre este tema de cambio en la educación, me doy cuenta de que efectivamente esto surge por una necesidad de globalización y por el bajo nivel académico que se ha obtenido México en los grados de educación media superior a través de las pruebas específicas que se realizan para medir el aprovechamiento de los estudiantes. Empiezo a darme cuenta del porqué se hace necesario trabajar bajo este esquema, y lo interesante que puede ser aplicarlo efectivamente en el aula o cualquier ambiente de aprendizaje, creo que el docente juega un papel importante para que esta reforma pueda funcionar de forma efectiva, la cuestión está en romper paradigmas, involucrarnos y prepararnos para los cambios positivos que esta reforma puede ofrecer. Por supuesto que será importante establecer metas, asimilar nuevos conceptos, llevarlos a la práctica para que nuestro trabajo tenga un sentido claro, sea satisfactorio, pueda enriquecerse con las aportaciones de los alumnos y entonces logremos un sentido de pertenencia.

Al final, creo que todas las personas involucradas pueden verse beneficiadas: los alumnos porque recibirán una mayor atención a sus necesidades de aprendizaje, valores, habilidades y actitudes; los profesores porque están recibiendo una capacitación de cómo impartir los saberes y lograr un aprendizaje significativo en los jóvenes que cursan esta etapa y finalmente las instituciones educativas porque podrán trabajar bajo estándares a nivel nacional y competir a nivel internacional.

Habrá que considerar que el aspecto más importante de la reforma, independientemente de la flexibilidad y equidad que pueda darse, es la pertinencia, cuando el joven estudiante se siente cómodo en el aula, en la escuela, en su entorno y con maestros que motiven y que no sean impositivos, difícilmente dejarán los estudios y por ende los niveles de reprobación y deserción serán menores. En la medida que los jóvenes se sientan integrados e identificados con la institución en donde cursan sus estudios, pero sobre todo con los docentes que imparten las diversas asignaturas, tenderán a terminar los estudios y realizarán un esfuerzo extra para que se les reconozca.

El sentido de pertinencia no solo es importante para el alumno, sino también para el docente, pues esto propicia un grado mayor de satisfacción profesional y personal, hace que este de manera personalizada tienda a desarrollar también sus debilidades y que las competencias personales se hagan más sólidas. El sentimiento de pertenecer a una institución determinada da seguridad y puede propiciar que se realice mejor su trabajo.

Después de leer a Segura y Barr, es claro que el compromiso que un docente adquiere al ejercer esta profesión, demanda de él un cambio de pensamiento y actitud hacia el tema de la educación.

Muchas veces, un docente educa como fue educado y piensa que está bien, pero con los avances tecnológicos y el cambio generacional que se está gestando, es cada día más difícil seguir esta tendencia tradicional.

Los docentes deben capacitarse para estar a la vanguardia y hacer de su persona un ejemplo para los adolescentes en todos los sentidos. Asimismo, el cambio exige que la forma de enseñar cambie y se haga más amena a los alumnos, que se rompan paradigmas y explote al máximo sus fortalezas y que revise sus debilidades.

Romper el paradigma puede ser difícil porque implica el reconocimiento y autocrítica del trabajo que se ha venido desempeñando, de sus actitudes y aptitudes, a fin de generar un cambio en su persona, y siempre habrá resistencia a modificar algunos comportamientos y hábitos. Pero con capacitación y tolerancia el cambio puede lograrse y llegar a ser un docente de calidad, aquel que hoy por hoy demandan los alumnos.

Lo primero con lo que se debe comprometer un docente para asumir los cambios de forma personal, es reconocer sus fortalezas y debilidades, aquellas debilidades que requieren atención deben entenderse y por supuesto plantearse la mejor forma para volverlas fortalezas.

Por otro lado, para modificar las debilidades y poco a poco lograr mayor cantidad de fortalezas que el propio docente encuentra en su labor diaria, será necesario realizar cambios basados principalmente en la capacitación que pueda recibir de la propia Institución para la cual trabaja, buscar programas que se ofrecen de forma gratuita o a un bajo costo, estar dispuestos a invertir tiempo, concientizarse sobre las ventajas que esto puede implicar para su labor, el grado de satisfacción que puede obtener y algunas otras ventajas intangibles, como por ejemplo el ser respetado por sus alumnos, el trascender más allá del aula o ambientes de aprendizaje, hacer de nuestra persona un ejemplo para los adolescentes en todos los sentidos, entre otros.

En la tabla anterior, se muestran algunos de los cambios que deben lograrse para avanzar de un rol de enseñanza a un rol de aprendizaje por parte del profesor, si esto se logra, los alumnos notarán la diferencia de forma inmediata y por supuesto que tanto el alumno como docente, trabajarán más a gusto y cómodos compartiendo conocimiento. Lo que hace evidente que conforme se dan los cambios, el ambiente se hace más amigable, de confianza y se propicia realmente la generación de una comunidad de aprendizaje. El compromiso que un docente adquiere al ejercer esta profesión, demanda de él un cambio de pensamiento y actitud hacia el tema de la educación.

A lo largo de mi experiencia como docente, he visto que los cambios sobre mi actividad dentro del salón de clase han ido evolucionando, en mis inicios quise impartir saberes que inmediatamente fueron rechazados por los alumnos, pero cuando aprendí a compartir mis conocimientos con ellos y les di la oportunidad de que los analizaran, dieran su punto de vista, explicaran sus conclusiones y dudas, e incluso objetaran algunos de ellos, para mí fue más sencillo incorporar otros saberes y generar en ellos la duda para que fueran autogestivos en cuanto a su conocimiento.

Coincido en que el rol del docente debe cambiar, pues de este depende que los alumnos adquieran los conocimientos teóricos suficientes para que a su vez los transformen en aprendizaje significativo, que puedan relacionarlos con otras asignaturas, para que al final aprendan a conocer, a hacer, a convivir y a ser ellos mismos.

 

Referencias

Acuerdo número 447 por el que se establecen las competencias docentes para quienes impartan educación media superior en la modalidad escolarizada. DOF miércoles 29 de octubre de 2008.

Acuerdo número 444 por el que se establecen las competencias que constituyen el marco curricular común del Sistema Nacional de Bachillerato. DOF del 21 de octubre de 2008.

Segura B, M. (2005) “Competencias personales docentes”. Revista Ciencias de la Educación. Universidad de Carabobo. Vol. 2 No. 26. pp. 171-190
Disponible en: http://servicio.bc.uc.edu.ve/educacion/revista/a5n26/5-26-11.pdf

Barr, R. y Tagg, J. (1995) “De la Enseñanza al Aprendizaje, un nuevo paradigma para la educación de pregrado” ANUIES – SEP. No. 24

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