Samantha Ramírez · Estudiante de la Licenciatura de Animación, Arte Digital y Multimedia, UNIVA Guadalajara
La Inteligencia Artificial (IA) está causando revuelo en el mundo, y la mayoría de personas estamos un poco asustadas de lo que pueda causar en nuestras vidas e incluso empleos. ¿Será que, gracias a las inteligencias artificiales, la virtud más humana puede transmitirse en su forma más pura?, esto nos hace cuestionarnos si todo hecho con máquinas podrían considerarse un trabajo honesto o si solo es una especie de truco tecnológico para perjudicarnos.
En estos últimos tiempos ha habido avances tecnológicos que básicamente han sido diseñados para hacer nuestra vida más fácil. En el siglo XX cuando nos sorprendimos con la llegada de Internet, fue el inicio de algo increíble, pero también nos hizo darnos cuenta de lo que estábamos a punto de enfrentar. Desde entonces, hemos estado en un viaje constante de innovación y cambio tecnológico, transformando la forma en que trabajamos y vivimos.
Estos avances tecnológicos, como la inteligencia artificial y la automatización, han hecho nuestras vidas más cómodas y nuestras tareas más fáciles. Pero también nos han hecho cuestionarnos sobre nuestro propósito, y, sobre todo, qué es lo que la tecnología será capaz de hacer en un futuro. Es por esto que sostengo, lo que nos hace humanos es la imperfección.
La imperfección es un don que todos tenemos. En primer lugar, nos permite aprender de nuestros errores, como cuando te caes en bicicleta, donde nuestra victoria son los raspones en las rodillas. Además, nos hace más comprensivos con los demás, porque todos cometemos errores.
Trabajar juntos en sociedad nos permite encontrar soluciones creativas para los problemas, como lo hemos hecho toda nuestra existencia. Además, la imperfección nos hace más humildes, recordándonos que nadie es perfecto. Nos ayuda a ser flexibles ante los cambios.
Recuerdo cuando mi hermana un día me preguntó: “Sam, ¿qué es lo que tengo que estudiar que no pueda ser reemplazado por un robot para que yo no pierda mi empleo?”
Quizás nosotros destaquemos por encima de las inteligencias artificiales en el ámbito comprensivo y ético. Nunca olvidemos que los robots son una herramienta para facilitarnos las cosas, y así, poder explotar el verdadero propósito del ser humano.
Quizás estamos siendo demasiado críticos con el arte «basura» que se produce en la actualidad.
¿Recuerdan la torre compuesta por 17 cubetas de arena que caen al suelo sin más? ¿O el icónico plátano adherido a la pared con una cinta adhesiva que generó debates? Las inteligencias artificiales no podrían crear algo que encarne la imperfección y espontaneidad que a veces encontramos en el arte humano.
Estábamos acostumbrados a ver pinturas increíbles, con paisajes de ensueño y cuerpos perfectos. Pero, ¿así es la humanidad?
Ahora que las IAs pueden copiar y mejorar lo que hacemos, nos toca a nosotros encargarnos de lo que somos verdaderamente buenos: desordenar un poco y ser imperfectos.
