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La sociedad sin valores

Mtro. Juan Pablo Ruíz Huerta · Profesor del Departamento de Ciencias Económico Administrativas (CEA) y el Centro de Lenguas Extranjeras (CELE), UNIVA Guadalajara

Vivimos en un México tan dividido, en una sociedad en la que ha normalizado el enojo como estado normal y natural. Hace unas semanas vi una noticia que me sorprendió mucho, una mujer en San Cristóbal de las Casas, Chiapas golpea a su bebé de aproximadamente 6 meses porque estaba llorando quizás de hambre, sueño o incluso un malestar y esta madre, si es que se le puede llamar de este modo, en vez de abrazarlo, calmarlo y alimentarlo procede a darle un puñetazo y a asfixiarlo con una almohada, después hace un par de días me entero de una noticia que sucedió en la ciudad de San Luis Potosí donde un abogado de 45 años, peleador y experto en artes marciales, da una brutal golpiza a un joven de 15 años, mismo que se estaba ganando su propio dinero en vacaciones de verano, este hombre reaccionó así porque el empleado le pidió que esperara su turno.

Desde hace varios años vivimos en un país y sociedad violenta en donde para la mayoría de las personas, este tipo de sucesos son como el pan de cada día, es una sociedad tan polarizada y con una doble moral muy marcada, a esto se suman los asaltos en las calles o transporte público, trata de personas y asesinatos, incluso julio fue el mes más violento en los últimos dos años con 241 homicidios dolosos, ante este panorama me pregunto, ¿cuál es la raíz de este problema? La realidad es que son muchas, pero una de las más importantes es la educación, en estos momentos hay un nivel educativo muy bajo, hoy en día es un hecho que los estudiantes aprenden de forma diferente y tienen intereses distintos, pero es triste escuchar que muchos de ellos no quieren estudiar una carrera universitaria, están inmersos en las redes sociales y hoy muchos de ellos piensan que estudiar no es garantía de nada, alguna vez has escuchado la frase de hace 20 años esto no era así, claro que no, en el pasado la estructura familiar era más importante, había familias sólidas que dedicaban tiempo de calidad a sus hijos y en donde lo académico era muy importante, en donde se inculcaba el valor del respeto para docentes y compañeros, y en donde un docente era una figura respetable.

Lamentablemente, hoy todo eso ha estado desapareciendo con el paso del tiempo y es muy difícil que vuelva, debido a los cambios tecnológicos y sociales que avanzan sin cesar, en estos días hay muchas familias disfuncionales, con lo cual se hace más difícil inculcar valores; cada seis años me encanta seguir los debates presidenciales con la esperanza de revisar las propuestas de los candidatos en el ámbito educativo, y al paso de los mismos años continuo con el mismo sentimiento de vacío, debido a que no hay propuestas por mejorar el sistema educativo nacional. El mes pasado escribí un artículo donde hablaba del peligro de excluir matemáticas de los libros de texto gratuitos, hoy el problema estallo, diversos estados, entre ellos, Jalisco no utilizarán estos libros, porque carecen de aprobación pedagógica y tienen marcadas deficiencias como dejar alrededor de 20 páginas para el apartado de matemáticas, es sumamente preocupante que el gobierno desea tener estudiantes con menor nivel educativo, estudiantes que no sean capaces de construir, debatir y generar diálogos, mucho menos personas preparadas para la resolución de conflictos.

En el ámbito educativo es muy envidiable el modelo Finlandés o Japonés, podemos observar que son culturas donde existen muchos valores, y me puedes cuestionar que en cualquier país hay violencia, y la respuesta es un rotundo sí, pero son tasas sumamente bajas en comparación con el nuestro. De acuerdo a datos de la Unión Europea la tasa de crímenes en Finlandia es de 0.54 % por cada 100,000 habitantes, mientras que en territorio nacional de acuerdo con el INEGI es de 28 % por cada 100,000 habitantes, entonces tú puedes cuestionarte y darte cuenta por ti mismo de que el eficiente y robusto sistema educativo que tienen si es efectivo, porque se puede observar que los habitantes tienen un nivel de vida socioeconómico muy alto, tienen una seguridad envidiable en sus calles, respeto por la naturaleza y los seres humanos y sobre todo, observamos que son países que cuidan mucho el medio ambiente, haciendo de la bicicleta su medio de transporte más fuerte, por ejemplo.

Bajo este esquema, es mucho menos probable que las personas salgan a la calle dispuestas a golpear a alguien o dispuestas a delinquir, los extranjeros que me ha tocado conocer y con quienes tengo amistad, se sorprenden por la violencia que prevalece en México; como mexicanos nos cuesta aceptar muchas veces nuestro triste estado social, en un país dividido, molesto, y polarizado; mientras no tengamos otro José Vasconcelos considerado como el Apóstol de la educación Mexicana, y creador de la primera reforma educativa con tres ejes importantes: la educación rural, edición de libros de texto gratuitos y la promoción del arte y la cultura, o el gobierno federal se preocupe en hacer un rediseño del sistema educativo nacional, vamos a seguir en la misma línea, educación ineficiente, así como un nuevo modelo educativo cada seis años del que en realidad, nunca se tiene certeza de su funcionamiento, debido a que los desaparecen como acto de magia cada sexenio.

Finalmente, lo más doloroso de todo esto es que vamos a continuar viendo casos como el de la bebé en Chiapas o el de este hombre iracundo de San Luis Potosí y quizás otros más graves, mientras no se ataque el problema de raíz y no exista la convicción de mejorar la educación de nuestro México, seguiremos siendo este país rico en naturaleza y calidez de personas, pero a su vez, lleno de contrastes y manchado de mucha sangre.

 

 

 

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  • Quetzalli dice:

    Felicidades Mtro. Muy atinado su artículo. Después de leerlo no me cabe duda que el punto de partida para mejorar el estilo de vida mexicano es poner mayor atención al ámbito educativo. Triste es nuestra realidad donde se normaliza la violencia y dónde cada vez están menos presentes los valores humanos básicos como el respeto.