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El color de la melancolía

Salvador Vladimir Bautista Ponce · Director de Mercadotecnia en Wenova México

 

Quién de todos nosotros no se ha sentido o se siente solo a pesar de estar rodeado de numerosas personas, familia, amigos, compañeros de trabajo, etc. La soledad es un asunto serio y muchos filósofos la han defendido como un estado de superioridad, otros como un grado de necesidad para el autoconocimiento. Cada cabeza es un mundo, y es ahí cuando comienzan esos numerosos problemas que dan significado a varias cuestiones filosóficas desde hace mucho tiempo, las cuales han encontrado terreno en la psicología como una disciplina de ayuda al ente solitario, que lo ve como un asunto negativo en y para su vida.

“Cada cabeza es un mundo” versa la filosofía popular que muchas veces en una corta sentencia genera una sabiduría entendida por muchos, se comprende que somos diferentes y que de esa diferencia se generan conflictos pues somos seres sociales que necesitamos de la compañía del otro, y es aquí donde podemos encontrar una importante contradicción “la vida está llena y nos lleva a absurdos”, sin embargo, filosofar sobre ello es de vital importancia para comprender el actuar de la humanidad. Por una parte, estamos solos y por otra buscamos compañía, y al tenerla nos damos cuenta de que posiblemente esa soledad es insuperable, ya que los significados de nuestras palabras y de nuestros sentimientos no tienen correspondencia para el otro, ya que ellos mismos se encuentran en una situación similar o simplemente no se paran a reparar en las cuestiones del porqué y del cómo de la existencia.

El saber que siempre estamos solos debe ser una máxima para nuestras vidas, ya que de manera práctica quien sepa que esta realidad es imperante para todos, no esperará nada de nadie y por lo tanto no tendrá decepciones; el que se sepa solo sabrá resolver los problemas por sí mismo, pues parece que la tarea principal del pensamiento filosófico que todos poseemos es la agilidad para resolverlos, los que sepan y comprendan esta soledad metafísica tendrán mayor empatía para con los demás y para su entorno.

Y es esta contradicción un asunto que ha generado grandes obras, reflexiones, tesis. Solos, pero acompañados vamos por la vida esperando la liberación de la muerte con el consuelo de pensar que fuimos escuchados, comprendidos. “Conócete a ti mismo” la inmortal e imperecedera frase que según textos antiguos dominaba la entrada al famoso templo de Delfos; quien logre semejante proeza sabrá que nunca estará solo pues la conciencia, la razón y el soliloquio, serán sus mejores aliados para representar esas ideas, canciones o poesías que dan color a la cultura de la raza humana.

“Soledad por Libertad”

Albert Camus

Comunicación Sistema UNIVA

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