Skip to main content

Pbro. Lic. Armando González Escoto • Director de Publicaciones del Sistema UNIVA

 

El término “capillismo” busca describir una visión regionalista extrema y estrecha, es la incapacidad para captar conjuntos amplios y acabar pensando que el mundo se agota en la manzana donde vivo.

Con demasiada frecuencia incurrimos en esa visión a la hora de analizar los problemas actuales que tiene México, como si esos problemas solamente se explicaran desde nuestra propia condición o fuesen exclusiva responsabilidad del gobierno federal. Veamos algunos casos.

La producción de la energía y los medios de que nos valemos para obtenerla son hoy un problema de escala global, situado entre dos extremos: necesitamos la energía y cada vez en mayores volúmenes, pero la manera en que la procuramos está produciendo daños irreparables al planeta. Esto nos lleva a un dilema en cierto modo falso pero apremiante: ¿salvamos el presente o salvamos el futuro?

Con demasiada prontitud las energías limpias han dejado de serlo, toda vez que, a tenor de las actuales tecnologías, la producción, pero sobre todo el almacenaje de dichas energías resulta tanto o más costoso para la vida de la tierra que el uso de energías fósiles, pero ¿estaría todo mundo dispuesto a renunciar al uso de la telefonía celular, para ahorrar a la madre tierra el tóxico que generan las pilas?

La propia industria automotriz que apenas hace unos años preveía un futuro de autos movidos por electricidad, y lo sigue previendo, pasaba por alto lo que significan las pilas y, claro, el litio. Ahora las cosas se están repensando. Por lo pronto, importantes países como Australia, China, y la India, han decidido seguir extrayendo, usando y exportando carbón al por mayor, mientras que ningún país europeo está dispuesto a renunciar al uso del gas ruso, kasajo o azerbayano, mucho menos en vísperas del invierno, que ha sido cada vez más crudo en esas latitudes.

La galopante inflación actual puede verse con la misma óptica “capillista”, siendo que se trata desde luego de un problema mundial de variadas causas. En treinta años, Alemania, líder económico de la Unión Europea no había enfrentado una inflación como la que ahora tienen, semejante a la nuestra. Varios países europeos la sufren por igual, en parte porque ya se venía generando desde hace años, en parte porque los atorones provocados por la pandemia están cobrándose la factura, las cadenas de suministro se han alterado y ya sólo ese hecho ha golpeado a todas las economías, agravando de rebote el tema de la migración, que es también un problema mundial, no solamente mexicano. Pobreza y guerra en Asia menor, pobreza y violencia en América latina, pobreza y tiranía en África y el sudeste asiático, expulsan a miles y miles de personas, que deben enfrentar muros de soldados, de cercas de alambre o elevadas planchas metálicas.

Por lo mismo, ninguna solución “capillista” puede serlo, y toda crítica de esta índole solamente revela nuestra miopía. La aportación de respuestas requiere una visión global y una acción regional, menos quejas y más ideas creativas que verdaderamente aporten soluciones eficaces a corto, mediano y largo plazo, una tarea urgente que debe asumir la sociedad en su conjunto bajo liderazgos no partidistas, alejados de los personalismos politiqueros que tanto dañan a la comunidad.

 

Publicado en El Informador del domingo 21 de noviembre de 2021

expresionrd

Author expresionrd

More posts by expresionrd