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José Carlos García Álvarez · Coordinador Académico de Ciencias Comerciales

 

¡El primer paso no te lleva a donde quieres ir, pero te saca de donde estás!

                                                                                                         Anónimo

 

El día de hoy, escribo a mis alumnos, a esos que están viviendo su sueño y con los que comparto el día a día en la universidad, a los que llegado el momento de ingresar tuvieron que decir adiós a su familia, a su vida, como hasta ese momento la conocían, a ese casi 50 % de alumnos de nuestro campus, que no son de nuestra localidad, a esos que decidieron ¡Volar para ser mejores!

Es el mes de julio, estas por cerrar una de las etapas más bonitas de tu vida, la preparatoria, hasta el momento, tus únicos problemas han sido aprobar las materias que se tornan complicadas, los amoríos que no funcionaron del todo, entre otros grandes problemas que en ese momento piensas tener; pero, estás a punto de enfrentarte a un verdadero reto, uno que te transformará la vida, que te hará crecer, pero que no te promete que no dolerá, hoy más que nunca es una decisión que debes tomar desde lo más profundo de tus pensamientos, porque sea lo que sea que decidas tu vida se verá marcada por esa elección.

¿Qué harás de tu vida? ¿Te irás pal’norte?, ¿buscarás un empleo?, ¿ayudarás a tu padre en la parcela? ¿Te plantearás estudiar una carrera universitaria? Qué decisión tan grande a tan corta edad; muchas veces, pensarás que ya quieres tener tu propio dinero, que en tu pueblo no hay una universidad, trabajo, etc. Y es ahí, en ese momento, donde tu vida está a punto de cambiar.

Escucharás a todos, algunos te dirán que sigas estudiando, otros, que busques un empleo, algunos más quizá te lleguen a proponer cosas más arriesgadas, pero por primera vez en tu vida, es una decisión propia la que al final definirá tu camino; si estás leyendo esta columna es porque fuiste uno de los que decidió salir de su zona de confort, de arriesgarse a lo desconocido, de dejar el terruño en busca de nuevas oportunidades y que sea como sea, ¡lo estás logrando!, para ti mi reconocimiento, porque no es fácil, nadie dijo que lo sería, pero estás aquí, poniendo en alto el apellido de tus padres, forjando un futuro propio, buscando eso que quizá muchos de tu generación de preparatoria no se atrevieron.

Dejar la casa, la comida caliente, tus amistades de toda la vida, sin duda, es un reto fuerte, te hará reflexionar y entenderás que aquellos consejos que tus padres y hermanos mayores te daban no eran por molestar, entenderás que los verdaderos amigos no siempre son con los que te vas de fiesta, sino, aquellos que te apoyan en los momentos difíciles, que sin duda como foráneo los tendrás.

Las decisiones ahora son tuyas, nadie de tu familia está viendo lo que haces, ahora, eres responsable de a qué hora dormir, a qué hora estudiar, qué hacer con tu tiempo y tu dinero, esto regularmente puede tambalear los valores que te fueron inculcados, por primera vez eres “libre”, esto representa otro reto, ¿cómo cuidarme? ¿Con quién haré amistad? ¿Cómo puedo decir que no, sin miedo a que piensen que no encajo? Nuevamente, tú y solo tú tienes las respuestas.

Esta época del año se presta para reflexionar, para voltear atrás y ver lo que has alcanzado, entender que tu esfuerzo ha valido la pena, que tu familia, sobre todo tus padres, están orgullosos de ti por la decisión que tomaste y que aunque no los veas como antes, estás más en sus pláticas, estás más en sus pensamientos y estás más en sus oraciones, porque ellos al igual que tú, están viviendo tu proceso de crecimiento, para ellos tampoco fue fácil dejarte volar, pero lo hicieron porque saben que es lo mejor para ti, y sobre todo, porque esperan con ansia que tú correspondas a su confianza y que en un tiempo puedan ser los invitados de honor en un acto académico de graduación, donde habrá muchos jóvenes vestidos como tú, pero ellos solo te verán a ti.

“Cuando todo se te apile, cuando te andes agüitando, recuérdale a tu alma y dile cuando se llegue ese cuando, que una gorda con chile siempre te estará esperando”

Guillermo Velázquez Compositor Mexicano

Cuando las fuerzas se vayan y estés pensando en desistir, recuerda cuantas personas están detrás de ti alentándote, cuantos están a un lado acompañándote y cuantos enfrente que te han marcado un camino, cuando esas fuerzas parezcan desaparecer recuerda que es lo que te hizo estar donde estás, quizá has visto el esfuerzo de tu padre o tu abuelo por llevar dinero a casa, quizá ellos tuvieron que salir de su casa y buscar el sustento en otro país, todo para que tú pudieras cumplir tus sueños; refúgiate en ellos, sin duda tu familia siempre será pieza clave para continuar, aun extrañándolos deberás saber que lo estás haciendo por ti, pero en parte también por ellos, porque no hay cosa más bonita que sentir a unos padres orgullosos cuando vuelves de “visita”.

Las fiestas decembrinas están por llegar, es el tiempo de regresar a casa, con los tuyos, a recobrar fuerza, de convivir con aquellos que por momentos no viste tan seguido, aprovecha este tiempo, comparte, platica, ayuda, que la soberbia de estar saliendo adelante no llegue a tu mesa, ni a tus conversaciones, mantente humilde, sé buen hijo, amigo, hermano.

Sin darte cuenta, y sin que ese sea el fin, te has convertido en un ejemplo para otros jóvenes de tu comunidad, y seguramente sus padres los incitan a ser como tú, a atreverse a buscar sus sueños; entonces, sé ejemplo para ellos, que se den cuenta de que hay un mundo más allá del que conocen, que sepan que no será fácil, pero que, si será muy satisfactorio, inspira con el ejemplo, que el cambio que se está produciendo en ti sea para bien y que otros vean tu ejemplo para también ¡atreverse a volar! ¡Qué gran responsabilidad! Pero también qué gran orgullo.

Por hoy, es todo, los recuerdos me invaden, las historias vuelven a ser contadas, y al voltear la vista atrás me doy cuenta de que el tiempo ha pasado más rápido de lo que en ocasiones se piensa, reconozco y siempre reconoceré el valor de alguien que se atrevió a salir de casa en búsqueda de sus sueños, porque hace 16 años yo también lo hice, yo también salí y forjé el carácter, me enfrenté a un mundo desconocido, un idioma ajeno, costumbres, formas, amistades y actividades distintas, pero sin duda, fue una de las mejores decisiones de mi vida: ¡ser foráneo!

 

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