En el evangelio del día de hoy se nos muestran dos personas distintas, Marta y María. Nosotros nos podemos sentir identificados con cualquiera de las dos. Por un lado, María, que siente la necesidad de sentarse a los pies de Jesús simplemente para escucharlo y contemplarlo, y por otro Marta, quien estaba absorbida por los quehaceres cotidianos del hogar.
El mensaje central de este evangelio es el servicio en nuestra vida, hacer el equilibrio adecuado entre nuestro ser y hacer. Ciertamente que en una vida tan apresurada por las ocupaciones y labores no nos damos tiempo para escuchar a Jesús, para tomarnos una pausa en el día a día y evaluar nuestro caminar. Ante esto debemos pedir la gracia a Dios de que nos dé sabiduría para decidir siempre conforme a lo esencial de nuestro ser cristiano, y que el escucharlo sea el fundamento de nuestro actuar.