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Líderes de opinión

La Medicina en la Filatelia: La Vacuna

By Líderes de opinión, Voces Univa No Comments

Dr. Enrique Fernández Valadez • Profesor de Cardiología. Departamento de Medicina. Ciencias de la Salud UNIVA

 

A un año de haberse declarado en nuestro país el paciente cero afectado por el virus SARS-CoV2 se ha generado una gran esperanza cifrada en la vacuna contra esta enfermedad. Pero ¿qué es la vacuna? según la definición de la Organización Mundial de la Salud, se entiende por vacuna cualquier preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos. Puede tratarse, de una suspensión de microorganismos muertos o atenuados, o de productos derivados de microorganismos. El método más habitual para administrar las vacunas es la inyección, aunque algunas se administran por vía nasal u oral. La palabra vacuna deriva de vaca, ya que Edward Jenner uso secreción de las ubres de las vacas contagiadas con el virus de la viruela de la vaca (variolæ vaccinæ).

La viruela (del latín variola que significa grano, postilla) tenía una mortalidad y una morbilidad elevadas, cada año morían alrededor de unas cuatrocientas mil personas en Europa, y de los que sobrevivían muchos quedaban ciegos. Los abortos en mujeres embarazadas también eran frecuentes. Con la llegada de los españoles, América resultó también afectada a principios del siglo XVI. Se ha mencionado que en México murieron más de 3 millones de habitantes; un brote epidémico en el año de 1770 ocasionó una mortalidad del 14% de la población, y también se afectó el imperio Inca. Se calcula que en el siglo XX causó la muerte de más de 300 millones de personas en todo el mundo.

La viruela (smallpox en inglés) es una enfermedad viral, infectocontagiosa y a menudo mortal (con una tasa de letalidad del 30%) que ha afectado a los seres humanos desde hace miles de años. El virus causal es un ortopoxvirus, del que existen dos cepas: el Variola major (la cepa más virulenta) y el Variola minor. No existe cura ni tratamiento para la viruela, el periodo de incubación va de 7 a 17 días, siendo esta la etapa de más alto el riesgo de contagio. Sus principales síntomas son: fiebre, malestar general, cefalea (dolor de cabeza), astenia (fatiga), dolor de espalda, vómitos. Los signos se manifiestan por la aparición de un exantema pustuloso característico con unas manchas rojas y planas en la cara, las manos, los antebrazos y finalmente en el tronco. Dos días después estas lesiones se vuelven ampollas llenas de un líquido transparente que luego se convierte en pus. Ocho o nueve días después se forman costras que al desprenderse dejan cicatrices profundas, de ahí el nombre de cacarizos que se les da a las personas con las cicatrices que les quedan en la cara.

El contagio puede hacerse de persona a persona al hablar, toser o estornudar por medio de las gotitas de saliva o flügge, indirectamente de una persona infectada, incluso puede transmitirse por el sistema de ventilación de un edificio e infectar a personas en otras habitaciones o en otros pisos, también mediante artículos contaminados (fómites) como vestimenta o ropa de cama contaminada. Se calcula que cada caso primario puede causar entre 4 a 10 casos secundarios (tasa de contagio o R0). Fue erradicada en todo el mundo en 1980.

El año de 1729 la poetisa Lady Mary Wortley Montagu (1689-1762) introdujo en Inglaterra la técnica asiática de la variolización que había visto practicar en Turquía. Consistía en la introducción subcutánea de la serosidad procedente de las ampollas que deja la viruela. Tras ser inoculadas con éxito dos princesas (1722), la práctica alcanzó gran popularidad hasta que fue perdiendo aceptación por los peligros que conllevaba.

La polémica de su utilidad continuó hasta que Edward Jenner (1749-1823) publicó los resultados de su trabajo An inquiry into the causes and effects of the variolæ vaccinæ en el año de 1798 respecto a la enfermedad de las vacas y los beneficios que representaba la inoculación en el humano del líquido de las lesiones producidas por la viruela, vale la pena mencionar que este trabajo fue rechazado por la Royal Society. Este médico rural inglés había observado que las vaqueras que ordeñaban las vacas con lesiones en las ubres padecían un proceso infeccioso leve: la viruela bovina (variolæ vaccinae) que las hacía resistentes contra la viruela. El día 14 de mayo de 1796 Jenner de manera completamente empírica inoculó al niño James Phipps de ocho años de edad, con la secreción procedente de una pústula de la mano de Sarah Nelmes, una vaquera afectada de variolæ vaccinæ.  Semanas después, Jenner inoculó al mismo niño con pus de las lesiones de un enfermo de viruela humana, sin embargo, el niño no desarrolló la enfermedad y quedó a salvo de padecer la viruela. Fue así como se descubrió la vacunación. El descubrimiento iniciaba una nueva era en la medicina preventiva. La historia de la vacuna es una historia de observación científica y empírica a la vez, pero principalmente de heroísmo. Su publicación incluía los resultados de 23 casos. La vacuna descubierta por Jenner pronto se expandió por todos los países, aunque con temor y desconfianza. En España, Carlos IV, sensibilizado por la muerte de su hija la infanta María Isabel, fomentó la vacunación e incluso organizó la salida de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna hacia Asia y América.

Según Fray Bartolomé de las Casas la viruela fue introducida a México por un esclavo negro del capitán Pánfilo Narváez, quien desembarcó en Veracruz el año de 1520 procedente de Cuba, así que el año pasado se cumplieron 500 años de la llegada de la viruela a estos territorios. Aunque el obispo Fray Diego de Landa menciona entre 1515 – 1516 “una peste de grandes granos que les pudrían el cuerpo con gran hedor y se les caían los miembros a pedazos”. Los indígenas la llamaban “hueyzáhuatl” o “cocoliztli” y ocasionó una gran mortandad, causando la muerte al tlatoani Cuitláhuac. Para los aborígenes la enfermedad era un castigo de los dioses, especialmente de Xipe Totec “el desollado” deidad de las enfermedades de la piel.

La lucha contra la viruela en México había iniciado con la llegada a Veracruz del virrey José de Iturrigaray en diciembre de 1802, que vino a México acompañado del profesor de medicina don Alejandro Arboleya a quien había confiado propagar la vacuna. Este falló en su intento y no fue sino hasta el 24 de julio de 1804 con la llegada a Veracruz de la expedición facultativa bajo la dirección del médico alicantino Francisco Javier Balmis, quien conocía México por haber trabajado años antes como cirujano en el Hospital de San Juan de Dios, que se inició la vacunación.

Llevar la vacuna a América cruzando el Atlántico se había convertido prácticamente en una misión imposible, al llegar siempre degradada a su destino en ultramar porque los transportes eran lentos y no había sistemas adecuados de conservación. Llevar la vacuna de la viruela al otro lado del mar era verdaderamente un reto que nadie había logrado solucionar. Es entonces cuando aparece en la historia Francisco Javier de Balmis y Berenguer, médico del rey, con su descabellada -pero a la vez genial- idea de usar una cadena humana de cuerpos vivos como portadores de la vacuna hasta América.

De tal suerte que el 30 de noviembre de 1803 zarpó del puerto de La Coruña la corbeta María Pita, iba al mando el teniente de Fragata Don Pedro del Barco y también formaba parte de la expedición la enfermera y rectora de la Casa de Expósitos de La Coruña, Isabel Zendal Gómez que iba al cuidado de 22 huérfanos del Hospicio de Santiago de entre 3 y 9 años de edad quienes serían los agentes portadores del virus de la viruela inoculado de brazo a brazo en el viaje para mantener la vacuna a salvo. Regresaron a Lisboa en agosto de 1806, después de llevar la vacuna a Canarias, Colombia, Ecuador, Perú, México, Filipinas, China y Japón.

La expedición comenzó a vacunar al llegar a las islas Canarias, después llegó a Puerto Rico en febrero de 1804 y desde allí se trasladó a Venezuela, Cuba y el 25 de abril de 1804 llegó a Yucatán, México donde se dividió nuevamente en dos; el grupo dirigido por Balmis salió del puerto de Acapulco a principios de 1805 y llegó hasta Filipinas en el “galeón de Manila”, después a la colonia portuguesa de Macao y a Cantón, introduciendo la vacuna en Asia, el otro grupo liderado por el médico militar José Salvany fue el que recorrió los paises de América del Sur, a Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Chile y después moriría en Cochabamba, Bolivia a los 33 años de edad. Es importante señalar que se capacitó al personal médico encargado por medio de la distribución de manuales del “Tratado Histórico y Práctico de la Vacuna” y la formación de Juntas de Vacuna. La expedición concluyó en 1810.

La vacuna llegó a México por Tabasco y por Veracruz. A Guadalajara llegó el 7 de agosto de 1804, gracias a los esfuerzos de don Vicente Carro y de don José Francisco Araujo, médico de la península de antigua California. En 1913 el Dr. Luis González Aréchiga, que había estudiado en París, estableció en Guadalajara un centro vacunógeno, donde se preparó vacuna con todas las garantías y esmero.

El último caso de viruela en México se presentó en San Luis Potosí en junio de 1951, por lo que al año siguiente pudo declararse a la República Mexicana libre del padecimiento que tantos estragos causó desde su introducción al país, primero por Cozumel y en seguida por Veracruz.

Edward Jenner comentó: “No me imagino que en los anales de la historia haya un ejemplo de filantropía tan noble y grande como este (1806). Alexander von Humboldt comentó “Este viaje permanecerá como el más memorable en los anales de la historia”.

Se estima que más de 500,000 personas fueron vacunadas directamente por la Expedición Balmis y que millones de personas fueron salvadas de morir gracias a la creación de Juntas Sanitarias y Casas de Vacunación en las poblaciones por donde pasó.

En 1799 la epidemia de viruela que asoló a la Ciudad de México obligó a las autoridades civiles y religiosas a luchar intensamente por librar del contagio a la mayoría de los pobladores. El Dr. Ignacio Bartolache como catedrático de Medicina de la Real y Pontificia Universidad, escribió y publicó unas “instrucciones que pueden servir para que se curen los enfermos de viruelas epidémicas” a través de las cuales establecia como debían cuidarse los enfermos. Hacia 1780 gracias a las recomendaciones de Bartolache la epidemia fue desapareciendo poco a poco de la Ciudad de México.

La Iglesia, desde los púlpitos, hizo una importante contribución sobre el beneficio de la vacunación. Los hospitales en especial los de San Juan de Dios, se convirtieron en centros de inoculación y se llevaba un registro de las personas inmunizadas. A las medidas médicas se sumaron las de higiene, que ayudaron a que la enfermedad no se propagara con resultados desastrosos para la población.

 

En la primera mitad del siglo XIX entre 1800 y 1851 se tiene conocimiento de ocho epidemias, de las más mortales fue la de viruela, que en 1830 provocó la muerte de 2,000 tapatíos, cuando la población total de la ciudad era de 29,000 habitantes aproximadamente según la historiadora Lilia Oliver Sánchez.

 

La Organización Mundial de la Salud declaró erradicada oficialmente la enfermedad en el año 1980. Cabe mencionar que la viruela es la única enfermedad contagiosa que la humanidad ha conseguido erradicar.

 

Lecturas recomendadas

  • Organización Mundial de la Salud. Sitio web mundial. Vacunas. En: https://www.who.int/topics/vaccines/es/
  • Albert S. Lyons y R. Joseph Petrucelli. Historia de la Medicina. Américo Arte Editores. Harcourt y Landuci Editores. México D.F. p. 493
  • Fray diego de Landa. Relación de las cosas de Yucatán. Editorial Dante S. A de C. V. Mérida Yucatán México 2010
  • Julio Frenk Mora, Juan Urrusti Sanz y Ana Cecilia Rodríguez Romo. La Salud Pública. En Hugo Aréchiga y Juan Somolinos (compiladores). Contribuciones mexicanas al conocimiento médico. Biblioteca de la Salud. Fondo de Cultura Económica. México D. F. 1993. pp. 563-595
  • https://historia.nationalgeographic.com.es/a/isabel-zendal-primera-enfermera-mision-internacional_15935
  • Miguel León Portilla. Visión de los vencidos. UNAM. Edición 15ª. México. 1998
  • A. Chapa Bezanilla: Asistencia médica hospitalaria en la Nueva España, siglos XVII y XVIII. En: Favio Gerardo Méndez. La neumología desde sus raíces. Un viaje a través del tiempo. 2018 Permanyer México pp.125-164.
  • Felipe García Sánchez, Heliodoro Celis Salazar y Carlos Carboney Mora. Viruela en la República Mexicana. En Salud Pública de México. http://saludpublica.mx/index.php/spm/article/view/5623/6106
  • Juan Carlos Herrera. Balmis y el sueño de la medicina de la Ilustración. La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna. Anatomía de la Historia 2011. anatomiadelahistoria.com

La ingrata memoria

By Líderes de opinión, Voces Univa No Comments

Laura O. Robles Sahagún • Coordinadora de Alumni y Bolsa de Trabajo UNIVA

 

¿Has hecho las cosas bien? ¿Te las han reconocido? ¿Por cuánto tiempo? ¿Qué has obtenido de eso? ¿Sucede lo mismo en el ámbito personal que en el laboral?

Una vez que uno se cuestiona sobre lo que ha hecho o no en la vida, a través de una evaluación consciente e íntima de los logros profesionales, estudiantiles e incluso en lo familiar o personal, vienen a la mente esos premios recibidos, las felicitaciones, las medallas o diplomas, que después, si bien les va, archivamos y volvemos a sacar cuando hay que presentar la reseña curricular con evidencias.

Si eso es en lo personal, ¿qué será del reconocimiento que los demás hacen acerca de nuestros logros?

De acuerdo a la Pirámide de necesidades de Maslow, el cuarto nivel corresponde a las necesidades de reconocimiento. Esas necesidades, también son llamadas de estima porque son las que hacen que nuestra autoestima aumente, aportan seguridad en nosotros mismos y llegan a eliminar el sentimiento de inferioridad. Nos permiten tener esa sensación de éxito.

Todos necesitamos reconocimiento, más allá del ego. Lo recibimos desde el primer círculo social al que pertenecemos: la familia. Después lo obtenemos en las relaciones sociales. Pero desde las etapas más tempranas del individuo, se requiere del respeto y del cariño de los demás para crecer, identificando las virtudes y las capacidades para avanzar y conseguir cosas.

Es ahí donde empezamos a obtener mejores calificaciones, a aparecer en el cuadro de honor, a recibir diplomas. Más allá de las aulas accedemos a buenos trabajos, ascensos, bonos y así nos sentimos seguros de nosotros mismos y nos esforzamos hasta que llega el día en que viene alguien más y ya no recibimos tanto reconocimientos ni alabanzas a lo que hacemos. Llega el declive profesional y traspasa hasta lo personal. Hay quienes no soportan este abandono emocional y llegan a padecimientos psicosociales.

Los compañeros de escuela, de trabajo, los socios, quienes recibieron beneficios o aprovecharon cierta posición, no se vuelven a acordar siquiera del nombre de ese alguien a quien en su momento se le aplaudió, de quien hizo obras benéficas o contribuyó con los demás. Ingrata memoria, ahora es cuando desaparece.

Pareciera que los logros son temporales y siempre hay que estarlos teniendo para que el reconocimiento se siga dando, pero el cuerpo y la mente no siempre resisten tanta presión. Llegará el día en que no podremos dar más, aunque queramos hacerlo. Llegará el día en que la vida misma haga a un lado lo realizado, solo el agradecimiento y el cariño de otras personas, hará que los logros persistan en la memoria.

Esto es en honor de todos aquellos que han perdido la batalla de la vida; a todos aquellos a quienes no se les ha hecho justicia al reconocer sus logros; a quienes el tiempo no les ha alcanzado para ser reconocidos y para aquellos a quienes la ingrata memoria los ha alcanzado.

 

Publicado en La Crónica de Hoy Jalisco del viernes, 19 de febrero 2021.

La responsabilidad global de las empresas

By Líderes de opinión, Voces Univa No Comments

Francisco Javier Santana Villegas • Docente de Relaciones Internacionales; Departamento de Ciencias Económico Administrativas y Negocios Internacionales

 

Recuerdo que en la década de los años ochenta el sushi era considerado un producto exótico y de lujo, eran muy pocos los restaurantes que lo ofrecían como parte de su menú y, por lo mismo, su costo era muy elevado; hoy en día la situación es muy distinta y se puede encontrar este platillo oriental prácticamente en cualquier parte y en cualquier presentación.

Este simple ejemplo con el que inicio es un efecto de lo que hoy conocemos como globalización y, aunque existe un debate sobre sus orígenes, resulta innegable que su aceleración comenzó a notarse con el final de la Guerra Fría, a finales de los años ochenta y que trajo como consecuencia la apertura de fronteras para el libre flujo de personas, bienes y capitales que, en conjunto con los avances tecnológicos como el internet y la telefonía móvil hicieron que hoy vivamos en un mundo mucho más interconectado.

Y si bien, la globalización nos ha traído beneficios en muchos ámbitos, también es cierto que muchos desafíos que hoy enfrentamos son resultado de este fenómeno; con ello, me refiero a temas como violaciones de los derechos humanos, deterioro del medio ambiente, aumento del crimen organizado transnacional y una mayor desigualdad en la distribución de las riquezas a nivel mundial.

Ante este complejo escenario, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha promovido una serie de estrategias que convocan a la sociedad internacional a unirse para combatir estos retos con la lógica de que, al ser problemas globales, requieren soluciones globales. De esta manera, podemos remitirnos a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y, más recientemente, los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS), los cuales buscan atender problemas muy puntuales que, de seguir deteriorándose, pondrán en grave riesgo la calidad de vida de las futuras generaciones.

Estas estrategias lanzadas a iniciativa de la ONU requieren que todos los sectores de la población se involucren para el logro de los resultados y uno de ellos es el sector empresarial. En este contexto podemos identificar entre los ODS, algunos vinculados muy directamente con las empresas como el número 8 que promueve el trabajo decente para todos, el 9 que promueve la industrialización sostenible o el 12, que pretende crear conciencia sobre el consumo y la producción sostenible.

En este mismo escenario, otra estrategia que destaca por su relación directa con el sector empresarial es el Pacto Mundial de las Naciones Unidas (U.N. Global Compact) que invita tanto a grandes corporativas transnacionales como a PYMES a sumar esfuerzos para contribuir a mejorar la calidad de vida a nivel mundial.

Este Pacto Mundial está cimentado en 10 principios básicos, clasificados en cuatro categorías y que, de manera resumida, se describen a continuación1:

En el rubro de los derechos humanos, las empresas deben apoyar y respetar la protección de los derechos humanos fundamentales y asegurarse de que no son cómplices en la vulneración de éstos.

En la categoría de estándares laborales, las empresas deben apoyar la libertad de afiliación, la eliminación de toda forma de trabajo forzoso, la erradicación del trabajo infantil y; la abolición de las prácticas de discriminación en el empleo.

Con respecto al medio ambiente, las empresas deberán mantener un enfoque preventivo que favorezca el medio ambiente., fomentar las iniciativas que promuevan una mayor responsabilidad ambiental y; favorecer el desarrollo y la difusión de las tecnologías respetuosas con el medio ambiente.

Y de acuerdo con la cuarta y última categoría relacionada con la corrupción, las empresas deben trabajar contra esta práctica en todas sus formas, incluidas extorsión y soborno.

Este Pacto Global ofrece muchos apoyos y capacitación a las empresas que decidan afiliarse como parte de su compromiso para hacer de este, un mundo más sostenible, y las empresas mexicanas que deseen hacerlo pueden dirigirse a las oficinas de la Red México (https://www.pactomundial.org.mx)

En conclusión, como habitantes de este planeta, todos somos corresponsables de la situación que estamos viviendo y debemos poner de nuestra parte para rectificar el camino pensando en las futuras generaciones. Las estrategias y recursos para hacerlo existen y están al alcance de todos, sólo es cuestión de tomar mayor conciencia y poner manos a la obra.

 

Gestión colaborativa con la Coordinación de Responsabilidad Social UNIVA

 

 

 

 

Vacunas acaparadas

By Líderes de opinión, Voces Univa No Comments

Pbro. Lic. Armando González Escoto • Director de Publicaciones del Sistema UNIVA

 

Pensar antes de hablar es un principio tan viejo como poco atendido. Afirmar ante la Organización de las Naciones Unidas, que las potencias mundiales acaparan las vacunas es no advertir una serie de antecedentes que no conviene ignorar.

Si en efecto las potencias mundiales están acaparando las vacunas probablemente se deba a que esas potencias son justamente las que las están produciendo con sus recursos tanto humanos como materiales. En otras palabras, esas potencias han invertido buena parte de sus riquezas en programas permanentes de investigación científica, en universidades de alto prestigio internacional, en institutos mundialmente avalados por la calidad de sus trabajos, todo lo cual explica la enorme cantidad de premios Nobel que sus profesores han obtenido. Por lo mismo, desde hace muchas décadas, han hecho importantes descubrimientos y relevantes inventos en orden a la salud humana, lo cual explica que, en cualquiera de nuestros hospitales, la mayor parte de aparatos e instrumentos que observamos tengan patentes extranjeras, justo las de esas potencias de las que hoy se dice que acaparan las vacunas.

Se puede discutir el origen de sus riquezas, sabemos que por siglos han ido colonialistas, explotadores, agiotistas, y cuanto epíteto nos venga en gana, lo que no se puede negar es que esas riquezas, bien o mal habidas, las han sabido invertir en ciencia y tecnología, que a su tiempo y con sus condiciones, han finalmente beneficiado a toda la humanidad.

Se les puede llamar a la solidaridad, incluso a la pública caridad, pero la honestidad del tema exige que los primeros beneficiarios de las vacunas sean los ciudadanos que han contribuido con sus impuestos al mantenimiento de las infraestructuras de investigación científica que las generan, y al recto manejo de los recursos. Podemos aún así insistir en que nos ayuden, arriesgando el que nos pregunten, y ustedes ¿en qué invierten sus recursos?

Hasta cierto punto es verdad que no tenemos las enormes riquezas de las potencias mundiales, pero tampoco es que carezcamos de todo, como bien podría decirse de varios países. Tenemos riquezas tanto naturales como aquellas derivadas del trabajo cotidiano, el tema es ¿en qué la estamos invirtiendo?

México invierte sus riquezas en pago de nóminas burocráticas crecientes, en el mantenimiento de más de diez partidos políticos más los que gusten fundar, en el sueldo de diputados y senadores ociosos, en elevadas aportaciones a las universidades públicas para que sigan haciendo política, en grandes sumas otorgadas al sindicato magisterial, para que también siga haciendo política, en esa marejada de anuncios de partidos que vemos y oímos todos los días y que tienen costo, en definitiva, en nuestro país la política partidista constituye un cáncer tan grave que absorbe ingentes recursos y lo hace de manera expansiva e insaciable, por eso no tenemos producción de vacunas propias, y, en el campo de la investigación científica, solamente un solo premio Nobel, ¿con qué cara podemos denunciar el que las potencias acaparen las vacunas que producen? O ¿cómo los gobiernos de esas potencias, podrían justificar ante sus ciudadanos, el dejarlos en espera, porque hay que ayudar al país vecino, cuya pobreza en buena parte se explica por su histórica corrupción política?

 

Publicado en El Informador del domingo 28 de febrero de 2021

No somos los mismos

By Líderes de opinión, Voces Univa No Comments

Mtro. Miguel Camarena Agudo • Encargado de corrección y estilo del Sistema UNIVA

 

Recurrentemente me sucede que cuando vuelvo a ver alguna película, a leer un libro e incluso a escuchar alguna vieja canción se me revelan significados distintos. No por nada Gabriel García Márquez recomendaba la relectura de algunos libros. Supongo que el cúmulo de experiencias que uno va obteniendo con el paso del tiempo nos ayuda a ver aquellos aspectos no antes percibidos.

Se trata del encuentro de nuestra gavilla de vivencias y lo que éstas nos dejaron representados por otros, ya sea en el lenguaje cinematográfico o literario. Döblin, en un sentido más específico, escribió que el lenguaje “obliga a la realidad a manifestarse, escudriña sus profundidades y presenta situaciones fundamentales, grandes o pequeñas, de la condición humana”. Aunque a veces no estemos atentos a ellas o no podamos ver esta profundidad a la que alude el escritor polaco.

Muchas veces nos hace falta experiencia o madurez para tener un entendimiento más amplio de algunas obras artísticas. Porque leer, en un sentido más profundo, implica no sólo decodificar un texto, sino interpretar los signos del mundo. Lo cual no quiere decir que es necesario ser viejos o adultos para poder desentrañar los aspectos recónditos de las cosas. Michel Petit menciona sobre la importancia de la lectura, “era vital presentar el mundo a los niños y de qué manera los libros y los otros bienes culturales contribuían a ello; evocando la manera en que leer podía reanimar la interioridad, poner en movimiento el pensamiento, relanzar una actividad de construcción de sentido, suscitar intercambios; recordando que el lenguaje y el relato nos constituían, pero, también, mostrando que una dimensión tan esencial como “inútil” debía añadirse a la vida de todos los días, o celebrando lo imaginario”.

Quizá mucho tiene que ver el hecho de la herencia familiar o los hábitos de ésta. Una casa donde no hay libros, donde no se escucha música y no se ve cine, si bien no cancela la posibilidad del hallazgo de las múltiples expresiones artísticas, sí lo retrasa. Por eso a veces nos sucede que leemos o vemos algo y no nos dice nada ni nos evoca algo, nos parece intrascendente.

La falta de referentes literarios o cinematográficos e incluso de vivencias, nos alejan de ese encuentro y ese compartir el sentido que para nosotros tiene las diferentes dimensiones de la vida humana. Esa carencia nos priva en cierta medida de experimentar esa impronta que nos puede producir la “revisión” y el “rencuentro” con esas obras de nuestro pasado, pues estos ni nosotros, a la distancia, somos los mismos.

 

Cultivar buena semilla

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Dra. María Cristina Martínez Arrona • Jefa de UNIVA Online

 

Encuentra la bondad que ya está dentro de ti

Eckhart Tolle

Un comunicador de radio no deja de repetir que “la pandemia ha sacado lo mejor y lo peor de las personas”, ya que muchas han mostrado una actitud de amor solidario, siguiendo las medidas establecidas para evitar la propagación del virus y realizando acciones loables apoyando a personas que están sufriendo las consecuencias de esta contingencia. Pero también, hemos constatado personas egoístas y corruptas que no han dejado de aprovecharse del contexto, pese al dolor y sufrimiento, para buscar sólo sus intereses.

Es en las situaciones límite donde descubrimos aquello que hemos cultivando –consumido- a lo largo de nuestra vida, de ahí la invitación a no engañarnos: “lo que cada uno siembra, eso cosechará” (Gal 6,7). Nos podemos preguntar, a un año de contingencia: ¿cuáles son mis frutos? ¿Cómo reacciono ante la dificultad y la crisis? ¿Cuál ha sido mi actitud con los demás?

Durante este tiempo nos hemos visto en la necesidad de buscar respuestas desde la hondura y fecundidad de la fe, cambiando de perspectiva y ampliando nuestro horizonte, para ser capaces de transformar las diferentes situaciones de muerte en experiencias de vida. Estar aptos para fortalecer las manos débiles, para dar luz a los que no ven, para convertir la tierra sedienta en manantial, para cambiar la tristeza en alegría (Cfr. Is 35, 3s), para ello es necesario que “la bondad despierte en el interior para que la personalidad y las acciones ganen belleza y fortaleza” (Amma), sacando de la fuente de la vida esperanza, valor, y con ello, acompañar a numerosas personas a las que la crisis ha puesto en dificultades.

Tenemos una gran responsabilidad en la educación y generación de la cultura, la escuela está, hoy más que nunca en nuestras casas, se da a través de la convivencia cotidiana, de ahí el compromiso con nuestros hijos(as) y con las nuevas generaciones. La crisis tiene que sacar a la luz las fortalezas internas y nuestra grandeza humana, la capacidad que tenemos de superación, de transformación y de creación. Pero esto no se improvisa, se siembra a través de las palabras y acciones, de ahí la importancia de redescubrir la fuerza del diálogo y el vivir gestos, aunque sean pequeños, de compartir, de “perder tiempo” por amor a los otros.

Empecemos a cultivar desde lo pequeño. Nuestros frutos en situaciones límites nos invitan a hacer una profunda revisión de vida: ¿qué fundamento necesitamos para humanizar la cultura y construir una nueva humanidad? ¿Qué palabras, hábitos, estilo de vida hay que fortalecer? Porque, como afirma el papa Francisco, en situaciones de emergencia, dependemos de la solidaridad de los otros.

 

La libertad en las redes

By Líderes de opinión, Voces Univa No Comments

Pbro. Lic. Armando González Escoto • Director de Publicaciones del Sistema UNIVA

 

El 5 de noviembre del año 2007 dio inicio una extraordinaria revolución mediática que puso el pasado, el presente y el futuro en el bolsillo de cualquier persona que tuviese un celular. Pero si el pasado y el futuro pudieran confinarse entre los límites del acervo adquirido o por adquirir, poner el presente al alcance de todos es mucho más de lo que nos podemos imaginar. Se estaban rompiendo todos los mecanismos que las estructuras sociales habían construido para mantener el control de la información y del movimiento social.

El acontecer contemporáneo ya no podía ser noticia reservada a las elites económicas o a los gobiernos, pero también se rompían monopolios históricos en lo que mira al conocimiento académico o a la definición de los valores. El sistema “Android” que hizo del teléfono celular una vía de acceso a todas las redes sociales, democratizó la existencia humana más que cualquier revolución armada.

El impacto ha sido tan contundente que advertir sus consecuencias ha llevado bastante tiempo, haciendo que los sectores cuestionados tardaran en oponer resistencia, pero ya lo están haciendo.

El detonante más reciente fue una verdadera paradoja. Si en los años anteriores no pocos gobiernos habían caído por efecto del manejo que la comunidad, sobre todo joven, estaba haciendo de las redes sociales, como fue el caso de las “primaveras árabes” en Egipto o Libia, el 6 de enero pasado un gobierno intentó hacer el mismo juego, pero a la inversa, es decir, de arriba a abajo, convocando a sus adherentes para poner sitio al capitolio norteamericano. La consecuencia, igualmente paradójica, fue que los controladores de las redes, y no un determinado gobierno, suspendieran la cuenta del presidente Trump. López Obrador criticó la medida, sin duda porque se miró en ese espejo, y advirtió el doble filo que las redes tienen lo mismo para entronizar que para destronar.

Innumerables interrogantes surgieron a partir de estos hechos: ¿existe libertad de expresión en las redes sociales?, ¿o esta libertad es sólo para la comunidad, no para sus instituciones?, ¿quién y de acuerdo a qué criterios o normas, tienen hoy día el poder de controlar las redes?, ¿suspender la cuenta del presidente buscaba defender las conquistas de la sociedad civil, frente a los poderes establecidos? Los gobiernos están más que dispuestos a implementar normativas frente a este novedoso reto ¿de qué manera debería responder la sociedad a este intento?

Sin duda que las redes sociales se convirtieron casi sin pretenderlo, en el más amplio y universal espacio para la libre expresión de las ideas, para el intercambio de conocimientos, experiencias, datos, informes, opiniones, juicios, prejuicios, verdades y mentiras; en medios para la libre convocación de las personas, que ya no están limitadas a invitaciones vertidas por los medios de comunicación tradicionales; y todas estas posibilidades sin más límite que la capacidad técnica del celular empleado.

Pero los hechos mencionados nos han recordado que la vitalidad de las redes depende de las plataformas en que se mueven, y que estas plataformas tienen dueño, y si tienen dueño, tienen igualmente intereses ¿caminamos hacia una nueva era de oligarquías, no-políticas, y en todo caso tecnológicas?

 

Publicado en El Informador del domingo 21 de febrero de 2021.

Ama y haz lo que quieras en la pandemia

By Líderes de opinión, Voces Univa No Comments

Dr. Fernando Sánchez Martínez • Docente de Ciencias Sociales y Humanidades UNIVA

 

El amor en tiempos de pandemia ha tenido aún más complicaciones para su manifestación, para sentirle, para vivirle. Ya que las diversas actitudes hacia los demás que vemos en los noticiarios, no son alentadoras. Ello me lleva a cuestionar ¿qué es el amor?

En este artículo quisiera recuperar las ideas de uno de los grandes filósofos y teólogos, San Agustín, con su frase: Ama y haz lo que quieras.

Es decir, ¿el simple hecho de amar nos da derecho a realizar lo que queramos?

No vayamos tan aprisa, San Agustín, plantea un orden en el amor, donde Dios se encuentra en el centro de todo, por lo tanto, el prójimo. La imagen más clara del amor es Cristo en la cruz. Amar de tal manera implica sacrificio, libertad, voluntad de hacer y buscar el bien del otro, de los otros. Entonces ese amar y hacer lo que se quiera cobra sentido, ya que consistirá en amar a Dios por sobre todas las cosas y buscar la felicidad del prójimo, tratar a los demás como Dios nos ama y considera. Pero ¿de qué manera nos ama Dios? Existen muchos pasajes en la escritura que pueden darnos respuesta, pero uno por excelencia es la parábola del hijo pródigo. Ya que, si Dios así nos procura, como al hijo pródigo, entonces de la misma manera deberíamos tratar a nuestros semejantes. Pero en la actualidad ¿quién es el hijo pródigo? El que roba, estafa, viola, secuestra, engaña… pero, que recapacita y regresa arrepentido a la casa del Padre, el cual no le reclama nada, solo le entrega su amor, su misericordia y perdón, lo acoge de nuevo, porque comprende que ha sufrido mucho en su ser, en su conciencia, en su corazón.

Si viviéramos así, muchos de nuestros problemas personales y sociales no existirían. Al contrario, viviríamos centrados en aliviar los sufrimientos de la humanidad, ya que cuando hacemos caridad, es porque el amor está en nosotros, por lo tanto, debería ser motivo de alegría, ya que hemos experimentado el amor en nuestra vida, le conocemos, por eso somos capaces de manifestarlo de diversas maneras hacia el prójimo, en el cual vemos representado a toda la humanidad, y en esa humanidad está Jesús que es el Amor, al cual “no le importa si el hermano herido es de aquí o de allá. Porque es el amor que rompe las cadenas que nos aíslan y separan… amor que nos permite construir una gran familia donde todos podamos sentirnos en casa. Amor que sabe de compasión y de dignidad” (FT 62). Por eso si amas así, entonces: Ama y haz lo que quieras.

 

Referencias

Francisco (2020). Fratelli Tutti. Recuperado de http://www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20201003_enciclica-fratelli-tutti.html

Publicado en El Semanario Arquidiocesano de Guadalajara del domingo, 14 de febrero de 2021.

 

Iusnaturalismo Vs. Iuspositivismo

By Líderes de opinión, Voces Univa No Comments

Cristina González Martínez • Egresada de la Licenciatura en Filosofía UNADIS

 

Hablar de Iusnaturalismo y de Iuspositivismo, es hablar del esfuerzo del hombre por encontrar la verdad y adherirse a ella en el campo de la conducta y la legalidad, sin embargo, no siempre coinciden los caminos que emprende en su búsqueda, puesto que al momento de la teoría jurídica ambos senderos pueden bien coincidir en algunos aspectos, la dificultad se presenta en la aplicación, toda vez que la normatividad del derecho positivo llega a atropellar en algunos casos los principios de la ley natural.

Se puede definir al iusnaturalismo como la doctrina de acuerdo con la cual existen leyes, que no hayan sido puestas por la voluntad humana y en cuanto tales son anteriores a la formación de cualquier grupo social, reconocibles mediante la búsqueda racional, de las que derivan, como de toda ley moral o jurídica, derechos y deberes que son por el hecho de derivar de una ley natural, derechos y deberes naturales.

Se reconoce expresamente la existencia y validez de la ley natural, de la dignidad de la persona, sin ningún tipo de discriminación por edad, sexo, condición de salud, confesión religiosa o política, en fin, que reconoce la calidad y respeto que merece todo ser humano.

En el Iusnaturalismo existe un derecho imprescriptible a la conservación y protección de la vida, toda vez que se trata de una ley natural no impuesta por ningún orden social, político o jurídico, no genera contradicción racional y está acorde con el pensamiento metafísico que reconoce el carácter óntico de toda persona.

En el caso del Iuspositivismo se trata de una doctrina que no reconoce valor, sino a las normas del derecho positivo que regula la conducta de los miembros de una sociedad, es de tendencia estatal, política o sociológica, rechaza toda metafísica y toda idea de derecho natural. Niega la existencia de una ley natural y así mismo rechaza todo concepto metafísico de la misma.

Desde luego que es útil y necesario para el buen gobierno de los estados, en virtud de proporcionar una serie de normas que vienen a constituirse como el andamiaje sobre el cual se van regulando las relaciones de los diversos grupos sociales de los pueblos, así como la conducta de los individuos.

Desafortunadamente y precisamente por negar todo concepto metafísico y con ello la existencia de la ley natural, hay ocasiones en que la propia normatividad atropella los derechos fundamentales de las personas a pesar de abanderar amplias declaraciones y legislaciones nacionales e internacionales, en torno a los derechos humanos.

Caso concreto puede ser el del derecho a la vida, derecho primigenio sin el cual no sería posible acceder a ningún otro derecho, por la sola condición de pertenecer a la especie humana, toda persona tiene derecho a vivir, sin importar que tenga algún tipo de malformación, algún problema genético o cómo haya sido concebida; este derecho que si bien es cierto que se encuentra consignado en la mayoría de las constituciones, es abiertamente violado por la normatividad o legislación en torno al aborto.

Hay quienes niegan la condición humana del embrión desde el momento de su concepción hasta las doce semanas de gestación, a lo cual es posible contestar que ese ser vivo ha sido fruto de la concepción dada por un gameto humano masculino y un gameto humano femenino, por lo tanto, pertenece a la raza humana, se trata de un ser humano que inicia su vida.

Aun así hay quienes se atreven a negarle su condición de individuo biológico y de persona, pero entonces ¿qué es?, pues una persona es tal desde el momento de su concepción, puesto que de otra manera no lo sería nunca.

Se trata de una individualidad biológica diferente a la del padre o de la madre, se trata de un todo compuesto de partes organizadas y con un centro coordinador que es el genoma humano.

Ciertamente la ciencia determina cuándo inicia la vida de un ser biológico que pertenece a la especie humana y la filosofía cuándo es una persona, sin embargo, la dignidad de una persona es tal y merece respeto desde el momento de su concepción; la dignidad es un valor intrínseco de todo ser humano y por ella ya goza de los derechos humanos fundamentales, por lo que atentar contra su vida es atentar contra el derecho a la vida.

Este es un punto neurálgico de choque entre el Iusnaturalismo y el Iuspositivismo, en virtud de que el primero concede todo derecho a la dignidad de la persona humana y el segundo únicamente le concede los derechos legales de acuerdo con su normatividad jurídica.

En México, por ejemplo, en el Art. 1º de la Constitución se dice:

En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.

Párrafo reformado DOF 10-06-2011

Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más amplia.

Párrafo adicionado DOF 10-06-2011

 Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley.

Párrafo adicionado DOF 10-06-2011

 

Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos. Los esclavos del extranjero que entren al territorio nacional alcanzarán, por este solo hecho, su libertad y la protección de las leyes. Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.

Párrafo reformado DOF 04-12-2006, 10-06-2011

Artículo reformado DOF 14-08-2001

 

Sin embargo, está regulado y despenalizado en gran parte de la República y particularmente en la Cd. de México, entre otros casos, el aborto eugenésico y el aborto fruto de una violación.

 Uno de los argumentos que llegan a presentar algunos grupos pro-aborto y con ellos un gran número de legisladores, es que se trata de un derecho de salud reproductiva de la mujer y es sobre su cuerpo tal derecho, a lo que se puede responder, ¿es cuestión de salud el asesinato con premeditación, alevosía y ventaja en contra de un ser humano en gestación? Si se tratara del derecho de la mujer sobre su cuerpo se estaría hablando de mutilación o suicidio, pero no es así.

Sin negar la validez y bondades del Iuspositivismo para el orden y su conservación en la vida de la comunidad social y política, surge la pregunta de, ¿no será suyo un grave defecto el negar la validez y bondades del Iusnaturalismo para la preservación y protección de la dignidad humana en toda legislación?

Una persona desde la concepción posee una dignidad intrínseca y unos derechos fundamentales, aunque sea un cigoto unicelular.

El ser humano debe ser tratado como persona desde el momento de la concepción, ignorarlo conduce a una real y plena deshumanización.

Si el Iuspositivismo no es capaz de proteger a un ser humano desde el principio de su existencia, ¿de qué lo protegerá? ¿De aquello que convenga y vaya de acuerdo con el gobierno en el poder, con los intereses del Estado?

 

Referencias

Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión.- (2020) CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. Constitución publicada en el Diario Oficial de la Federación el 5 de febrero de 1917. TEXTO VIGENTE. Última reforma publicada DOF 08-05-2020. Recuperado de: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/1_080520.pdf

Enciclopedia Jurídica. (S/F). Positivismo jurídico. Consultado el 5 de septiembre de 2020 en: http://www.enciclopedia-juridica.com/d/positivismo-jur%C3%ADdico/positivismo-jur%C3%ADdico.htm

Maracone, J., (2005). Hobbes: entre el iusnaturalismo y el iuspositivismo. Andamios vol.1 no.2 México jun. 2005; Consultado el 5 de septiembre de 2020 en: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-00632005000300006

ONU. Aborto y derechos humanos. El deber de los Estados de moderar las restricciones y garantizar el acceso a servicios de salud reproductiva seguros. Consultado el 5 de septiembre de 2020 en:   https://www.reproductiverights.org/sites/crr.civicactions.net/files/documents/BRB-Aborto%20y%20Derechos%20Humanos.pdf

Trejo García, E. (S/F). Legislación Internacional y Derecho Comparado del Aborto. Cámara de Diputados LX Legislatura, Centro de Documentación, Información y Análisis, Dirección de Servicios de Investigación y Análisis, Subdirección de Política Exterior. Consultado el 6 de septiembre de 2020 en: http://www.diputados.gob.mx/sedia/sia/spe/SPE-ISS-11-07.pdf

Ugarte Godoy, J.J. (2006). El Derecho a La Vida y La Constitución. Revista Chilena de Derecho, vol. 33 Nº 3, pp. 509 – 527. Consultado el 6 de septiembre de 2020 en: https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-34372006000300004

Guadalajara, ¿479 años?

By Líderes de opinión, Voces Univa No Comments

Pbro. Lic. Armando González Escoto • Director de Publicaciones del Sistema UNIVA

 

Guadalajara se fundó en 1532 como villa, misma que en 1539 recibió el título de ciudad, de tal modo que como fundación cumple 489 años, de ser ciudad 482, 479 años de haberse trasladado al sitio que, hasta el presente ocupa, y 461 de ser capital, suceso ocurrido en 1560.

Es extraño que se haya decidido celebrar la fundación a partir de 1542, pero así se ha hecho   por lo menos desde el IV centenario, ocasión que llevó, adicionalmente, a fijar como fecha el 14 de febrero, fecha desde luego simbólica, pues no tenemos el acta correspondiente que justifique ese día o señale otro.

Ciertamente lo más importante que sucedió a esta ciudad fue convertirse en capital, pues eso definió su futuro y le otorgó las condiciones y los recursos correspondientes para constituirse primero en una joya virreinal, y después, en la segunda ciudad del México independiente. En efecto, al no estar asentada sobre ricos minerales, ni en las grandes rutas comerciales, fue el ejercicio de la administración, propia de las capitales, lo que favoreció su crecimiento, pues Guadalajara pasó entonces a gobernar todo el territorio norte de la Nueva España, excepto Nuevo México, administrado por la Audiencia homónima.

No hemos hecho suficiente investigación sobre los casi trescientos años que Guadalajara fue parte del virreinato, conocemos más de los últimos doscientos años en que nuestra ciudad se convirtió en capital del Estado de Jalisco, y de este periodo sabemos que los grandes frutos obtenidos se debieron fundamentalmente a dos factores: la gente que trabaja y la empresa cualquiera sea su tamaño, la escolarización masiva vino cien años después, luego de la revolución, mientras que el carácter y la cultura de los tapatíos se ha mantenido siempre.

En contra Guadalajara tuvo las guerras epidémicas que desde 1810 y hasta 1929 la asolaron una y otra vez, sea por la violencia de los partidos políticos, sea por las bandas delincuenciales, que solamente Ramón Corona y Porfirio Díaz pudieron aplacar, de esta suerte, mientras la gente trabajadora construía la ciudad, muchos políticos y no pocos delincuentes, la frenaban y destruían.

En estos últimos años, la ciudad enfrentó un cáncer que se creía superado: que el partido en el gobierno excluya y margine a quienes no votaron por ellos y solamente promueva a sus simpatizantes, con el dinero que sin embargo es de todos, un retroceso al tribalismo caníbal de los peores años, cuando la politiquería partidista cejaba a los mejores y proyectaba a los peores, siempre y cuando le fuesen fieles.

Lo penoso es que frecuentemente quienes se prestan a este juego sucio son precisamente quienes menos pueden aportar a la construcción de la ciudad y del estado, quedando así la administración púbica en manos de los “leales”, no de los capaces, en manos de los que siempre aplauden y halagan, no de los que analizan y ejercen el irremplazable servicio de una crítica fundada. Recordemos que el inicio de la ruina del imperio ruso suelen ubicarla en el gobierno del Zar Nicolás I, cuya divisa era “no quiero asesores inteligentes, quiero asesores leales”, frase explicable en quién no deseaba tanto servir a la comunidad sino conservarse en el poder.

 

Publicado en El Informador del domingo 14 de febrero de 2021