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Voces UNIVA

María, una nueva manera de ser persona

By Voces UNIVA, Voces Univa

Dr. Fernando Sánchez Martínez • Docente de Ciencias Sociales y Humanidades

 

Termina un año sin precedentes en la historia de la humanidad, este momento es único y nos representa de diversas maneras. Las falsas seguridades en las que nos desenvolvíamos, nuestras maneras de relacionarnos se han venido abajo evidenciando nuestra incapacidad para actuar solidariamente ante una pandemia que ha mostrado la visión antropológica que como sociedad global tenemos respecto de nosotros mismos, los otros, el planeta.

El sálvese quien pueda, se convirtió en regla social ante el temor y la incertidumbre de lo que enfrentábamos, una gran parte de seres humanos se volvieron inservibles, inferiores, “vimos lo que pasó con las personas mayores en algunos lugares del mundo a causa del coronavirus. No tenían que morir así” (FT 19). La miseria humana afloró de nuestro ser, lo cual constató que no hemos avanzado tanto en humanidad como habíamos pensado. Tal pareciera que la experiencia de las atrocidades cometidas por el hombre en contra del mismo hombre en el siglo pasado no ha servido de nada, ya que la pobreza, la muerte de millones de seres humanos por inanición, la xenofobia, el consumismo desmesurado, las manifestaciones de racismo cada vez más latentes, siguen perviviendo en nuestra época contemporánea, y lo más desgarrador es que lo aceptamos como algo natural.

Ante esto, ¿qué significa el nacimiento de Jesús? ¿Qué pensaría de nosotros? ¿Qué nos pide a ti y a mí? Sin duda, una visión antropológica totalmente distinta. Es decir, una nueva visión de persona donde podamos reconocer al Otro en el otro, porque Jesús nos sale al encuentro en el rostro del otro, del desvalido, del marginado, del que como sociedad hemos catalogado como inservible, inferior. Pero ¿cómo es esto? Ya el Papa Benedicto XVI lo ha explicado de manera maravillosa cuando comenta la genealogía del evangelio de Mateo la cual, después de pasar por una larga lista de nombres de hombres decisivos como Abraham y David, “la genealogía concluye con una mujer, María, que es realmente un nuevo comienzo y relativiza la genealogía entera” (Benedicto XVI, 2012, p.15).

Con María, se lleva a cabo un nuevo inicio, con ella y solo gracias a ella, se genera una nueva manera de ser persona, ya que su Hijo no proviene de ningún hombre, sino de arriba, por lo tanto, es así como debemos aprender a contemplarnos y comprendernos en esta nueva visión. No es gracias al hombre, sino a la mujer, que Dios se ha hecho presente en la historia y nos ha legado una nueva manera de ser persona, es el regalo más trascendental de Dios Padre a la humanidad, ser hijos en el Hijo a través de una mujer, María.

 

 

Referencias

Benedicto XVI (2012). La infancia de Jesús. México: Planeta

Francisco (2020). Fratelli Tutti. Recuperado de http://www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20201003_enciclica-fratelli-tutti.html

 

Aunque no me aumenten el salario…

By Voces UNIVA, Voces Univa

Mtra. Laura O. Robles Sahagún · Coordinadora de Alumni y Bolsa de Trabajo UNIVA

 

Se llegó la fecha en que la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONASAMI) anuncia el incremento salarial para el siguiente año. Para el 2021 se determina que aumentará 15% el salario mínimo que pasa de $123.22 a $141.70 para la generalidad del país; mientras que en la Zona Libre de la Frontera Norte pasa de $185.56 a $213.39. Sin duda alguna, esta administración pública federal pasará a la historia como la que más a incrementado el ingreso de los trabajadores.

 

No olvidemos que la CONASAMI es un organismo público descentralizado cuya función es fijar los salarios mínimos legales de forma congruente entre lo que establece la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos con las condiciones económicas y sociales del país.

Esta noticia tiene una lectura desde varios frentes. Si revisamos la información oficial emitida desde el Gobierno se habla de todas las ventajas que tienen los trabajadores y sus familias con estos aumentos, incluso en la página web tratan de desmitificar varios puntos como que se generará más desempleo o que se elevará el costo de la canasta básica.

Si buscamos el frente patronal, hay quienes dicen que votaron en contra, el gobierno dice que “se aprobó por mayoría”; la COPARMEX ha sido muy clara en su postura y si bien es cierto que han sido parte fundamental para que, en los últimos años, el salario mínimo se recupere, también lo es que la situación económica de este año en nuestro país es aun más compleja y esto se refleja en los más de un millón cien mil empleos perdidos. Por ello la Confederación precisa que la responsabilidad salarial debería ser compartida entre las empresas y el gobierno.

La propuesta realizada por COPARMEX no fue aprobada, una muestra más de la sordera, la ceguera y la poca sensibilidad del gobierno hacia el sector empresarial que, afirma, si se perderán empleos por el cierre de negocios que no puedan soportar la situación económica por la pandemia, además auguran un retraso importante en la recuperación de la economía nacional.

El incremento del salario mínimo no solo es para los que perciben esa cantidad, sino que el tabulador general de profesiones y oficios también se ajustan. Recordemos que existe una tabla que marca cuánto debe ganar, por lo menos, las personas que realizan actividad profesional u oficios.

Qué bueno sería que el salario mínimo fuera mucho mayor para todos los trabajadores. Que bueno sería que los empresarios pudieran pagarlos y que esto no se viera reflejado en los precios finales de los productos y los servicios. Que bueno sería que el Gobierno se solidarizara con los empleadores y más en una situación como la que actualmente vive México. Por eso hoy en día hay gente que dice: “que conserve mi trabajo, aunque no me aumenten el salario”.

Recordemos que el Gobierno no es el generador de empleos, los empresarios son los que los crean, mantienen y acrecientan.

 

Publicado en La Crónica de Hoy Jalisco del viernes, 18 de diciembre de 2020.

Feliz y próspero 2021

By Voces UNIVA, Voces Univa

Pbro. Lic. Armando González Escoto • Director de Publicaciones del Sistema UNIVA

 

Cuando deseamos un feliz año 2021 para todos, lo hacemos recordando que la verdadera felicidad es incondicional, no depende de factores externos a nosotros mismos, ya que la felicidad, en parte, es efecto de nuestra forma de pensar y, en parte, es una decisión que tomamos.

Si nuestra felicidad depende de otros, sea como afecto o reconocimiento, o de obtener cosas, condiciones o estados determinados, esa felicidad jamás llegará, porque para quien se pone en ese plan nunca es suficiente nada. La felicidad es el efecto inmediato de aceptar la realidad tal como es. Asumir y hacer vida esta aceptación cotidiana es una decisión.

Desear un año próspero en las actuales circunstancias puede sonar a demasiado optimismo, y lo es, siempre y cuando recordemos que el optimismo no es una creencia: “creo que el próximo año será mejor”, ni un buen deseo: “espero que el próximo año sea mejor”. El optimismo es fundamentalmente una actitud: haré que el próximo año sea mejor, decisión que camina sobre tres ejes: inteligencia, creatividad y fuerza de voluntad, todo alentado por un poderoso motor que se llama “ideal”.

La inteligencia nos ayuda a identificar objetivamente la realidad sin caer en temores paralizantes o torpes ingenuidades. El próximo año nos plantea retos aún mayores que el actual, sobre todo en materia económica y social, toda vez que la cuestión sanitaria va encontrando caminos de solución, mientras que la económica exigirá un esfuerzo más prolongado, con efectos serios en la dinámica de la sociedad y en la manera en que nos relacionamos.

La misma inteligencia es lo que nos permitirá identificar las vetas grandes donde hay que invertir, dejar las improductivas, cambiar los giros caducos, aprender siempre nuevas formas de trabajar, descubrir nuevas áreas, nuevos campos y nichos de oportunidad.

La creatividad, por su parte, es la capacidad para ver lo que todo mundo ve, pero verlo de distinta manera, armar el mismo rompecabezas con formas que a nadie se le habían ocurrido, pero que también estaban ahí. Esto supone saberse apoyar en las personas que ven oportunidades y soluciones donde otros solamente ven obstáculos y problemas.

La fuerza de voluntad es una energía interior, un músculo que se debe ejercitar día tras día, venciendo una y otra vez nuestra tendencia a lo más fácil, lo más cómodo o placentero, lo rutinario, aquello a lo que estamos acostumbrados. La voluntad es lo que nos impulsa a volver a empezar cuantas veces sea necesario sin importar la fatiga y el costo.

El ideal es lo que anima y estimula el esfuerzo, es el propósito fijado, la meta establecida, lo que deseamos aprender, ser, o lograr, porque sabemos que es positivo y nos integra, además, si nuestra meta es noble, ennoblecerá nuestro empeño y dará abundante fruto. Por otra parte, nuestras metas no pueden seguir siendo egoístas, debemos aprender a pensar, trabajar y ganar en primera persona de plural, pues este es el único medio por el cual acabamos en verdad ganando todos. Construyamos pues un año que sea verdaderamente nuevo y mejore la condición de todos.

 

Publicado en El Informador del domingo 3 de enero de 2021

A quince años de Deus caritas est: Sobre el amor cristiano

By Voces UNIVA, Voces Univa

Mtro. Jorge Iván García Morando • Coordinador de Proyectos Sociales y Religiosos UNIVA

 

En este 25 de diciembre estaremos celebrando los quince años de la primera Carta Encíclica del Papa emérito Benedicto XVI Deus caritas est, o bien, Sobre el amor cristiano que, en otras palabras, no es más que la expresión manifiesta en la Primera carta de Juan <<Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él>>, por ello hemos creído en el amor de Dios como opción fundamental de nuestras vidas y, aún más, cuando está se ha visto trastocada por la fragilidad de la condición humana de una pandemia que no ha dado tregua, sin embargo, habría que recordar las palabras del Papa Benedicto XVI, donde nos invita a entender que además de una mera decisión ético-moral, se debe de estar abierto al “acontecimiento” o a la “epifanía del otro”, donde el “otro” como prójimo se nos presenta en diferentes facetas, es por ello que: <<No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva>>.

Amarás a tu prójimo como a ti mismo

Este segundo mandamiento que es consecuencia del primero –Amarás a Dios sobre todas las cosas- no es más que la respuesta al don del amor que Dios nos tiene, en tanto que, viene a nuestro encuentro, por ello deja de ser un mandamiento para convertirse en respuesta y forjar en nuestras vidas el tamizaje de nuestra conciencia que, en otro sentido, no es más que la mera expresión de la introspección de nuestra alma que, al llegar a la conciencia se llega al encuentro y al reconocimiento del otro mediante nuestra capacidad de diálogo y comunicación entre el <<yo-tú>>, dado que el encuentro se hace a través de la palabra con el “Otro” y lo otro, aun estando inmersos en un entorno lleno de bullicio y de enormes propuestas de “estilos de vida y amor” comercializados que desvirtúan el sentido de la navidad, así pues habría que recordar las hermosas palabras del Papa Francisco al hablar del encuentro y del acontecimiento que tengas en estos días con el Niño Dios: <<Cuando oigamos hablar del nacimiento de Cristo, guardemos silencio y dejemos que ese Niño nos hable; grabemos en nuestro corazón sus palabras sin apartar la mirada de su rostro. Si lo tomamos en brazos y dejamos que nos abrace, nos dará la paz del corazón que no conoce ocaso. Este Niño nos enseña lo que es verdaderamente importante en nuestra vida>>, porque es un Niño que nace en la pobreza, no hay un lugar de posada que los cobije, de tal manera que cuando hablemos de Amor y esperanza, tengamos en cuenta al prójimo y a la imagen de la Sagrada Familia que, al no contar con nada, es precisamente de esta nada de donde brota la luz de la gloria de Dios. De ésta luz es desde donde inicia, para todas las personas, el camino de la verdadera liberación y de la salvación eterna, es decir, de este encuentro con el Niño Dios que conserva la bondad, la misericordia y el amor del Padre, surge para cada uno de nosotros el compromiso que enseña el apóstol Pablo «renunciar a la impiedad» y a las riquezas del mundo, para vivir una vida «sobria, justa y piadosa» (Tt 2,12).

Razones para estar alegres

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Dra. María Cristina Martínez Arrona • Jefa de UNIVA Online

 

La gente que ama mucho sonríe fácilmente

José Luis Martín Descalzo

 

Dentro del calendario litúrgico diferentes denominaciones cristianas llaman al tercer domingo de Adviento Gaudete, que significa, “regocijarse”, “levantar los ánimos”, “alegrarse”. Pero, en un año como el que estamos finalizando quizás nos preguntemos: ¿acaso tenemos motivos para estar alegres? José Luis Martín Descalzo escribió en la introducción de su libro Razones para la alegría, justo cuando le dieron la noticia de que tendría que hacerse diálisis de por vida: “hoy es el día exacto para hablar de alegría”, porque mis razones hablan de esa alegría que brota a pesar de que las dificultades, de la incertidumbre. De esta alegría habla el Adviento.

Esta Navidad será diferente a lo acostumbrado, como lo ha sido prácticamente todo el año, pero también la oportunidad de rescatar su sentido profundo, porque nuestro amor solidario nos pide, para evitar la propagación del virus, no celebrar con reuniones –fiestas- masivas con amigos, compañeros de trabajo, familia extensa, sino vivirla de forma austera e íntima, con las personas más cercanas, con las que hemos compartido y vivido este tiempo de aislamiento.

Adviento es la traducción griega de parusía que significa “presencia”, “llegada”, esto es, presencia comenzada y nos recuerda dos cosas: que Dios está presente y que tenemos que hacerle presente por medio de nuestra fe, esperanza y amor. Adviento es una presencia comenzada, la certeza de que la semilla del bien, de la luz, del amor está, pero ¿cómo descubrirla? en aquello que nos hace profundamente felices, que nos ofrece razones para estar alegres.

Hay que reconocer que no todas las personas tenemos las mismas motivaciones para ser felices, y que el serlo, depende mucho de nuestras elecciones. El primer paso es descubrir y considerar esos momentos, espacios, personas, actividades que nos dan sentido y felicidad, que nos invitan a seguir luchando, a no perder la esperanza, que rescatan de nosotros una sonrisa. Por ejemplo, ¿no nos hace felices el contar con un compañero(a) de vida con quien compartimos un proyecto personal? ¿acaso no disfrutamos de contemplar un amanecer, una mirada de ternura, de escuchar una buena música o caminar en el atardecer? ¿no nos hace felices el tener un ideal que trasciende nuestra experiencia y exige la mejor versión de nosotros mismos(as)? ¿o el tener un trabajo que nos apasiona o la capacidad de amar el trabajo que tenemos? Y cada uno puede continuar su lista.

Sabernos amados y ser capaces de amar, el contar con un amigo(a), con una familia, el creer en la eficacia del amor, levanta los ánimos, nos llena de gozo y rescata en nosotros más de una sonrisa. Razones que evidencian de la presencia comenzada de Dios que podemos continuar haciendo presente y no sólo en Navidad.

Reinterpretación ufológica de las sagradas escrituras

By Voces UNIVA, Voces Univa

Dr. Fabián Acosta Rico • Docente-Investigador UNIVA

 

Las antiguas antropogonías describen en términos míticos la creación del ser humano. La Biblia misma expone en el Génesis el nacimiento de Adán y de su compañera Eva. Este relato en tiempos en que todavía imperaba el dogma cristiano fue interpretado literalmente. Los hechos descritos en él tuvieron un valor sagrado e histórico para los pueblos de occidente durante toda la Edad Media, el Renacimiento y comienzos de la era moderna. El espíritu racionalista y el cientificismo galopante se encargaron de desmentir las viejas verdades de la Revelación anteponiendo pruebas y argumentos sustentados en datos objetivos y teorías científicas.

No hubo una creación como tal de parte de un Dios celestial todo poderoso, sino una larga evolución, de millones de años, que condujo a los seres unicelulares, del caldo primordial de Oparin, de su sencillez biológica a la sofisticación de las creaturas pluricelulares que darían origen a las plantas y finalmente a los animales y sobre todo a los mamíferos más desarrollados entre ellos el ser humano.

Los textos antiguos sagrados con sus narrativas creacionistas quedaron relegados en la gran biblioteca de la humanidad a la sección de libros de literatura fantástica. En su rescate, autores como Mircea Eliade, George Dumézil, Heinrich Zimmer, Joseph Campbell… destacaron su valor simbólico sagrado; señalando que el mito mapea aspectos profundos de la psique humana individual y colectiva como lo reconoció y demostró Carl Gustav Jung.

En consonancia con la civilización industrial, los mitos antiguos de la creación fueron reinterpretados desde nuevos índices que apuntaban a la creación de una neo-mitología ufológica que comenzó su exégesis del pasado mítico o legendario desacralizándolo como lo hace el ufólogo suizo, Erich Von Däniken, en sus obras El retorno de los dioses y recuerdos del futuro; para Däniken las claves para entender el fenómeno ovni están en el pasado más distante; sostiene que las civilizaciones antiguas, como las mesopotámicas y la propia judía, avistaron, y aún más, tuvieron contacto con viajeros de otros planetas que llegaron hace miles de años a la tierra. Estos contactos se remontan a la génesis o creación de la humanidad. Estos seres habrían sido sus autores. Para demostrarlo reinterpreta los textos antiguos evitando explicaciones de orden simbólico o metafórico. Sí hubo un Edén, un Paraíso, donde un ser creador y divino depositó a Adán y a Eva. Dicho ser a quien las religiones judía, cristiana e islámica llaman Dios, no lo fue en realidad, y para demostrarlo acuden no sólo a la Biblia, sino a otros textos apócrifos que complementan y sustentan sus afirmaciones; con las que pretenden desmitificar al Dios del teísmo judío-cristiano haciéndolo pasar por un astronauta poderoso de un mundo remoto. Estas relecturas de la Biblia van fraguando nuevas ideas religiosas a partir de creencias antiguas. Los ángeles bajo esta neo-mitología ya no son creaturas celestiales ni divinas, sino alienígenas; Yahvé sería uno de ellos claro el de mayor jerarquía y poder; pero en esta degradación ufológica perdería sus atributos divinos incluso dejaría de ser considerado inmortal.

En esta construcción de la que podría llamarse una teología ufológica tal y como la entiende el Salvador Freixedo, persistirá en ella la intención de desacralizar los hechos bíblicos dándoles una reinterpretación más acorde con la mentalidad moderna. Los ejemplos de estos esfuerzos son muchos y de lo más variados; ríos de tinta corren de parte de los autores partidarios de la teoría de los alienígenas ancestrales. Däniken, por ejemplo, interpreta la rebelión luciferina propiciada por la creación del hombre como un verdadero motín entre extraterrestres que se rebelaron contra su comandante Yahvé (Däniken, 1997, pág. 14). Le saltan a Däniken las suspicacias teológicas en su abordaje de dicha insurrección, en primer, lugar se pregunta si el cielo no es como lo describe la doctrina cristiana: un lugar divino de paz y dicha; todo lo contrario, en él hay cabida para las intrigas y motines como el encabezado por Ismael (o Luzbel) (Däniken, 1997, pág. 15).

El ángel caído, después de ser expulsado del cielo junto con sus correligionarios, sedujo a Eva y la hizo pecar tentándola a desobedecer a Dios o teniendo una relación carnal con ella. Aquí nuevamente el ufólogo se cuestiona si no pudo Yahvé en su omnisciencia y omnipotencia haber previsto el pecado de Eva o incluso haberlo evitado. Lo anterior significará que el Dios de estas leyendas judías o pasajes bíblicos no es el Dios de los tratados de filosofía y teología. Será quizás uno entre muchos dioses nacionales o tribales o como Däniken prefiere calificarlo: un visitante de algún confín del universo.

Podríamos objetarle a nuestro ufólogo que los textos en los que basa sus apreciaciones son algunos de los denominados apócrifos, los cuales, al ser considerados no revelados, han sido descartados por el canon cristiano y, por tanto, los teólogos más ortodoxos no acuden a esta literatura y simplemente la descartan en sus disertaciones acerca de la naturaleza de Dios.

Ensayándose como teólogo, Däniken también hace una defensa de sus tesis y citando directamente a la Biblia, en su pasaje sobre la creación de Adán, nos pide que advirtamos que en este acto creacional divino, Dios habla en plural; en el Génesis 1:26 se lee: “hagamos el hombre a nuestra imagen y semejanza”. Dándole una interpretación literal, el autor de Recuerdos del futuro se cuestiona ¿Por qué el Dios único utiliza el nosotros y no el yo? (Däniken E., 1980, pág. 38) ¿Acaso eran muchos los creadores? En este punto los exegetas bíblicos podrían refutar que ésta es una cuestión de estilo o incluso de traducción. Era común hasta hace unas décadas que reyes y papas hablaran en plural en su condición de representantes de una colectividad o comunidad.

Indagando en otros relatos bíblicos y pasándole la lupa desacralizante de su militante ufología cree encontrar también indicios de la intervención alienígena en muchos de los sucesos narrados en el Antiguo Testamento; entiende la destrucción de Sodoma y Gomorra en términos de una hecatombe nuclear; los ángeles decepcionados de sus creaciones deciden destruirlas mediante el fuego atómico salvando únicamente a Lot y a su familia; pero su curiosa esposa no pudo vencer la tentación de contemplar la destrucción y fue alcanzada por el sol atómico (Däniken E. , 1980, pág. 38). De igual forma sostiene que Ezequiel tuvo un verdadero avistamiento ovni y que incluso los visitantes del cielo lo subieron en su nave y hablaron con él confiándoles una misión: restaurar la ley en su país (Däniken E., 1980, pág. 40).

Para nuestro autor, los extraterrestres distaban de ser sólo visitantes interplanetarios ocasionales, por sus acciones y el papel que supuestamente jugaron en la historia sagrada califican como guías benévolos y a veces también malévolos, a quienes les debemos la existencia de nuestra especie. Desde esta interpretación, el Arca de la Alianza pasa a ser un apartado de intercomunicación que los ángeles o astronautas de la antigüedad le encomiendan fabricar a Moisés (Däniken E. , 1980, pág. 41).

Noé por su parte es descrito como un híbrido de ángel y humano. Su padre Lamech advirtió desde su nacimiento cuan diferente era aquel niño respeto a su familia. Interroga a su esposa y aunque esta le jura que es suyo, no le cree. Le pregunta a su padre Matusalén; quien acude a Enoc para que le precise el origen del infante. El sabio le respondió con una trágica profecía: sobre la tierra caerá un gran cataclismo, un diluvio, la humanidad y con ella el resto de las creaturas serán aniquiladas. Este castigo pesa sobre los hombres y mujeres por su vida sórdida y disoluta. El niño, cuyo origen tanto intrigaba, tendría la misión de salvar a unos pocos, en un arca; para evitar que las especies animales y la humanidad desaparecieran totalmente. Lamech no tenía más remedio que aceptar aquel niño como suyo y llamarlo como se lo encomendaron Noé. Para Däniken nuestros creadores, los alienígenas que se hicieron pasar por dioses, no se sintieron satisfechos con los primeros seres humanos; los encontraron defectuosos y en una cadena de ensayo y error los destruyeron y volvieron a rehacer hasta que el resultado final realmente los satisfizo.

Posturas como las de Däniken por obvias razones atentan contra el monoteísmo judeocristiano; a mi entender estas no tienen la robustes teologal para transformarse en un credo religioso de corte ufológico. ¿Quién estaría dispuesto a rendirle culto a los alienígenas de la antigüedad? Pero su menoscabo y reinterpretación de los libros sagrados es apenas un primer paso hacia el eclipsamiento del Dios del teísmo.

Autores como Zecharia Sitchin exploran el universo de los mitos antiguos de las culturas de Medio Oriente sosteniendo que muchos de ellos, en especial los bíblicos, no son más que versiones abreviadas en tono teísta de los antiguos mitos sumerios. Y a su vez dichos mitos están inspirados en toda una saga extraterrestre, que data de los lejanos tiempos en los que todavía no existía o no había sido creado el homo sapiens.

El Adviento como identidad

By Voces UNIVA, Voces Univa

Dr. Fernando Sánchez Martínez • Docente de Ciencias Sociales y Humanidades UNIVA

 

En la actualidad, la cuestión de la identidad tiene un papel preponderante en las relaciones sociales. Ello implica un entramado de posturas e ideas que se manifiestan continuamente en las redes sociales, en el imaginario social que marca tendencias. De ahí que la identidad tenga una importancia en el desarrollo de los pueblos, no solamente por sus características culturales y sociales, sino desde el individuo, la identidad le permite pertenecer a un contexto determinado en el cual se desenvuelve, se relaciona y esto le proporciona un crecimiento social, psicológico, educativo y especialmente religioso.

Desde esta perspectiva es que la identidad cristiano-católica en la actualidad, cobra una importancia capital ante las manifestaciones de la sociedad posmoderna, ya que incluso algunos teóricos de distintos enfoques llegan a hablar de una identidad cristiana en tiempos de poscristiandad, entendiendo esta situación como aquello que en otros tiempos se podía manifestar en las actitudes de las vidas cristianas, el día de hoy, tienden a desaparecer o a dejar de cobrar importancia para la vida de muchos creyentes o bautizados en general, o para decirlo de otro modo, para hacerse comprender, la identidad cristiana tal vez tenga que buscar nuevas formas de diálogo y manifestación, ya que “el problema nunca es sólo la identidad cristiana, sino la identidad cristiana de alguien. Y cada época, cada misterio personal forma parte también de la configuración cristiana” (González Faus, 1980).

Es aquí donde este segundo domingo de Adviento, sirve de anclaje identitario para las diversas manifestaciones de vida cristiana, especialmente de dos formas; la primera, consiste en la preparación moral de la persona para recibir a Jesús y reconocerle, ya que nos sale al encuentro especialmente en los desprotegidos o rechazados por la sociedad, el migrante, el homosexual, los pobres, los desplazados, los golpeados por el destino, aquellos que como sociedad hemos hecho a un lado o ni siquiera hemos reparado en ellos por su condición económica e incluso política. La segunda manera está fundada en la esperanza de que al final de los tiempos Jesús volverá, lo que conocemos como el juicio final, el cual es un juicio en el amor, es la espera de la felicidad eterna, la cual el hombre solo puede encontrarla en su Creador.

Por lo que el Adviento es una excelente oportunidad de preparar el camino hacia una identidad cristiana centrada en la dignidad de la persona, que nos lleve a reconocer a Jesús en los más desprotegidos y rechazados por la sociedad, donde avancemos juntos hacia un mejor presente, ya que “nadie puede pelar la vida aisladamente. Se necesita una comunidad que nos sostenga, que nos ayude y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia adelante” (FT, 8), y el Adviento es un herramental litúrgico por demás adecuado.

 

Referencias

 

 

Recomposición Corporal

By Lideres Universitarios, Voces UNIVA

Daniela Hernández Velázquez • Pasante de la Licenciatura en Nutrición

 

El peso siempre ha sido uno de los principales indicadores de salud y una herramienta para medir nuestro progreso. Sin embargo, debemos saber que hay otros indicadores más importantes, ya que el peso mide únicamente, la masa total. Esa masa está compuesta por grasa corporal, masa muscular, agua, masa ósea, entre otros.

Nuestra apariencia física depende principalmente de nuestros porcentajes de grasa corporal y masa muscular. Disminuyendo nuestro porcentaje de grasa, se puede ayudar a prevenir cientos de enfermedades, reduciendo la inflamación celular y mejorando nuestra masa muscular, lo que ayuda a fortalecer el sistema inmune y mejorar nuestro metabolismo.

Pongamos un ejemplo: Tenemos 2 personas de sexo femenino que pesan 65 kilogramos (kg) y ambas miden 1.60 metros, visualmente la primera es más delgada y se pueden ver sus músculos tonificados, ya que tiene 14% de grasa corporal. La segunda persona se ve más robusta, pero tiene un 30% de grasa. A niveles de composición se considera más sano la persona con menor porcentaje de grasa, aunque ambos pesen 65 kg. Para mejorar esto de una manera equitativa utilizamos la recomposición corporal.

La recomposición corporal es un método en el que podemos reducir nuestro porcentaje de grasa y construir masa muscular al mismo tiempo. Cabe destacar que no es posible a grandes cantidades y esta etapa es a largo plazo.

Ciertamente para ganar masa muscular se debe estar en un superávit calórico y para perder grasa corporal, habría que estar en un déficit calórico. Para poder lograr este “recomp” se deben de utilizar ciertas estrategias y hay personas a las que se les facilita más.

Durante esta etapa se deben consumir las calorías basales y si existe un sobrepeso se debe hacer un déficit calórico no mayor al 20%, con un incremento en la ingesta proteíca y evitando alimentos procesados.

La actividad física debe ser constante y combinando entrenamientos de resistencia con progresión de cargas y ejercicio cardiovascular de baja intensidad prolongado, para así, no comprometer la recuperación.

Cómo en cualquier etapa, el descanso suficiente es importante para una recuperación efectiva. Dormir suficiente impide que el cortisol aumente y que la testosterona baje.

Por último, este método es una herramienta que se debe ajustar a los objetivos de cada individuo, tomando en cuenta el tiempo que lleva con un plan alimenticio y sus necesidades fisiológicas.

 

Referencias

  • García Almeida, JM. (2020, septiembre 21). A new nutritional approach. Assessment of the patient’s nutritional status: function and body composition. Nutricion Hospitalaria, 35, 1-14.
  • Schoenfeld, B. The MAX muscle plan (2012).

El ITER: innovación tecnológica vs participación ciudadana

By Voces UNIVA, Voces Univa

Dra. Irma Livier de Regil Sánchez • Jefa de Investigación UNIVA Guadalajara

Ing. Ana Isabel Tendero Navarro • Estudiante de la Universidad de Salamanca, España

 

Uno suele enterarse de los acontecimientos del mundo mediante los noticieros, informativos u otros medios, pero hay sucesos que nos pasan de lado, consecuentemente hay una carencia de atención y seguimiento; en este tenor, resulta interesante la noticia del considerable avance del proyecto científico técnico llamado ITER. Dando continuidad a la videocolumna UNIVA sobre la “Ambivalencia tecnológica”, que invita a la reflexión acerca de la responsabilidad social sobre las aplicaciones de los resultados de la ciencia, el desarrollo tecnológico y su uso como elemento central de la innovación [1], en esta ocasión hablaremos del International Thermonuclear Experimental Reactor – ITER por sus siglas. El ITER, es un proyecto que intenta poner en práctica la generación de energía a través de la fusión nuclear, un prototipo funcional del reactor atómico tipo tokamak utilizado en una fase todavía experimental [2]. La idea del presente reactor nació en Rusia en los años 70, pero su costosa financiación hizo que hasta 1986, EE.UU. y la Unión Europea (UE) se unieran inicialmente al proyecto y que definitivamente hasta el año 2006, se firmara de manera oficial la forma de compartir gastos y la construcción de éste por todos los países participantes: Rusia, EE.UU., UE, China, Corea, India y Japón [3]. Es la máquina más grande hecha para demostrar la viabilidad de la fusión como una fuente de energía limpia, libre de carbono y a gran escala, basada en el mismo principio de la energía solar y estelar, pero extrapolado a un enfoque comercial, donde en el núcleo tokamak se producirán descargas de plasma de larga duración. Es por esto que se convierte en una de las propuestas de valor más prometedoras, pudiendo crear en un futuro centrales eléctricas de fusión, con gran potencial energético capaz de abastecer a toda la población mundial, y supuestamente, de una forma limpia y segura. De acuerdo con esta información, conjunto a la que se presenta en su sitio web [2], quedan claros los beneficios de dicho desarrollo tecnológico, pero ¿Conocemos la envergadura y las dimensiones de este proyecto realmente? ¿Qué riesgos conlleva esta innovación? ¿Qué significa para el resto de países no involucrados en su construcción? ¿Qué significa para la sociedad en general? ¿Tenemos herramientas suficientes que nos eduquen a conformar un criterio riguroso respecto del proyecto? A lo largo de este artículo, se pretende contestar a estas preguntas, las cuales resultan estar entrelazadas, convergiendo la ciencia con otros factores e intereses sociales, económicos y políticos.

Este proyecto innovador de tal envergadura, dado el tiempo de su trayectoria tecnológica -cerca de cuatro décadas ya-, se le pueden atribuir diversos conceptos de producción científico-tecnológica, los cuales han ido cambiando y ampliando dimensiones, sobre todo en el actual siglo XXI. De acuerdo con la bibliografía y a los autores que han caracterizado los diferentes conceptos de producción de la ciencia, el ITER definitivamente es un proyecto megacientífico en torno a la generación de energía a partir de elementos nucleares radiactivos, como fue el proyecto Manhattan. Aproximadamente, a mitad del siglo XX, este tipo de propósitos permean el concepto de ciencia, yendo más allá de la “simple ciencia”, y por tanto surgen conceptualizaciones nuevas, hablamos de Gran Ciencia, según Solla Price [4] o de Transciencia, según Weinberg [5], ya que este fenómeno a gran escala de la ciencia, necesita redefinirse, ya que sobrepasa los valores mertonianos de la época y los límites establecidos por la comunidad científica. Además, uno de los rasgos que definen esta Gran Ciencia, es la participación con gobiernos con fines interesados y particulares, estas interrelaciones entre diferentes entidades y actores, sugieren generar políticas y marcos legislativos que favorecen y allanan el terreno para el desarrollo tecnológico del núcleo atómico. Así, el asunto apunta a ser Ciencia Gubernamental, concepto que define John Bernal, ampliando las dimensiones de la macrociencia o Gran Ciencia [6], ya que la iniciativa de los diferentes gobiernos participantes -China, Unión Europea, India, Japón, Corea, Rusia, EE.UU. y un reciente acuerdo de cooperación con Canadá-, en conjunto con la industria y otros actores, se interrelacionan para hacer ciencia, obteniendo un resultado de impacto mundial. Sin embargo, esta conceptualización de la ciencia queda un poco obsoleta, al día de hoy, el proyecto ITER está ubicado dentro de las dimensiones que alberga el concepto de tecnociencia, que postula Javier Echeverría [7]. Sería así un proyecto tecnocientífico porque, (1) surge de la necesidad inminente frente a la problemática del calentamiento global, del agotamiento de los recursos naturales y de la dependencia de la humanidad hacia estos; (2) por tanto es capaz de cambiar la situación actual, o lo que es lo mismo, transformar la realidad tal y como la percibimos, es una innovación proactiva. (3) Por este motivo, la política pública global toma el protagonismo como agente innovador, e integra tanto a la ciencia como a la tecnología dentro del sistema económico, involucra a los diferentes actores sociales, públicos y privados (gobierno, centros de investigación e industria), provoca una colaboración trasnacional y multidisciplinaria. (4) El proyecto está concebido desde su origen con fines estratégicos -la resolución de problema e impacto socio-económico-ambiental-, que, ante la sociedad mundial, será redefinido interesadamente como: la producción de una energía limpia y asequible que reduce el impacto negativo al medioambiente.

Este planteamiento desconfiado no viene de una actitud de rechazo o negativa de la innovación o de la tecnociencia, más bien surge del proceso de apropiación del conocimiento e información existente del proyecto ITER, a fin de construir una actitud crítica y científica respecto del mismo. Es, por tanto, en la búsqueda de los posibles riesgos que puede implicar obtener energía de fusión nuclear, donde resulta escasa la bibliografía existente. Son justamente las disciplinas activistas de la ciencia, tecnología y sociedad (CTS), y no las académicas, como, por ejemplo, las divulgadas por las organizaciones medioambientales, la información que ha hecho posible investigar en torno a los riesgos, y poder contrastar las diferentes perspectivas tanto epistemológicas como ideológicas. La información recabada por los ecologistas que atañe a los riesgos de dicho tipo de energía, resulta nada optimista, la cual intenta, dicho fríamente, desmantelar el mito de que el mencionado proyecto generará una energía limpia. El argumento que presentan está basado en la radioactividad de elementos como el tritio, el núcleo de este y del deuterio -no radioactivo-, los cuales son utilizados para conseguir la energía necesaria para el reactor [8]. Por tanto, sí que resulta extraño y llama la atención este proceso de ocultamiento de información, que contrapone los argumentos de la energía limpia, frente a la radioactividad de los elementos usados para la fabricación de la misma, lo que nos lleva a cuestionar el porqué.

Otras de las cuestiones, denuncian la falta de consideración de la postura del resto de la sociedad global, en cuanto a las decisiones sobre la ejecución de un proyecto de tal magnitud. La realidad en la praxis es, un sistema mundial democrático, donde son 194 los países soberanos reconocidos por la ONU – incluidos los involucrados en el proyecto -, los que plantan cara ante los posibles riesgos, o dicho de otra manera, los encargados de responder a los costos no económicos de la experimentación, aunque vista la actitud, todo apunta a que «esperan» que no los haya, en caso contrario la visión positiva de innovación que generalmente existe en las sociedades de países generalmente desarrollados, retrocedería a la postura peyorativa de la ciencia de mediados del siglo XX. Esta conducta particular que favorece la I+D del ITER, independientemente de la opinión ciudadana, liga tanto el concepto anterior de Transciencia, al ser imposible garantizar el éxito y las consecuencias de la aplicación práctica de un prototipo en experimentación de tal magnitud; el carente estudio de los fenómenos sociales alrededor del proyecto y la presencia de una sobrevaloración del mismo por parte de la comunidad científica, concretamente, de quienes lo iniciaron. Como con el concepto de Ciencia Reguladora que postula Sheila Jasanoff [9,10], que refiere a la inminente situación de riesgo, la aparente falta de consideración de los efectos más allá de los puramente económicos y ambientales, donde los gobiernos de las potencias mundiales han determinado los fines prácticos de la ciencia, ajustados a sus intereses políticos en el marco de sus agencias gubernamentales. En definitiva, cada agente social que participa tiene un determinado interés particular, que directa e indirectamente parecen converger en el resultado final: hacer creer al resto de la población mundial, la conveniencia del desarrollo e innovación del proyecto ITER. En esta tesitura, expertos e ingenieros involucrados, generan y entregan informes que no son de dominio público, informando a la sociedad mundial lo positivo y omitiendo mencionar lo negativo, que evidentemente debe existir por la naturaleza del proyecto. De este modo, las agencias gubernamentales de estos países inversores, dictan las pautas, las vigilan y controlan, es decir, marcan las reglas del juego, que en el caso de que se valide el funcionamiento del prototipo, conducirá al establecimiento de nuevas reglas, políticas y regulaciones que afectarán, no solo a sus países, sino a todos en el globo terráqueo. A “ciencia” cierta, no se sabe si se oculta información sobre el riesgo de la radioactividad, pero lo que, sí sugiere ser seguro, es la posible repercusión social que pueda generar a la millonaria inversión, el no contar con la opinión favorable y el soporte que actualmente tiene. Pues, porque como bien sugiere Silvio Funtowicz “actualmente hay un aumento de la consciencia en la sociedad sobre el rol de la incertidumbre en la ciencia, así como en sus aplicaciones” [11], y un proyecto como es el ITER u otros que nacen a partir de éste, pero, con financiación privada como General Fusion (Canadá), Helion Energy, Tri Alpha Energy, Industrial Heat (Estados Unidos), o Tokamak Energy (Inglaterra) [12], podrían perder relevancia y la esperanza depositada dentro de los grupos sociales en cuanto a la actual actividad de investigación científica y desarrollo tecnológico (I+D) en términos ambientales.

Por este motivo, es sensato como sociedad, poner en tela de juicio dicho proyecto, es decir, construir una opinión crítica capaz de apreciar la existencia de un «cóctel» de gobiernos y empresas de diferentes países – potencias mundiales la mayoría-, con una intensa inversión, durante décadas, de dinero y recurso humano, que recluta a los mejores expertos y especialistas. Este último agente humano es el único capaz de construir la máquina, pero también de evaluar y valorar su impacto, lo que resulta grave, ya que las mismas instituciones son juez y participantes, y por una parte invierten en la ejecución del proyecto, pero por otra, valoran el riesgo y la incertidumbre de la trayectoria tecnológica del artefacto y su innovación. El resultado pone de manifiesto una peligrosa tecnocracia, capaz de influenciarse por el determinismo tecnocientífico derivado del principio de autoridad que aún se conserva en parte de la comunidad científica. Esta actitud camicace parece poner en peligro a la humanidad en general, a costa de los intereses de unos cuantos, además de que no resulta justo, en un sistema soberano global, conformado por 194 países -como se ha indicado al principio de este párrafo -, que el único agente involucrado en el juicio y desarrollo de una innovación de tal calibre, sea la voz de los tecnócratas. Los conceptos de tecnocracia y democracia, no resultan compatibles si se llevan a cabo al unísono, más bien se excluyen y se repelen. Por tanto, no solo es importante desarrollar una actitud crítica de la sociedad respecto al avance tecnocientífico y su transformación de la realidad, sino que, esta opinión es legítima y vinculada al carácter soberano de una participación democrática, y es sinónimo de la importancia de la adquisición de cultura científica por parte de la sociedad.

Dentro de la esfera científica, el mensaje de Silvio Funtowicz que postula en la idea de Ciencia Postnormal, sobre la existencia de diferentes opiniones dentro de la comunidad científica es esperanzador pues, no todos los científicos y tecno-científicos van a una sola voz, ahora se cuestionan los unos a los otros [11,13]. El autor consecuentemente, atiende al concepto de Sociedad de riesgo de Beck [14], basándose en el contexto que conforma el rápido avance de la I+D+I, el desarrollo de nuevos sistemas de innovación y su interacción con la sociedad, esta dinámica ha ido generado un estado de incertidumbre en el contexto mundial actual, debido a la falta de transparencia en los datos, la falta de recursos para afrontar estas constelaciones tecnológicas, la falta de herramientas y conocimiento de nuevas tecnologías o por el momento temporal que nos encontramos. Funtowicz, propone para gestionar dicha incertidumbre, la unión y participación de todos los actores comprometidos, involucrados, que sufren, ya sea las consecuencias del indiscriminado desarrollo, como las derivadas de la aplicación en términos de innovación. Estos agentes están capacitados – respecto de sus diferentes niveles –, para participar en el proceso de decisión, desde sus diversos roles; si ellos logran redefinir el problema, no eliminarán la incertidumbre, pero sí podrían mejorar la calidad de la misma [11]. El carácter esperanzador de este comunicado, es comprometer a la sociedad en la reflexión y valoración de los riesgos de la aplicación de la ciencia y la ejecución de megaproyectos tecno-científicos como el ITER y no ser simples actores pasivos ante estos. La consigna es privilegiar la democracia en las decisiones del campo tecno-científico que afectan al planeta, y este propósito no es posible sin una cultura científica de la ciudadanía que construya el juicio individual del ciudadano.

Sin embargo, otra perspectiva que se baraja dentro de la presente investigación surge al observar que no es suficiente que la sociedad se involucre en las decisiones, lo que puede parecer imposible, si no se establecen mecanismos que lo permitan, desde las posiciones de poder, es decir, de las jerarquías superiores y de sus intereses. Finalmente, estos mecanismos sugieren estar teñidos con un carácter provechoso y restan valor a la propuesta de participación democrática ciudadana. Una perspectiva teórica para observar este fenómeno, podría ser la teoría del poder de Foucault que entra en la corriente estructuralista de la sociología. En su libro «Los intelectuales y el poder» habla del entramado de poderes, incluyendo el de los «simples mortales», donde interactúan unos y otros, pero quienes tienen el conocimiento, no intentan sublevarse ante el resto, sino que usan este encauzándolo hacia un destino, sin decir el cómo se llegará a él, y es justo ahí donde estriba su poder [15]. Puede sonar a algo como: “el fin, justifica los medios”; nos encuadran en el problema, nos venden un objetivo, en este caso sería el #7 que aparece en la agenda al 2030 de desarrollo sostenible: “Energía asequible y no contaminante” [16]; finalmente, se los compramos, por tanto, es permisible que hagan lo que tengan que hacer para lograrlo. A modo de analogía, es similar a cuando a un niño pequeño hace berrinche porque no quiere vestir el atuendo que su madre ha elegido para él, en consecuencia, ella opta por dejar sobre su cama tres mudas para que él elija la que quiera, así, brinda al niño la satisfacción de haber elegido – lo que sería su nivel de poder como hijo – aunque en realidad, fue el actor en posición superior – la autoridad, es decir, nivel de poder como madre – quien eligió por él.

Con esto, sin afán de destruir lo esperanzador que pueda resultar el mensaje de Funtowicz, parece injusto que, desde un nivel jerárquico superior se “otorgue” la posibilidad de participación a la sociedad en la toma de decisión. Ya que, un nivel de poder superior que plantea al inferior un abanico de posibilidades de las cuales elegir y así mostrar a la ciudadanía que también tiene su nivel de poder, es una manera de conveniente actuación en políticas públicas y sugieren expresar cierta demagogia para callar a las masas. Por tanto, se manifiesta que el involucramiento de los posibles afectados no debe surgir por cortés “invitación” de quienes han decidido por ellos, debe emanar desde ellos, y la reducción de incertidumbre debe ser el resultado de la preparación, estudio y conocimiento alterno que ellos generen, para que se les confiera poder en un mismo nivel y capacidad para cuestionar. A esta apropiación, digamos del corpus científico, necesario para juzgar el desarrollo, uso y aplicación de la ciencia, se ha referido durante el texto presente como cultura científica, concepto que actualmente es utilizado en torno a la medición del conocimiento científico ciudadano para conformar una actitud crítica y rigurosa, en un marco de ciencia democrática y participativa gracias a las diferentes maneras de aprendizaje y educación. Sin embargo, eso es otro asunto, ya que el sistema educativo también está en manos del mismo poder, y si todos tuviésemos las mismas oportunidades y recursos para formarnos, tendríamos un conocimiento heterárquico en cuanto al nivel, o lo que es lo mismo una cultura científica equitativa, aunque no en especialidad. Por ende, sea por interés o no, cuando son los mismos los que deciden y los que la reglamentan, se produce un fenómeno adoctrinador. En definitiva, la convergencia de la educación con la ciencia, la política y la economía, desde una perspectiva de sociedad de riesgo, donde es legítimo un marco legal y judicial, apunta a ser complicada una regulación ética e igualitaria, capaz de abarcar todas las limitaciones que puedan derivarse de la regularización y normatividad académica, especialmente las consecuencias adoctrinadoras.

¿Cómo regular o cómo normativizar, ya sea para uso académico o para uso innovador, dentro de la economía capitalista para: el proceso de desarrollo tecnológico, la actividad científica, el recurso educativo o un proyecto de tal magnitud como el ITER? La respuesta suena utópica cuando lo dejamos únicamente en manos de la educación, pero se trata de algo esencial el favorecer un proceso de enseñanza-aprendizaje desde los niveles más elementales con valores éticos para vivir en colectividad. De tal modo, que en el futuro los profesionales, científicos y tecnólogos, se desenvuelvan en su trabajo con “buenas prácticas”; aunque siempre habrá algún factor incontrolable, pues en el presente todo es aleatorio y la realidad es impredecible. Por esto, compartimos con Funtowicz, que, si bien no es posible acabar con la incertidumbre, es posible reducirla, y factores como una buena educación universal y accesible para todos bajo un marco ético, puede equiparar los niveles de poder, por lo menos a nivel de conocimiento, que ante proyectos como el ITER son fundamentales.

Quizás por lo pronto, podríamos pasar de lo que sería un monopolio a un oligopolio, como primer avance de la verdad y el conocimiento, promoviendo desde nuestra postura occidental privilegiada, la pluralidad de opiniones y concepciones en la base de una práctica ética. Aun así, existe también el factor de la competitividad en el libre mercado del capitalismo, que abre espacios de innovación donde solo uno puede ganar, en este caso, si pasamos de monopolio a oligopolio, estaríamos frente a un «holding» de los mismos de siempre, que continuarían estableciendo las bases reguladoras. La clave, podría estar, según las autoras del artículo, en una sociedad consciente de los daños que acarrea un sistema centralista y mediante la procuración y adquisición de las herramientas adecuadas, las cuales, pueden provocar un cambio. Insistimos en el rol de una educación sin carácter adoctrinador, que es justamente, tal y como percibimos la manera de adquirir conocimiento actualmente. Hay que comprender, que el conocimiento no es un dogma, por ello debemos aprender de la flexibilidad relativa de la «verdad», comprendiendo la generalidad y el carácter poliédrico de la epistemología del conocimiento, y no simplificando la información a un concepto único académico. Tal vez, desde esta perspectiva tolerante, sensata y consciente derivada del paradigma educativo, a largo plazo también lo haga el paradigma económico y consecuentemente, el tecnológico que nos envuelve.

En conclusión, de lograrse los objetivos de este megaproyecto tecno-científico del ITER con fines de innovación a largo plazo, bajo el dominio de potencias económicas y del conocimiento, con alto impacto en el mundo, pero que, por su costo, será complejo de reproducir en ciertos países. En consecuencia, generará grandes beneficios económicos y ambientales, a unos cuantos, sin embargo, los beneficios sociales no serán iguales para todos. Ya que, incrementará aún más la brecha tecnológica y la desigualdad, eso sin mencionar que, guste o no, esos beneficios son a costa del riesgo, no solo de quienes se involucraron en el proyecto, sino de todos los que estamos montados en la casa común llamada planeta… Si es ciencia gubernamental, transciencia, ciencia reguladora, tecnociencia, qué más da cómo llamarle a este tipo de producción científico-tecnológica, si lo que nos ha de ocupar como sociedad es pasar de ser simples agentes pasivos, observadores y receptivos, a ser agentes activos, con conocimiento, capacidad y autoridad para cuestionar a la ciencia, a la tecnología y a la innovación. En definitiva, es necesario fomentar la cultura científica en el agente no experto, en nuestro caso sería la ciudadanía, para establecer debates enriquecedores entre comunidad científica y sociedad, para una I+D más realista, empática, participativa y sostenible. Así, mediante la apropiación del conocimiento, desde diferentes niveles de complejidad, y, con una educación no adoctrinadora, se consiga acercar a una realidad que rompa con el modelo centralista neoliberal económico, transitando a un nuevo paradigma tanto educativo como tecnológico y educativo menos competitivo y de cooperación.

 

Referencias

[1]           I. L. de Regil, “Ambivalencia tecnológica – Dra. Irma Livier de Regil Sánchez · Jefa de Investigación UNIVA,” Guadalajara, Mexico, 2020. https://www.youtube.com/watch?v=_xZ3Tnl5N18.

[2]           I. Comunity, “¿Qué es ITER?,” Francia, 2020. https://www.iter.org/fr/proj/inafewlines.

[3]           U. N. A. Estrella and E. N. La, “Iter una estrella en la tierra,” pp. 18–20, 1975.

[4]           /DEREK J. DE SOLLAPRICE;TR. JOSE MARIA LOPEZ PINERO, HACIA UNA CIENCIA DE LA CIENCIA. .

[5]           A. M. Weinberg, “Impact of large-scale science on the United States,” Science (80-. )., vol. 134, no. 3473, 1961, doi: 10.1126/science.134.3473.161.

[6]           J. D. (1954/1957. Bernal, Historia social de la ciencia, vol. II: Laciencia en nuestro tiempo., Ediciones. Mexico, DF, 1960.

[7]           J. Echeverría, “De la filosofía de la ciencia a la filosofía de las tecno-ciencias e innovaciones From the philosophy of science to the philosophy of technosciences and innovations,” Rev. CTS, no, vol. 28, pp. 105–114, 2015.

[8]           Ecologistas en acción, “El ITER: una fantasía de alta tecnología peligrosa y cara,” Ecologistas en acción. 2005, [Online]. Available: http://www.ecologistasenaccion.org/article2412.html.

[9]           S. Jasanoff, Risk management and political culture: a comparative study of science in the policy context, no. 12. 1986.

[10]        S. Jasanoff, “Procedural choices in regulatory science,” Technol. Soc., vol. 17, no. 3, 1995, doi: 10.1016/0160-791X(95)00011-F.

[11]        S. J. L. L. Funtowicz, “Seminario Cultura Científica y Medioambiente,” UNED, España. https://www.youtube.com/watch?v=llEaRZy0EHI.

[12]        “Villoro Publico Vs Privado.” .

[13]        S. Funtowicz and J. Ravetz, “2000-Funtowicz-Y-Ravetz-La-Ciencia-Posnormal.Pdf.” 2000.

[14]        L. Clarke and U. Beck, “Risk Society: Towards a New Modernity.,” Soc. Forces, vol. 73, no. 1, 1994, doi: 10.2307/2579937.

[15]        M. Foucault, “Los Intelectuales y el Poder,” Guaraguao, vol. 22, no. 20, 2006.

[16]        ACNUR, “ODS: Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU,” ONU, 2017. https://eacnur.org/es/actualidad/noticias/entidades-publicas/ods-objetivos-de-desarrollo-sostenible-de-la-onu?&tc_alt=47342&n_o_pst=n_o_pst&n_okw=_b__c_52693938160&gclid=Cj0KCQiA8dH-BRD_ARIsAC24uma3IF57NtiwGhwGAFcaTay4R_1bGBVrdT5tWSd38rv7Ur0ZuOnQScoaAvDyEALw_wcB.

Aprendizajes y posibilidades

By Voces Univa, Voces UNIVA

Pbro. Lic. Armando González Escoto • Director de Publicaciones del Sistema UNIVA

 

Hace un año todos nos deseábamos un feliz 2020. Nuestros deseos se cumplieron sólo en parte, pero para todos ha sido un año de aprendizajes inesperados y posibilidades descubiertas.

Estamos tratando de aprender y asimilar que todavía no tenemos la garantía de la salud y de la vida asegurada, y que probablemente un semejante ideal debe ser sustituido para siempre por la conciencia de lo imprevisible.

Lo imprevisible tiene que ver con la maravillosa variedad del cosmos y sus incontables mutaciones que acaban escapando a todo cálculo humano, superando a la ciencia en su rigor y a la filosofía en su especulación una y otra vez.

Nos hemos dado cuenta de que no hay hábito que no se rompa cuando se pone en grave riesgo la vida, y que la jerarquía de nuestros valores, tantas veces alterada en los tiempos normales, puede restablecerse con inusitada prontitud cuando las circunstancias cambian drásticamente. Ni los casinos, ni los antros, ni los estadios eran insustituibles.

Ahora sabemos mejor lo que significa ser parte de un país que no ha podido invertir suficientemente en la ciencia y en la tecnología, si bien tenemos la posibilidad de comprar la vacuna que otros países están produciendo, lo cual ya es una ventaja, aunque haya que hacer “cola” para alcanzar el beneficio.

Curiosamente, lo que no pudo prevenir ni remediar en automático la medicina, lo pudo paliar la tecnología de la información tanto alertando al planeta entero, como haciendo el papel tutorial que va guiando en el sinuoso sendero de la epidemia.

Por lo mismo, la perniciosa pandemia del COVID, trajo la útil pandemia del trabajo, el estudio, el esparcimiento, el comercio, la vida religiosa, y las comunicaciones “en línea”, sin la cual el desastre sería mucho mayor. No dejamos de observar que estas valiosas herramientas las hemos también recibido de las sociedades que apuestan más al cultivo de la ciencia que a la fundación de partidos y guerras de políticos.

La generalización de las clases en línea, privaron al magisterio de algunos estados, de una de sus armas favoritas, la suspensión de clases, el paro de actividades, pero volvieron a mostrar la enorme desigualdad tecnológica que existe en México, ya que no todos los niños viven en lugares donde el acceso a internet sea viable, ni disponen de los insumos indispensables para acceder a estos recursos.

Nunca habrá suficientes palabras para destacar el heroísmo de los trabajadores de la salud: afanadores, choferes, trabajadores sociales, guardias, cocineros, lavanderos, camilleros, enfermeros, médicos, hombres y mujeres, jóvenes y adultos, que han vivido estos meses justo inmersos en el espacio en el cual nadie elegiría estar.

Un escenario crítico global, como el que hemos estado viviendo, ha mostrado igualmente la diversidad de estados mentales que se da en la humanidad y que se ha derramado por las redes sociales. Todas las patologías, los tremendismos, los negacionistas, las figuraciones apocalípticas, los oportunismos, los incontables mensajes del “más allá”, las confabulaciones mundiales maliciadas, los extremismos, abonando sobre las imaginaciones fértiles y las inteligencias débiles.

Un universo de aprendizajes y oportunidades que no debemos dejar de analizar, aprovechando cuanto sea realmente valioso y desechando la increíble cantidad de paja que se ha revuelto con el trigo.