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Voces Univa

Ronald Hubbard y el trasfondo ufológico de la Cienciología

By Voces UNIVA, Voces Univa

Dr. Fabián Acosta Rico • Docente-Investigador UNIVA Plantel Guadalajara

 

Hasta este momento, se han mencionado creencias ufológicas, cuya adopción no conlleva un compromiso religioso formal; pero, que pueden alterar la cosmovisión de las personas que le prestan su credulidad a estos modernos gurús de los extraterrestres. No obstante, desde mediados del siglo pasado, han surgido cultos ufológicos debidamente organizados que bien pueden ser calificadas de religiones, pues cuentan con un dogma, rituales y códigos éticos. La mayoría están estructuradas de forma sectaria y en algunos cultos, de tipo pernicioso, incluso, han manipulado a sus seguidores para realizar suicidios masivos como ocurrió con la secta ufológica la Puerta del Cielo. Su líder, Marshall Applewhite convenció a 39 de sus seguidores de quitarse la vida en 1997 con la promesa de que sus almas abordarían una nave espacial extraterrestre que volaba detrás de la cola del cometa Hale-Bopp, cuya aparición en el firmamento terrestre sí dio en ese preciso año.

Otras religiones o cultos ufológicos barajean en su discurso doctrinal o ideológico el tema del supremacismo o prejuicio racial; un par de ejemplos, situados en polos opuestos, lo tenemos en la Nación del Islam y con el que podemos denominar como culto serranista (por su pensador Miguel Serrano). El primero sostiene que la raza negra es de origen extraterrestre, su líder, Wallace Fard Muhammad se presentó a sus seguidores como una encarnación de Ala; quien sería uno de los doce extraterrestres miembros del consejo que rige nuestro universo. El segundo, por el contrario, afirma que la raza blanca y en particular la aria proviene de un planeta que orbita la estrella Aldebarán; Hitler y los nazis tuvieron contactos con seres extraterrestres caucásicos quienes, supuestamente, les ayudaron a desarrollar una tecnología bélica adelantada a su época.

Otros cultos ufológicos importantes son el Movimiento Raeliano y la Orden Tifoniana; éste último inspirado en la literatura de terror cósmico de H.P. Lovecraft. Sin duda de todas las religiones, iglesias y sectas ufológicas una de las más influyentes y con mayor número de adeptos es la fundada por Ronald Hubbard, la Cienciología.

Hubbard es todo un personaje representativo de los rumbos que están tomando las neorreligiosidades contemporáneas inscritas en el esoterismo de masas. Estas religiosidades no precisan de un profeta o un místico que las funde; surgen más de la obra y el ingenio de creativos y escritores de fantasía o de ciencia ficción; los universos ficticios ideados por estos talentos literarios seducen y cautivan a los grandes públicos invitándolos a concebir realidades más allá del entendimiento ordinario.

Hubbard dio ese paso que convierte a un novelista en un gurú moderno: llevó sus ficciones literarias a la esfera de lo religioso transformándolas en neomitologías. Para que el literato mutara en líder carismático se hizo necesario mitificarlo y así ocurrió. La historia que de su vida se cuenta dentro de la Iglesia de la Cienciología lo describe como un hombre excepcional, de grandes y múltiples talentos que pasó por etapas que lo fueron preparando para convertirse en una mente esclarecida destinada a revelar una gran verdad y de guiar a la humanidad hacia la libertad y la felicidad.

Hubbard nació el 13 de marzo de 1911, en Tilden, Nebraska y murió el 24 de enero de 1986. Durante su infancia su familia cambió de residencia en varias ocasiones. Como si de una novela se tratara, él y sus biógrafos afirman que siendo niño confraternizó con los indígenas de la tribu de los Pies Negros, en cuya tradición fue iniciado por un curandero local, ganándose el muy raro estatus, para un cara-pálida, de hermano de sangre.[1] Su aventura existencial continúa después con los niños exploradores convirtiendo en el Scout Águila más joven de su país.

Tras estudiar psicoanálisis con el comandante Joseph C. Thompson, discípulo directo del propio Sigmund Freud, pasó por la casi obligada visita al Tíbet (es casi un cliché entre los buscadores de las grandes verdades el ir a oriente: a la India o al país de las montañas a recibir la iniciación de una swami o de un rinpoche). Precisamente, en esta insistencia de mitificarse en su calidad de líder carismático, Hubbard afirma que a los 19 años, al ser reubicado su padre al Pacífico Sur con el cargo de comandante de la Marina de los Estados Unidos, pudo viajar por China e India, en uno de sus viajes dice haber ingresado en las lamaserías prohibidas del Tíbet de las Colinas Occidentales de China; donde tuvo el privilegio y la distinción de estudiar con uno de los últimos magos de la línea de aquellos que sirvieron en la corte de Kublai Khan.

Durante la Segunda Guerra Mundial sirvió en el ejército estadounidense, con el grado de teniente. De regreso en su patria, escribió la obra que lo catapultó como uno de las figuras más reconocidas de la literatura de la superación personal y autoayuda emocional y psicológica: Dianética: La Ciencia Moderna de la Salud Mental; la cual salió publicada el 9 de mayo de 1950. La obra tuvo muy buena aceptación colocándose en la lista de best-sellers del New York Times.

Es en esta obra y en otros escritos posteriores en los que Hubbard asienta los fundamentos exotéricos de su filosofía o doctrina; las bases esotéricas o mistéricas de ésta, como veremos más adelante, se desprenderán de sus especulaciones ufológicas reservadas para los seguidores de su iglesia dispuestos a pagar por ellas considerables cantidades.

En sus principios profanos, la propuesta filosófica de Hubbard tiene muchas proximidades con el psicoanálisis. Preocupado por la salud mental de las personas y deseando brindarles un método probadamente científico que los conduzca a la felicidad, Hubbard ideó toda una terapéutica que comienza afirmando que la raíz de nuestros males emocionales está en lo profundo de nuestra mente donde yacen grabadas experiencias desagradables que forman imágenes mentales. Estas malas y dolorosas experiencias quedan grabadas secuencialmente formando lo que Cienciología llama líneas temporales. Las dolorosas vivencias grabadas en las líneas temporales se acumulan debajo del nivel consciente formando la mente reactiva (Teología y práctica de una religión contemporánea. Cienciología, 1998, pág. 16).

La Dianética promete escarbar hasta lo más profunda de la mente reactiva y liberarla de los traumas pasados ayudándole a la persona a recuperar su estado espiritual individual y con él sus capacidades artísticas, fuerza personal, carácter, bondad y decencia innatas. A este estado la Dianética le llama Clear.

La Cienciología es todo menos materialista sostiene que el ser humano es un ser espiritual constituido por cuerpo y mente; y que el espíritu es la fuente de todo lo bueno, decente y creativo del mundo. (Teología y práctica de una religión contemporánea. Cienciología, 1998, pág. 17). Como en el universo de Star Wars, para la doctrina de Hubbard todo en el universo permanece en unidad y armonía gracias a una fuerza de vida espiritual la que llamó thetán: La fuerza de vida existe aparte del universo físico (MEST), pero actúa sobre él… (Teología y práctica de una religión contemporánea. Cienciología, 1998, pág. 18) En Cienciología, esta visión fluye de la teoría de que thetán crea el MEST (el universo físico)…:

El thetán, sin embargo, no pertenece al universo de la materia, la energía, el espacio y el tiempo, y por tanto no cesa de existir cuando el cuerpo muere. Es inmortal (Teología y práctica de una religión contemporánea. Cienciología, 1998, pág. 19).

Para la Cienciología la raíz de nuestros males, insatisfacciones y frustraciones reside en la pérdida de identidad que sufrimos con el anquilosamiento materialista que sufre nuestro ser espiritual o thetán. Somos seres incompletos. La Dianética, con su tecnología espiritual que retoma muchas de las enseñanzas de la sabiduría oriental, pero la pone al día, promete salvarnos de nuestra miserable condición: “La salvación completa del thetán lo que la Cienciología llama la Libertad total, se alcanza mediante la práctica de los servicios religiosos de Cienciología” (Teología y práctica de una religión contemporánea. Cienciología, 1998, pág. 21). El resultado final de darle seguimiento al método de la Cienciología es un estado de conciencia que le ayuda al individuo a asumirse plenamente como un ser espiritual, que tiene la certeza de que el alma y la identidad transcienden la materia y por ende son inmortales.

Finalmente, en esta, la que he denominado la cara exotérica de la Cienciología, la cual podría decirse es su carta de presentación ante sus nuevos adeptos; tómese en cuenta que este cuerpo de técnicas y creencias son mostradas con toda claridad y sistematicidad en la literatura popular escrita Hubbard y sus continuadores, la cual tiene de trasfondo una teología deísta. En efecto, para la doctrina de Hubbard en el pináculo de la creación está el Ser supremo o Dios; dicho ser en sus infinitas posibilidades se le manifiesta a que cada persona de manera distinta guarda con cada quien una relación personal y única. Suena lo anterior a las viejas doctrinas protestantes, pero sin la Biblia. Absurdo resulta por tanto imponer una visión única de Dios; el conocimiento que podamos tener de él es en realidad un descubrimiento personal posible cuando hemos alcanzado la Libertad total (Teología y práctica de una religión contemporánea. Cienciología, 1998, pág. 26).

Nuestro escritor de novelas populares de ciencia ficción logró fusionar algunas de las creencias de las religiones orientales como la de la trasmigración de las almas con un deísmo de matriz cristiana. Hasta aquí sus ideas y creencias religiosas no presentaban ninguna conexión clara con la ufología; para adentrarse en estos saberes, el culto, según cuentan algunos de sus exmiembros, espera fidelidad y generosidad monetaria de sus seguidores. Las enseñanzas ufológicas mistéricas demandan preparación y al parecer también dinero. Es una religión de ricos y de celebridades.

Es bien sabido que la Iglesia de la Cienciología, con sus millones de seguidores en todo el mundo ha sabido cautivar a reconocidas celebridades de Hollywood; actores que en sus películas han divulgado al gran público algunos de los principios teológicos y ufológicos de su extinto gurú. Los casos más conocidos son el de Tom Cruise con su película del 2013 Oblivion; Will Smith a quien se le vincula con la Iglesia de la Cienciología por haberle donado al culto fuertes cantidades de dinero y cuya película After Earth, la cual protagoniza con su hijo, recrea desde la ficción cinematográfica algunas de las premisas de la ufología y teología de Hubbard. Por último, tenemos a John Travolta quien estelarizó en el 2000 la película Battlefield Earth inspirada en una de las obras del autor de la Dianética.

El credo ufológico de la Cienciología parece también sacado de uno de los relatos de ficción de Hubbard. Como Sitchin, Hubbard asevera que los extraterrestres ya han estado en la tierra hace 75 millones de años. El emperador galáctico, Xenu, regía sobre un poblado conglomerado de planetas, 76 en total, cada uno estaba habitado por 178 mil millones de seres. Queriendo rebajar este número, el emperador planificó un genocidio. Con ayuda de psiquiatras llamó a billones de sus súbditos a los que adormeció inyectándoles una mezcla de alcohol y glicol. Inconscientes los raptó y subió a naves espaciales parecidas a los aviones DC-8. Su destinó era el planeta tierra; donde masivamente fueron depositados, aún paralizados, alrededor de las bases de volcanes, los cuales hicieron erupción al serles detonadas bombas de hidrógeno. Como en Pompeya, la lava arrasó a los billones de secuestrados. Una marea de almas de los condenados ascendió al cielo agitado por los vientos nucleares desatados por las explosiones. Para evitar su retorno, Xenu las atrapó con rayos eléctricos; las empaquetó y las llevó a cines enormes donde estuvieron por varios días viendo películas en 3D que sembraron en ellas creencias religiosas falsas acerca de Dios, el diablo y Cristo. A este proceso de inducción de recuerdos y creencias se le llamó implante. Terminadas las películas las almas o thetán abandonaron las salas y se juntaron en ramilletes de mil que invadieron cuerpos vivos.

El malvado emperador fue derrocado y confinado a una montaña de los planetas que él gobernaba. Encerrado en un campo de fuerza, Xenu aún vive. Los seres humanos actuales estábamos infestados de thetanes. Para tener un alma libre, es decir, sin recuerdos y creencias implantados, necesitamos de las técnicas de exorcismo y desprogramación que imparte la Iglesia de la Cienciología. El creyente tiene que gastar una suma importante para ser tratado y liberado.

Los extraterrestres, según Hubbard no han dejado de visitar la tierra. Otras teorías sostienen que en realidad nunca se han ido y que están entre nosotros ocultos manejando los hilos de la política, la economía, la cultura y la religión.

[1] Esta información fue obtenida de una de las páginas oficiales de la Iglesia de la Cienciología: https://www.scientology.org.mx/faq/scientology-founder/who-was-lronhubbard.html del artículo intitulado ¿Quién fue L. Ronald Hubbard?

No solo es tecnología digital

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Mtra. Elena Martínez Garza • Coordinadora de Imagen Corporativa del Sistema UNIVA

 

Que una empresa utilice herramientas digitales no le garantiza el éxito comercial, o la supervivencia en tiempos de pandemia por COVID-19.

Es interesante observar que la mayor parte de las empresas maduras en el uso de la tecnología, coinciden con ciertas características que las distinguen: cuentan con organigramas simples y horizontales, se adaptan con flexibilidad al entorno, utilizan el intraemprendimiento continuo como pilar del crecimiento, realizan la experimentación del prototipado de productos con rapidez en la implementación, y utilizan el aprendizaje validado para dar el siguiente paso. Nada que las empresas jóvenes no puedan replicar, pero mucho que las empresas tradicionales offline deben aprender.

Si bien es cierto que el presente (por no decir el “ayer”) empresarial de casi todos los sectores se vislumbra en ambientes digitales, hay que considerar una mezcla fundamental de elementos para el porvenir comercial en esos “misteriosos” entornos: talento humano, metodología, estrategia y claro, tecnologías.

Las startups de hoy reúnen talento humano experimentado, con o sin grado académico, con igual o mayor habilidad en el desarrollo de proyectos digitales que los líderes fundadores; saben que la gente es clave para el crecimiento comercial y el alcance exponencial, la tendencia es el trabajo colaborativo no asalariado o entre pares (Per to Per).

El comercio electrónico y la innovación escalonada en productos no son otra cosa que metodologías enfocadas en la venta, consiste en implementar técnicas o sistemas basados en el crecimiento constante, conocidas por el término de Growth hackers que se define como el conjunto de técnicas, principalmente digitales, para el crecimiento acelerado que busca conseguir el mayor número de usuarios o clientes al costo más bajo y en un periodo más corto de tiempo.

Para muchos empresarios la estrategia sería el elemento fundamental a priorizar, independientemente de si el negocio se encuentra dentro o fuera del Internet, pero como les preocupa quedarse fuera de la tendencia global del comercio electrónico, creen ingenuamente que solo basta con llevar su actual modelo de negocio a las herramientas digitales y difundir sus productos en las redes sociales. Una de las principales estrategias que favorece a los negocios online, consiste en “pivotear” constantemente conforme a los intereses y conductas de un específico nicho de mercado, es decir, redirigir periódicamente el rumbo, tanto el comercial como de branding, basándose en la información que dejan los prospectos y/o actuales clientes, esas métricas (propias y ajenas) se convertirán en la “esfera mágica” que predice el futuro e indica el rumbo a seguir; pareciera una acción improvisada, pero el nuevo líder digital debe saber leer e interpretar el nuevo “lenguaje” de los algoritmos que genera la analítica económica, el Big Data y el Marketing 4.0

Entendamos al ambiente digital como la “nueva” tierra fértil para el crecimiento exponencial de los negocios, y más aún, en estos tiempos de pandemia. Sin embargo, la tecnología no logrará nada por sí sola respecto a la preciada cosecha de la rentabilidad sin el talento humano, los procesos y las estrategias de predicción.

Estados Unidos, ¿democracia en crisis?

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Pbro. Lic. Armando González Escoto • Director de Publicaciones del Sistema UNIVA

 

La primera nación democrática del mundo moderno fue Estados Unidos, un país que además hizo misión propia llevar y defender la democracia por todo el planeta. Doscientos cuarenta y cuatro años después enfrenta una crisis que no se presentaba desde la sucesión Adams – Jefferson, a comienzos de su historia independiente.

La crisis es tanto de sus instituciones electorales, de la vivencia de la democracia en sí misma, y también del modo en que unos y otros ubican a su nación en el concierto del mundo. En la polémica Trump – Biden se enfrentan dos mundos opuestos, el individualista y el universalista, en proporciones prácticamente iguales. Atrás de Biden se ubica la mitad de los norteamericanos y el resto del mundo, salvo muy raras, extrañas y absurdas excepciones. Atrás de Trump sólo está la otra mitad de Norteamérica y esas raras, extrañas y absurdas excepciones.

En la personalidad colectiva que representa Trump se funden el racismo clasista del antiguo este con la prepotencia salvaje del viejo oeste. En Biden opera la Norteamérica que ha querido ser futurista, y dialogal consigo misma y con el mundo, aunque ambos personajes tengan como principal prioridad mantener las prerrogativas del imperio. Las diferencias son de grado, pero a esos niveles basta un grado para marcar una diferencia colosal.

Con Trump el neocapitalismo liberal volvió a ser brutal, y el imperialismo prepotente. Con Biden podría recuperarse la política de “todos ganan” aunque lo hagan en distinta proporción. Con Trump se mantendría la línea de “gano yo” y nadie más.

A primera vista parecería un duelo de ancianos, si no estuviesen respaldados por movimientos sociales bastante jóvenes, aún si son la reedición de antiguas fobias, como el movimiento neo nazi, o la siempre viva ultraderecha religiosa farisaica y maniquea.

En el neonazismo norteamericano de hoy revive el ku klux klan de siempre, pero ya no persiguen a judíos o negros, sino a latinos y asiáticos, y en general a los migrantes, persuadidos de la teoría de Samuel Huntington, publicada por primera vez en 1993, según la cual los inmigrantes son una verdadera amenaza para la “civilización” norteamericana, amenaza que debe ser erradicada sin parar en modos ni en recursos. Bueno, así como hay autores que se adelantan a su tiempo, los hay que nacen varios siglos después de su tiempo.

Sin duda la sociedad norteamericana vive hoy numerosas contradicciones y graves desafíos, tan serios y acuciantes que a la actual administración le dio por disparar en todas direcciones, señal inequívoca de su incapacidad para entender su problemática social e identificar las soluciones; nunca es tan evidente la impotencia de una sociedad para rehacerse como cuando tiende a encerrarse, aislarse y agredir al resto del mundo.

Con Biden puede restablecerse un sentido común pragmático y sensato que serene a la sociedad estadounidense, y la haga más capaz de discernir tanto su condición actual como sus posibilidades de futuro en un contexto irreversiblemente global, donde los liderazgos no se imponen, se comparten, y las hegemonías económicas se abren en aras de la sustentabilidad y el multiculturalismo.

 

Publicado en El Informador del domingo 22 de noviembre de 2020

La naturaleza como don de Dios

By Voces UNIVA, Voces Univa

Dr. Fernando Sánchez Martínez • Docente UNIVA Online

 

La cuestión del medio ambiente es sin duda uno de los principales problemas que se ha agravado gracias a la intervención de la mano del hombre. El consumismo exacerbado, el individualismo capitalista, las promesas de campaña de gobiernos populistas, el afán de la permanencia en el poder, el desinterés por el cuidado de la casa común, la tendencia de utilizar tanto a las personas como al medio ambiente como un medio y no como un fin, la impasibilidad frente a la extinción de las demás especies, reflejan la crisis existencial que como humanidad enfrentamos en este inicio de la segunda década del siglo XXI.

La pandemia de COVID-19 además de cobrar vidas, hundir la economía global, emplazar a millones de personas a la pobreza, no es más que el resultado de una antropología posmoderna que utiliza y desecha tanto a las diversas especies como al mismo ser humano. Esta enfermedad zoonótica, causada por la irresponsabilidad, transmitida de animales a humanos, deja al descubierto el uso indiscriminado que se le ha dado a los dones de la naturaleza, la cual seguimos dañando.

Un claro ejemplo en México es el interés por parte del presidente López Obrador en volver a la generación de la electricidad por medio del carbón, una visión totalmente contraria al cuidado del medio ambiente y la generación de la salud, ya que “sabemos que la tecnología basada en combustibles fósiles muy contaminantes – sobre todo el carbón, pero aún el petróleo y, en menor medida, el gas – necesita ser reemplazada progresivamente y sin demora” (LS, 165).

Ante este tipo de propuestas, la responsabilidad del cuidado del planeta como ciudadanos y creyentes es mutua e intergeneracional, es decir, las generaciones anteriores nos han legado el planeta en una situación específica, ante ello es que hemos actuado haciendo uso de los bienes de la naturaleza por lo que como creyentes se nos pedirá cuentas.

De ahí que el Papa Francisco llama a una conversión ecológica, ya que no solo basta la doctrina, la fe, esta se hace visible y palpable en una forma de vivir, de pensar y actuar, por lo tanto, el compromiso cristiano va más allá, es aún más profundo que una visión política partidista. El compromiso a vivir la fe desde el cristianismo implica proteger a la naturaleza como don de Dios, desde una ética intergeneracional, pensando en los que vendrán, donde el desarrollo económico sea el medio para generar un verdadero desarrollo humano integral, el cual pondere todas las dimensiones de la persona y así se logre alcanzar una sociedad más humana, más justa, más saludable y amigable con el planeta.

 

Publicado en El Semanario Arquidiocesano de Guadalajara del domingo, 15 de noviembre de 2020.

 

Referencias

Francisco (2015). Laudato sí. Recuperado de:

http://www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclica-laudato-si.html

 

Les presumo a mis amigos

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Mtra. Laura Ofelia Robles Sahagún • Coordinadora de Alumni y Bolsa de Trabajo

En la entrega de premios en los que la Universidad, en la que tengo el honor de colaborar, reconoce a sus estudiantes por su liderazgo, compromiso, la responsabilidad social y el espíritu creativo, el Rector, al momento de emitir su mensaje dijo (palabras más, palabras menos), que tendemos a hablar de los aspectos negativos de los jóvenes, pero hay tantos motivos para hablar de lo bueno que tienen, que quienes estuvieron postulados para este premio, son un ejemplo de ello.

Fueron frases que se quedaron dando vueltas en mi cabeza porque es cierto, cuántas veces criticamos a la juventud, como si nosotros no hubiéramos sido jóvenes; cuántas veces renegamos de la juventud, como si nosotros no hubiéramos sido impetuosos. También fuimos criticados por nuestros antecesores y, quizá, los jóvenes de hoy, juzguen a los de mañana. Podría ser que esto sea normal, pero no es lo mejor.

La chica ganadora del premio fue mi alumna, está por egresar y reconozco en ella valores que ponen en alto el potencial de los jóvenes. Es una chica que construye y lo hace en comunidad; es propositiva, altruista, enormemente creativa, disciplinada, humanitaria y proactiva. También ha sido reconocida este año por tener un promedio de 10/10 en su carrera y está por egresar. Es un ejemplo de cuán grandes pueden ser los jóvenes si se los permitimos y todos juntos, escuela, sociedad, gobierno, familia, los apoyamos.

Por ello me remonté a mis tiempos de estudiante y no puedo dejar de pensar en que, en las aulas, encontré a grandes seres humanos que, aun después de tanto tiempo, están ahí para apoyar, para regañar, para impulsar, para aplaudir y hasta para facilitar un hombro. En mis compañeros y maestros reconozco a esos jóvenes que, a tiros y tirones, han salido adelante y es lo que me hace admirarlos. Jóvenes que se forjaron pese a las críticas, a las limitaciones y a las injusticias de su época.

¿Cómo sería actualmente la sociedad si se hubieran visto y apoyado las cosas positivas de la juventud? ¿Qué pasaría en este mundo si vemos las cosas buenas de los jóvenes? Aún estamos a tiempo de quitarnos la soberbia y pensar que, porque les llevamos algunos años en experiencia, tenemos el derecho a denostar su potencial.

Por eso, hoy, les presumo a mis amigos, esos seres resilientes, solidarios, impetuosos, que han logrado sobrevivir y destacar en su medio personal y profesional.  Y casi puedo asegurar que, mientras leen este escrito, nombres, caras y anécdotas se vinieron a su mente, porque ustedes también tienen amigos de las aulas qué presumir.

Es momento de ver lo positivo de nuestros jóvenes, de apoyar sus talentos y de aplaudir la forma en que salen delante de estos tiempos tan complejos, inestables y dinámicos.

 

Publicado en La Crónica de hoy Jalisco del viernes, 13 de noviembre de 2020.

Cambio de perspectiva

By Voces UNIVA, Voces Univa

Pbro. Lic. Armando González Escoto • Director de Publicaciones del Sistema UNIVA

 

En una de sus siempre atinadas caricaturas, Quino se preguntaba por qué razón el mapamundi se mostraba todo el tiempo situando arriba a Canadá y Estados Unidos, y abajo los países de América Latina. Tal vez se debió a la importancia que en la historia de la navegación ejerció el norte magnético, una vez inventada la brújula. Lo cierto es que esa forma de percibir el mundo tiene igualmente explicaciones y consecuencias geopolíticas y económicas, ya que de por sí, lo mismo podría mostrarse el mapa justo a la inversa, ¿ya se lo imaginó?

Otra pregunta similar sería averiguar por qué en todos los mapamundi América aparece a la izquierda, África al centro y Euroasia a la derecha ¿qué sucedería si nos familiarizáramos con un mapamundi donde América se situara en el centro, entre Asia y África? Imaginemos la cantidad de posibilidades que se nos abrirían.

Con el acorralamiento visual presente, Asia queda tan lejos que ni quién piense en ella, para América el mundo se acaba al poniente, según los mapas dominantes, y se prolonga hasta muy lejos por el oriente, vía Europa; después sólo se extienden distancias insondables, como quien dice seguimos en la Edad Media, cuando se pensaba que más allá del océano sólo existía un abismo impresionante poblado de monstruos marinos.

Resulta muy revelador que, con la independencia de los pueblos latinoamericanos, ocurrida hace ya casi doscientos años, se hubiese reducido, acortado y aplanado nuestra visión del mundo, anclándola solamente a dos polos, Estados Unidos y Europa, y cada vez más a Estados Unidos sin Europa. Si una virtud tuvo el imperio español fue demostrar e inaugurar una precoz mentalidad global que no se movía hacia el norte, sino que circundaba la tierra de poniente a oriente, de oriente a poniente, y de norte a sur, en una época en que las distancias se medían todavía en kilómetros, y sin que eso importara o limitara las posibilidades.

En efecto, el primer gran comercio global lo inauguró España, poniendo en comunicación a los cuatro continentes entonces conocidos; la Nao de China y el Galeón de Manila fueron una prolongación marítima de la antigua ruta de la seda, que funcionaba en ambos sentidos favoreciendo el intercambio de todo tipo de productos, y dejando riqueza en todas partes, habría que recordar la ingente cantidad de plata mexicana que China compraba en los siglos XVII y XVIII, y cómo ese comercio dejó las espléndidas ciudades de Taxco y Zacatecas, por citar algunas, así como una infraestructura minera muy importante que posteriormente fue arruinada por las luchas partidistas que vivió México a lo largo del siglo XIX.

Por lo mismo llama mucho la atención que en el momento presente solamente 80 empresarios mexicanos hayan participando en línea en el Congreso de Comercio Global recientemente desarrollado en China.

Este seguir enfocados sólo al norte y dar la espalda al resto del mundo habla con elocuencia de nuestra miopía histórica, pero desde luego demuestra que la educación, la cultura y el manejo ideológico de la geografía tal y como la aprendemos, tiene su costo.

 

Publicado en El Informador del domingo 15 de noviembre de 2020

Superhéroes al diván Fobia al Homo Deus: Watchmen y el Dr. Manhattan

By Voces UNIVA, Voces Univa

Dr. Fabián Acosta Rico • Docente e Investigador UNIVA Plantel Guadalajara

 

Hay a quienes no les interesa o les es ajeno el mundo de los cómics; no obstante, a muchos sorprendió el boom de la batimania para finales de los años 80, originada por la buena recepción en cines de la versión del “murciélago de Ciudad Gótica” de Tim Burton. Antes de este suceso mundial, las historietas y con ellas los superhéroes eran un asunto de jóvenes y de adultos conocidos en la escena de la cultura pop como frikis.

Ahora, los superhéroes estaban de regreso. Uno de las grandes plumas del mundo del cómic, Alan Moore, dignificó el género con su novela gráfica, Watchmen regalándonos una historia con alto valor literario, personajes complejos y temáticas de actualidad y de relevancia política, social e incluso filosófica. Con de Watchmen, los superhéroes pasaban a ser un artículo de consumo también para un público culto.

En la aclamada novela gráfica de Moore, todo comenzó cuando en los años treinta del siglo pasado los criminales empezaron a usar máscaras para no ser identificados por la policía. Genial idea. El delinquir común se volvió una verdadera fiesta de disfraces. A imitación, los policías completaron el carnaval citadino vistiendo también heroicos trajes. Surgía así la primera generación de superhéroes. En estricto sentido, eran en realidad una partida de ciudadanos comunes, bien intencionados, con máscaras, capas y mallas. El primer, único y verdadero metahumano surgiría, décadas después, de un accidente de laboratorio. Los seres humanos jugando, cual dioses imprudentes, con las partículas subatómicas darían nacimiento a un ser capaz de alterar la realidad en su estructura molecular. El Dr. Jonathan Osterman accidentalmente quedó encerrado en una cámara de prueba donde se experimentaba con energía nuclear. Sólo quería recuperar sus lentes. El artefacto se puso en funcionamiento en automático. El cuerpo del científico, en un santiamén, quedo desintegrado. La aparente desgracia resultó ser toda una apoteosis. El Dr. Osterman resucitó con un cuerpo resplandeciente de tonos azulados. Sus extraordinarias habilidades lo convertían en algo más que un súper-tipo, él era lo más cercano a un dios. Capaz de tele-transportarse a cualquier parte de la tierra e incluso del sistema solar, el mundo le quedaba chico y los seres humanos poco a poco le empezaron a resultar indiferentes.

El lema que guía moralmente a Spiderman es: “todo gran poder conlleva una gran responsabilidad”; y un poder que va más allá de lo imaginable suscitará, por obvias razones, la desconfianza y el miedo. Batman, por muy amigo que sea de Superman, tiene trazado un plan de contingencia para él y para todos los demás miembros de la Liga de la Justicia, por si repentinamente se vuelven malvados y deciden utilizar sus súper-poderes para tiranizar o abusar de la humanidad.

Con el Dr. Manhattan hay muy pocas previsiones que tomar. Había que atenerse a su complacencia y apostar a que conservara, después de su transformación, un mínimo de empatía por los seres humanos. Y así ocurrió al menos por un tiempo. Durante la presidencia de Nixon ganó para su gobierno la Guerra de Vietnam. Y esto resultó poca cosa si la comparamos con el hecho de que los soviéticos le temían; el Dr. Manhattan era el arma disuasiva que mantenía amagado el poderío nuclear comunista. Luego de pelear las guerras de su país y de ser todo un garante de la paz, se sumó a una alineación de superhéroes en la que estaba su viejo conocido, el Comediante (el tipo rudo y desalmado del equipo) Búho nocturno II, Espectro de seda II, Rorschach y Ozymandias (el hombre más inteligente del mundo).

Igual que en el comic, en la película (de la cual partimos en este análisis) todo comienza con la muerte del Comediante. Rorschach (el misterioso personaje de la máscara de test psicológico, cambia formas) se obsesiona con este asesinado y emprende toda una investigación. Cree este sociópata de oficio vigilante que la muerte de su amigo no fue una simple venganza; sus instintos le dicen que hay algo más grande, una mente orquestando el exterminio del resto de los miembros de su equipo. Permitiéndome adelantar el final, el genio de tras de este asesinado fue precisamente el rico empresario, Ozymandias. Con engaños convenció al Dr. Manhattan de construir un artefacto que replicaba su poder y produciría energía ilimitada. Este sofisticado dinamo sería utilizado en realidad como arma para destruir varias ciudades del orbe. El Comediante sabía de estos planes y lo pagó con su vida.

Ozymandias concretó su plan y los gobiernos del mundo: comunistas, capitalistas y no alineados, quedaron convencidos que la destrucción de una decena de mega polis como Hong Kong había sido perpetrada por el Dr. Manhattan. La devastación tenía impresas sus huellas. Rusos y estadounidenses hicieron las paces ante un enemigo común.

Muchos idealistas y soñadores como Herbert Marcus y con él, todos los hippies de los sesenta, imaginaron que las naciones del mundo, los pueblos de todos los rincones del planeta superarían sus diferencias, apaciguarían sus odios y domesticarían sus pulsiones violentas por el poder más grande de todos: el amor. El amor crearía una nueva civilización y haría posible la utopía de la hermandad universal.

Los cómics e historias de superhéroes como Watchmen nos enseñan, como bien lo decía Maquiavelo, que más poderoso que el amor es el miedo. Decía el autor de El Príncipe, si tú, gobernante, tienes que elegir entre el amor o el miedo de tus gobernados elige el miedo: más que el aprecio gánate el respeto y la sumisión de tus súbditos. El miedo es una emoción muy auténtica. Bien dice el refrán: “cuando miedo hay ni coraje da”. Como lo cuenta la película, hasta que tuvieron a un homo deus a quien temer y por tanto odiar en común, las superpotencias dejaron de apuntarse entre sí con sus ojivas nucleares.

Ya no por accidente, es muy probable que el Homo Deus un día emerja de un centro avanzado de investigación transhumanista, como lo propone la novela gráfica de Warren Ellis, Super God. El día que eso suceda, no tendremos como humanidad motivos para festejar, sino más bien para temer. El suprahumano, igual como puede ocurrir con la inteligencia artificial (AI) no estará allí para cumplir con las leyes de la robótica de Isaac Asimov. Sin querer escucharme integrista, puede ocurrir que deseando crear a Dios es probable que terminemos dándole existencia no a un Dr. Manhattan (él al final de la película enfadado de la humanidad se va a explorar otros mundos) quizás lo que surja de nuestros tubos de probeta sea un Darkseid o un Ultron, es decir, una creatura más que divina… artificial, fría, desalmada y amoral a quien le seremos indiferentes o incluso desechables; nuestro falso Dios podría terminar siendo nuestro contemporizado diablo.

La diferencia como participación

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Dr. Fernando Sánchez Martínez • Docente UNIVA Plantel Guadalajara

 

La participación es uno de los principios de la Doctrina Social de la Iglesia que tiene como función establecer los marcos de relación entre la sociedad mediante la cual cada uno de sus ciudadanos puedan ejercer de manera libre y responsable aquellos derechos que implican el trabajo colaborativo en la búsqueda del bien común.

En la actualidad, la participación como principio rector de la democracia, se ha visto desplazada por el presidente de la República como una manifestación claramente limitada o restringida, ¿en qué sentido? Desde el diálogo que como dinámica interna de construcción social no a funcionado como debería, sino todo lo contrario, los señalamientos, juicios político – televisivos ante quienes piensan diferente, son diferentes, participan de la vida social y política de manera diferente, los que llevan a cabo acciones en favor de la sociedad en general pero, fuera de los marcos establecidos por el oficialismo de manera diferente, son desde esta perspectiva, confabuladores, hipócritas, enemigos del Estado, tal pareciera que no son ciudadanos con derecho a manifestarse, a construir de manera distinta, a colaborar en la democracia como oposición para contribuir a la vida política, cultural y económica del país.

Esto es sin duda, una situación grave para el contexto mexicano, ya que, si es imperativo “un fuerte empeño moral, para que la gestión de la vida pública sea el fruto de la corresponsabilidad de cada uno con respecto al bien común” (DSI, 189), la corresponsabilidad quedará mermada como consecuencia de la incapacidad de dialogar, construir juntos, trabajar juntos en la búsqueda de una sociedad más justa, más solidaria.

Ello con menoscabo del bien común y todo lo que esto implica, acabar con la pobreza, la búsqueda de una educación de calidad inclusiva, la reducción de las desigualdades, el acceso a los servicios de salud, la reducción en el uso de combustibles fósiles que habla del compromiso con una ética intergeneracional en cuanto al cuidado del medio ambiente, entre otros problemas sociales.

De ahí la importancia del empeño moral para mejorar las condiciones sociales, salvaguardar la democracia y la dignidad de la persona, por lo que, desde una visión cristiana de la vida, la responsabilidad cívica implica interesarse por las cuestiones trascendentales que aquejan al país, ser escuchados, el trabajo colaborativo, el diálogo, la comprensión de las diferencias culturales, religiosas, políticas, sociales, superando los obstáculos para la participación solidaria en comunidad.

Por lo que, como seres humanos, somos iguales, pero diferentes al mismo tiempo, he ahí la riqueza no solo democrática, sino cultural, religiosa, social: la diferencia.

Publicado en El Semanario Arquidiocesano de Guadalajara del domingo, 8 de noviembre de 2020.

El debate federalista

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Pbro. Lic. Armando González Escoto • Director de Publicaciones del Sistema UNIVA

 

El debate entre federalismo y centralismo ha sido una constante en la historia de México. En el siglo XIX se resolvía por medio de golpes de estado y levantamientos armados. En el siglo XX la fuerza del presidencialismo, reviviendo el porfiriato, lo mantuvo estático. El siglo XXI amaneció con la debacle del presidencialismo, así que no era necesario esperar mucho antes de que nuevamente surgiera esa tensión permanente, a falta de una madurez política sustentable.

El debate ha oscilado igualmente entre cuestiones de ideas, conceptos de soberanía, autonomía política, diferencias jurídicas, o simple y llanamente, se ha centrado en cuestiones de dinero.

Desde una mirada muy simple y prejuiciada la cuestión radicaría en definir quién se va a robar el dinero de la gente, si la federación o los estados, o a qué partido favorecerá el gasto público ejercido y, por lo tanto, gasto clientelar. Ya sólo estos asuntos, así mirados, podrían desencadenar guerras, pues “poderoso caballero es don dinero” y “con dinero baila el perro”. Pero no es tan sencillo.

Desde el punto de vista de una justicia distributiva, que ya sabemos que no es justa porque no es equitativa, los estados que más riqueza produce quieren recibir una mayor aportación, o en su defecto, “salirse” del convenio fiscal. La actual postura, al menos formal, es que los estados más pobres reciben la ayuda de los más ricos a través de una mayor percepción de dinero, aún si producen poco. Para ello, la federación se ha dado a la tarea de controlar cada vez mayor número de impuestos, más de los que la propia constitución determina como impuestos federales.

De hecho, parte del debate actual radica en este punto: ya que la federación se está llevando impuestos que no le corresponden y, además, los redistribuye de manera aleatoria, diez estados de la república amagan con salirse del convenio fiscal, amago ambiguo, pues lo que debería hacerse es un nuevo convenio fiscal, si el anterior es ya irreformable.

Y, sin embargo, desde la perspectiva de la sociedad, el problema no es quién distribuye el dinero, sino con qué honestidad e inteligencia lo hace, también, a quienes más aportan les gustaría saber hasta dónde ese apoyo excepcional a las regiones menos productivas las ha hecho producir más o sólo ha logrado hacerlas más dependientes y atenidas.

Todo saldría mejor si tuviésemos una sociedad democrática participativa, algo que ningún gobierno, estatal o federal, se ha preocupado en fomentar, preocupados como suelen estar todos en asegurarse la siguiente elección. En su lugar sólo hemos tenido simulacros de consultas ciudadanas, o toma de decisiones por mayoría de los asistentes a un encuentro, que de ningún modo representan a la totalidad.

En el entretanto debería inclinarse el esfuerzo en consolidar, depurar, garantizar y hacer confiable a la auditoría general de la nación, con la finalidad de que la ciudadanía esté segura de que la riqueza por todos producida se usa de manera honesta, invirtiéndola en aquello que la hace más productiva, sin dejar de apoyar, contra resultados, a las regiones más pobres del país.

 

Publicado en El Informador del domingo 8 de noviembre de 2020

Un año más de impulso

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Mtro. Luis Gonzalo Hernández Camacho • Docente de CEA y Negocios Internacionales

 

El crecimiento económico es necesario. La producción de un país se mide por el producto interno bruto (PIB). La tasa de crecimiento de esta variable mide el crecimiento de una economía. Es importante identificar la evolución económica en el tiempo. Han existido en nuestro país momentos de gran crecimiento, otros de bajo crecimiento, pero, el año que va a terminar (2020) será de no crecimiento. Observemos la evolución histórica en los últimos ochenta años. El periodo señalado alcanza a toda una generación. Ochenta años es la vida completa de una generación.

Qué prácticas se llevaron a cabo en la economía para crecer a una tasa de más del seis por ciento. En el primer periodo, se reconocen dos etapas:

La tasa de crecimiento en cada una de ellas se sitúa entre el seis y siete por ciento.

A partir de estos datos se visualiza la clave del crecimiento: La industrialización. El escenario anterior nos impulsa a buscar alternativas de creación de negocios. Establecer una empresa es una decisión autónoma. La influencia de diversos factores se encuentra detrás de la toma de decisiones de creación de empresas. Pero al final, es el emprendedor quien decide cuándo, dónde, cómo y por qué crear una empresa. Es decir, es una decisión autónoma. En este sentido es loable la labor universitaria, en particular, la que desarrolla nuestra universidad para promover la creación de empresas. La UNIVA que realiza anualmente el evento Negotendencias, este año 2020 lo título: “Retos hacia una nueva década”.

Transitar en el proceso de creación de negocios y consolidar empresas es la clave del crecimiento económico. Vislumbramos que la economía mexicana crecerá más en los próximos treinta años que en los últimos treinta. En nuestra universidad se impulsa en varias formas el crecimiento económico. ¡Muchas felicitaciones!