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Comunicación Sistema UNIVA

La movilización social como factor social de cambio en Chile

Por Tendencias, Voces Univa Sin comentarios

Daniel Hurtado Yépiz • Coordinación de Movilidad Académica

 

¿Qué pasa en Chile? ¿Por qué el país está experimentando una movilización social que pareció surgir de la nada? Y después de las nuevas políticas sociales planteadas por el presidente Sebastián Piñera, ¿por qué la población sigue en las calles? Cuando se habla de Chile, en relación con otros países de América Latina, se habla de uno de los países más prósperos y dinámicos de la región. Chile, con una posición de 44 en el Índice de Desarrollo Humano del 2018, es el país más desarrollado de América Latina y el tercero del continente americano. Solo Argentina, las Bahamas y Uruguay se le acercan en las posiciones 47, 54 y 55 respectivamente. Este índice se basa en tres indicadores que terminan fusionándose para fungir como herramienta de comparación de todos los países de los que se han obtenido datos: esperanza de vida al nacer, años esperados de escolaridad y años totales de escolaridad, y producto interno bruto per cápita. Siendo uno de los países más desarrollados del mundo, y con estos positivos indicadores, pareciera que los chilenos pertenecen a la población privilegiada del planeta.

Pero, esta realidad, ¿es la de todos los chilenos? Para dar respuesta a las preguntas iniciales del presente artículo, es necesario mencionar aquellos factores que provocaron los sucesos ocurridos en las últimas semanas en el país del Cono Sur. En primer lugar, la población chilena venía sufriendo una serie de alzas en los precios de servicios básicos desde el año pasado. En abril de 2018, los costos del denominado TAG (cobro de tránsito de autopistas urbanas) tuvo un aumento del 6.4%. Sólo un mes después, los costos de la luz sufrieron un aumento del 10.5%. De la misma manera, las ISAPRES (aseguradoras privadas para servicios de salud) aplicaron un aumento del 50% en septiembre, mientras que en octubre del mismo año la luz volvió a aumentar en un 9.2%. Además, es importante mencionar el aumento en el desempleo en el país el cual llega a una cifra del 7%, así como los altos precios de la vivienda, lo que supone un terrible endeudamiento de las familias chilenas.

El aumento a los precios del pasaje del metro en la ciudad de Santiago fue la gota que derramó el vaso, un vaso al que el gobierno le había estado depositando gota tras gota de manera continua. Según el Dr. Sergio Rojas, académico de la Universidad de Chile, “no se trata simplemente de que el orden social explotó, sino que de aquel territorio ajeno, en el que el orden social está hace décadas en situación de catástrofe, ha ingresado en los escenarios civilizados del país”. Con esto, el filósofo de la UChile se refiere a que la reciente movilización de la población chilena venía originándose desde la perspectiva del orden del capital financiero globalizado. Inclusive, para el académico Jaime Bassa Mercado, profesor e investigador de la Universidad de Valparaíso, la exacerbada concentración del poder provocada por la Constitución de corte neoliberal es el origen del malestar que hoy se puede apreciar en el país.

El pasado 18 de noviembre se cumplió un mes desde que los chilenos tomaron las calles de Santiago y, posteriormente, las provincias de Chile, para manifestar su descontento hacia las condiciones de desigualdad económica que no permiten que toda la población pueda acceder a la estabilidad de la que disfrutan sólo unos pocos. Las reacciones de las élites políticas y económicas se manifestaron de diferentes maneras, por lo que resulta pertinente abordar las consecuencias que hasta ahora han desembocado en esta movilización que no es única en Latinoamérica. Como parte de las reacciones del gobierno chileno, el presidente Sebastián Piñera anunció la implementación de una serie de medidas sociales a cuatro días después de las acaudaladas manifestaciones: aumento de un 20% de la Pensión Básica Solidaria y del Aporte Previsional Solidario, aumento del “ingreso mínimo garantizado”, medidas para reducir los costos de medicamentos y de la electricidad, un incremento en los impuestos a sectores de mayores ingresos, entre otras medidas.

De la misma manera, el sector privado también reaccionó a esta movilización social. La empresa financiera Tanner anunció que “el ingreso mínimo será de 602,000” pesos chilenos, un equivalente a cerca de 15 mil pesos mexicanos mensuales. El empresario Andrónico Luksic, dueño de empresas como el Banco de Chile y Enex, anunció en Twitter: “A partir del 1 de enero de 2020 ningún trabajador directo de Quiñenco y sus empresas ganará menos de 500,000. No son muchos en esa realidad, pero desde enero no será ninguno”. Además, otros actores del sector privado anunciaron el establecimiento de diálogos con sus trabajadores para establecer mejores condiciones laborales, buscando tratar temas como el endeudamiento de las familias chilenas, salarios y pérdidas materiales y de transporte. A nivel internacional también han surgido actores que han expresado su interés en la presente situación del país austral. La Organización de las Naciones Unidas y la Corte Interamericana de Derechos Humanos denunciaron el “uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad”, en referencia también al “Estado de excepción” proclamado por Sebastián Piñera. Según el investigador del Instituto de Estudios Internacionales (INTE) de la Universidad Arturo Prat, Gonzalo Álvarez Fuentes, estas declaraciones representan un daño en la imagen internacional de Chile, provocada por la falta de visión del gobierno chileno.

Sin embargo, a pesar de las concesiones del gobierno chileno, para la mayoría de los chilenos estos cambios no son suficientes, ¿por qué? Porque no se está resolviendo el problema central que ha provocado la desigualdad económica en el país: la Constitución de 1980. El pasado 10 de noviembre, el ministro de Interior, Gonzalo Blumel, anunció que Chile comenzará un proceso de convocatoria dentro del Congreso Constituyente para la generación de una nueva Constitución. Según Jaime Bassa, esta nueva Carta Magna deberá aglutinar a diferentes sectores de la población y garantizar la efectiva participación ciudadana en la formulación de sus contenidos. Bassa afirma que para este fin, una Asamblea Constituyente es el único medio para lograr una Constitución legítima y que signifique una efectiva distribución social del poder político, un objetivo que la misma Michelle Bachelet intentó pero no pudo lograr en su segundo mandato.

Estas consecuencias, que han alcanzado los niveles nacional, regional e internacional, y que aglutinan al sector privado, al sector público y a la academia, reflejan el alto impacto de unas políticas públicas excluyentes, así como, el hartazgo del pueblo chileno, desde las calles centrales de Santiago hasta las costas sureñas de Puerto Montt. Desde una óptica teórica, resultaría interesante someter a esta reciente movilización social, que a pesar de llevar muy poco, ya ha generado resultados y se prevé que genere aún más consecuencias, a un instrumento de medición de impacto. La Escalera de la Participación Ciudadana es una teoría formulada por la autora Sherry R. Arnstein en la década de los 60’s, que consiste en una escala que mide los niveles de participación ciudadana dividida en 8 escalones que, a su vez, se encuentran divididos en 3 niveles de impacto: 1) No participación, 2) Participación simbólica y 3) Poder ciudadano:

Al ritmo al que va la sociedad chilena hasta el momento en la demanda de mejores condiciones de vida, sus esfuerzos equivaldrían al escalón de Aplacamiento, debido a que el gobierno chileno ya ha manifestado que las exigencias de la población tienen una solidez y argumentaciones válidas, sin embargo, no han logrado sentarse en una mesa de diálogo para poder discutir de la temática actual y plantear un plan de trabajo al respecto.

Por último, y a manera de reflexión sobre el futuro de Chile y de América Latina, es importante mencionar que después de que el presidente Piñera haya anunciado el “Acuerdo por la Paz y Nueva Constitución”, y retomando la elaboración de una nueva Carta Magna para Chile, los posibles y próximos escenarios para el país latinoamericano podrían ser prácticamente dos: 1. Un Chile con una nueva Carta Magna y sin Piñera, o 2. Un Chile con una nueva Carta Magna y con Piñera. Según Oscar Juárez Mora, egresado de Ciencias Políticas por el ITESO, la opción 1 es la más factible a suceder a finales del año en curso o a inicios del próximo año, debido a las órdenes del presidente respecto al uso de la fuerza, el estado de excepción y a los recientes casos de personas baleadas en los ojos con balas de goma. No obstante, según la opinión de Gabriel Reyes Bastías, egresado en Estudios Internacionales por la Universidad de Santiago de Chile (USACH), Sebastián Piñera seguirá a la cabeza del Poder Ejecutivo debido a que es ahora el Poder Legislativo de quien dependerá el proceso para la formulación de una nueva Constitución.

Además, según Oscar Juárez, la situación en Chile representa una punta de lanza para que otros países de América Latina comiencen a buscar nuevos esquemas económicos además del neoliberalismo puro. La sociedad chilena ya se dio cuenta de que el actual modelo económico tiene como una de sus características el incremento en la brecha entre ricos y pobres, por lo tanto, es necesario reformar todos aquellos aspectos que permiten este modelo económico que tanto ha hartado a la población, incluyendo la máxima representación de legalidad en una república: la Constitución.

 

Referencias:

 

La erosión democrática

Por Líderes de opinión, Voces Univa Sin comentarios

Mtro. Carlos Salas • Docente UNIVA Plantel Guadalajara

 

 

En una época rebosante de alardes de un poder político que nos hacen cuestionarnos el equilibrio entre los Poderes de la Unión, consideré apropiado compartirles una breve historia que ilustra lo frágil que es la democracia y lo difícil que es volver a su senda.

Primer acto

En diciembre de 2006, durante una visita a Nicaragua, conocí a un funcionario estadounidense a quién llamaré “John”. Al inicio la conversación fue trivial: futbol americano colegial y algunas recomendaciones sobre qué lugares visitar durante mi estancia en ese país. Luego de un rato conversando, me preguntó mi opinión sobre la victoria de los Sandinistas (izquierda) en la reciente elección presidencial nicaragüense. Francamente desconozco si John estaba aburrido y quería hacer plática o si genuinamente quería compartir su opinión conmigo; haya cual haya sido su motivo, en tono solemne me dijo: Nicaragua no volverá a ser igual después de este gobierno.

Al percatarse que mis ojos se habían ensanchado y que tenía el 100% de mi atención, John me explicó que, desde el regreso a la democracia en 1985, los nicaragüenses no habían atestiguado nada más que promesas rotas y escándalos por corrupción. Tres décadas la gente había luchado una Guerra Civil y hoy seguía siendo pobre. Con los años, el discurso de los gobiernos conservadores se desgastó y los nicaragüenses buscaron alguien en quién creer. En esas elecciones el voto conservador se fraccionó y el Sandinismo ganó con el 38% de los votos, una ventaja de 9% sobre su rival más cercano.

El vencedor, luego de perder tres elecciones consecutivas, era Daniel Ortega, líder guerrillero durante la Revolución Sandinista en los 70s, ex miembro de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional de 1979 a 1985 y quien, luego de ganar unas elecciones muy controversiales, ya había sido presidente en la restaurada democracia en el período 1986 – 1990. La plática con John terminó y pasó el tiempo.

Segundo acto

En 2010 visité de nuevo Nicaragua y para entonces conocía bien la situación imperante en ese país: Ortega había tomado posesión en 2007, su victoria electoral había sido tan amplia que le fue relativamente sencillo desmantelar paulatinamente la estructura democrática nicaragüense. Comenzó declarando su mandato como una “Segunda fase de la Revolución” bajo la consigna de una república “Cristiana, Socialista y Solidaria”.

El cambio en ese país era evidente, se observaban escasas banderas nicaragüenses y una inusitada cantidad de banderas mirad negra y mitad roja (símbolo del Partido en el poder FSLN, (Frente Sandinista de Liberación Nacional). Al pasear por las calles de Managua se podía apreciar propaganda oficialista tapizando cada rincón de la ciudad y había coloridos murales del Ché Guevara, Fidel Castro, Augusto Sandino y Daniel Ortega en espacios públicos. Se observaban escasas banderas nicaragüenses, en su lugar, había una abundante cantidad de banderas mitad negra y mitad roja (símbolo inequívoco del Sandinismo y del Partido en el poder FSLN, (Frente Sandinista de Liberación Nacional).

En los sitios turísticos podían encontrarse afiches donde la frase “Visite Nicaragua” había sido reemplazada por “Con todos y por el bien de todos, Nicaragua Cristiana, Socialista y Solidaria”. El discurso oficial en medios reproducía el lenguaje del Socialismo del siglo XXI, llamando abierta e impunemente “gusanos” y “traidores” a la oposición y a sus seguidores.

Pero el plan de Ortega iba mucho más allá de los discursos. Aprovechando la mayoría de su partido en la Asamblea Nacional, Ortega realizó cambios a la Constitución para fortalecer su control del poder político del país. El siguiente paso fue el debilitamiento de la ya entonces frágil independencia de la Corte Suprema de Justicia (CSJ). Finalmente, la Asamblea le otorgó al Ejecutivo poderes absolutos en materia de seguridad, lo que utilizó para consolidar un nuevo cuerpo policial militarizado, enteramente bajo su control. La Comunidad Internacional, en especial la OEA, guardó silencio. Estaban muy ocupados castigando a la vecina Honduras luego del derrocamiento del presidente Manuel Zelaya acontecido en 2009. Finalmente, con la anuencia de la CSJ, Ortega pudo buscar la reelección en 2011 y se perfilaba hacia el poder absoluto. El régimen estaba consolidado.

Tercer acto

Luego de alzarse nuevamente con el Poder en 2011 (en unas elecciones altamente cuestionadas), Ortega eliminó definitivamente las barreras legales que le impedían reelegirse para un tercer mandato. Los años que siguieron fueron de gran beneficio económico para Ortega y su familia. De la noche a la mañana, sus muchos hijos han amasado fortunas inocultables e inexplicables. En pocos años se hicieron de propiedades, empresas y capital. Un ejemplo del poder de la familia de Ortega es que actualmente ocho de los nueve canales de señal abierta en el país son propiedad de sus hijos.

En 2017 Ortega asumió su tercer mandato consecutivo con su esposa Rosario Murillo como vicepresidenta. Murillo, otrora poetisa, había fungido en diversos puestos públicos durante la última década manteniendo una presencia permanente al lado de Ortega. En los círculos cercanos a Ortega se asegura que en Nicaragua no hay decisiones importantes en las que ella no tenga injerencia y en las calles se dice que “La Chayo” es la verdadera presidenta del país.

La crisis

En abril de 2018 el gobierno Orteguista reformó profundamente las condiciones para la seguridad social de los nicaragüenses. Estudiantes, trabajadores y familias enteras se lanzaron a las calles para exigir se diera marcha atrás a la medida y estallaron protestas enérgicas en todo Nicaragua. Las clases fueron suspendidas, se sitiaron poblados enteros y la represión fue brutal, con episodios cruentos en los que fuerzas militares y paramilitares abrieron fuego con balas vivas contra los ciudadanos. El gobierno de Ortega dio marcha atrás a las reformas, no sin antes dejar las calles manchadas de sangre. La CIDH reportó al menos 328 muertos y 88 mil exiliados como resultado de la crisis y la represión gubernamental.

El presente

Hace unos días el régimen Orteguista utilizó una página del manual del Socialismo del siglo XXI: atacar a los diarios no alineados a su línea editorial, bloqueando el ingreso de materias primas de sus imprentas. Al menos dos rotativos, La Prensa y El Nuevo Diario, tuvieron que cerrar operaciones. ¿Su pecado?, dar a conocer las versiones de las víctimas y los hechos de violencia y de represión durante el gobierno Sandinista.

Hace 13 años, en una cálida tarde en la terraza de su casa, John me adelantó un futuro que muy pocos imaginaban. El anhelo de justicia social de un pueblo se volvió en su contra y más de una década más tarde, nada ha vuelto a ser igual.

La otra cara de Instagram: Depresión y ansiedad, en aumento

Por Líderes universitarios, Voces Univa Sin comentarios

Andrea Aguilera Cabral • Alumna de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación

 

Como muchos sabemos, Instagram es una red social en donde su principal objetivo es que los usuarios puedan compartir fotografías y videos a sus amigos o followers mediante el uso de dispositivos móviles. Millones de personas comparten su día a día a través de la aplicación, convirtiéndola en un fenómeno digital y posicionándola en el número cuatro de las redes sociales de mayor impacto en el mercado mexicano, según el portal de Statista. Sin embargo, Instagram ha creado un efecto negativo en sus usuarios más jóvenes: la depresión y la ansiedad.

Un estudio realizado por el Child Mind Institute en 2017, demostró que los usuarios adolescentes y adultos jóvenes que pasan la mayor parte del tiempo en Instagram, y otras plataformas digitales, mostraron una tasa de depresión sustancialmente más alta (del 13 al 66 por ciento) que aquellos que pasan menos tiempo en su celular.

Actualmente, existen varios factores que detonan la depresión y la ansiedad en los jóvenes con el uso de las redes sociales, y es por el hecho de pasar mucho tiempo en ellas y distanciarse de la realidad, llevándolos a aislarse en sus relaciones sociales o familiares careciendo de cualquier interacción física.

Otro factor importante en esta problemática es la notable afectación sobre la imagen corporal de los adolescentes, especialmente en las mujeres. Es muy difícil lograr la auto aceptación cuando el único contenido que ven los jóvenes son imágenes de personas aparentando tener una vida perfecta, cuerpos esbeltos y musculosos con filtros que, comparten sus lujos con miles de seguidores y hacen que se vean inalcanzables, provocando así, que los jóvenes no se sientan identificados con aquello que aspiran ser o tener. De hecho, Instagram aparece en las encuestas como la plataforma que más lleva a los jóvenes a reportar una sentimiento de depresión, ansiedad y afectaciones; todo esto con efectos notables en su autoestima, tal como lo menciona un estudio realizado por el Royal Society for Public Health en Reino Unido.

Es importante conocer las consecuencias del uso excesivo de las redes sociales y establecer un balance entre las interacciones en línea y las del mundo real. También, hacer consciencia de a quién seguimos y por qué, ¿cómo interfiere este perfil o esta cuenta en mi salud mental? ¿qué me aporta o cómo me afecta? Son algunas preguntas que deberíamos hacernos más seguido y fomentar poco a poco, una manera equilibrada y positiva del uso de Instagram.

Las mujeres en la iglesia

Por Líderes de opinión, Voces Univa Sin comentarios

Dra. María Cristina Martínez Arrona • Jefa de UNIVA Online

 

 

“La mujer trae la armonía, nos enseña a valorar, a amar con ternura.

Hace que el mundo sea una cosa hermosa” (P. Francisco)

 

Boston College, en coordinación con la FIUC y diferentes universidades católicas realizaron el curso online Las mujeres en la Iglesia, con el objetivo de profundizar en su presencia y participación en la vida y misión de la Iglesia. Las video clases fueron impartidas por teólogas contemporáneas de Chile, Argentina, Colombia, España y USA. Durante 5 semanas se profundizó en las mujeres en el contexto actual; mujeres y ministerios en las primeras comunidades; cristología y mujer; las mujeres en el Concilio Vaticano II; en los desafíos eclesiológicos y pastorales para una Iglesia sinodal.

La Dra. Silvia Martínez (2017), reconoce que estamos en un contexto de mayor presencia y empoderamiento de la mujer en la sociedad, pero no así a nivel eclesial, el 83% de la participación en las actividades de la Iglesia las realizan las mujeres, pero “no se las ve”, ejecutan actividades pastorales y administrativas que no son del todo valoradas, (catequesis, cuidado de la comunidad, Cáritas) que culturalmente se consideran “propias de la mujer” porque conllevan actitud de servicio, comprensión, ternura, delicadeza, etc. La mujer participa en acciones de la Iglesia, pero no se le empodera, de ahí que los primeros pasos a dar son Ad Intra, la dirección y administración eclesial sigue siendo patriarcal y jerárquica, urge una descleralización y apostar por una eclesiología de comunión compartida.

Al terminar el curso, reconozco, como afirma el papa Francisco, que estamos ante “una crisis antropológica y cultural”, que limita roles, funciones y actividades según estereotipos. Es necesario y urgente reconocer que cada persona tiene un lugar en la comunidad y un aporte específico en la construcción del Reino según su vocación, dones y talentos, independientemente si es varón o mujer, de su contexto y/o jerarquía. Vaticano II dio su lugar al laicado, y a nivel teológico se cuenta con grandes aportes a través de diferentes teologías de las mujeres cuyas implicaciones eclesiales sigue siendo una tarea pendiente.

En la comunidad cristiana todos somos discípulos y seguidores de Jesús, hijos de Dios y hermanos, de ahí que las relaciones fraternas deben de ser su distintivo y signo de credibilidad. El Génesis afirma que “varón y hembra los creó” a “imagen y semejanza suya”, por lo tanto, somos complementarios, nos enriquecemos desde la visión, formación, experiencia y perspectiva de cada uno, a través del dialogo en la diferencia, de personalidades e historias distintas. La respuesta e interés por este curso, refleja el interés y deseo de recuperar los orígenes de las primeras comunidades cristianas, donde las mujeres “fueron protagonistas junto con los varones de la vida de las comunidades y la evangelización” (Dra. Elisa Estévez).

Publicado en El Semanario Arquidiocesano de Guadalajara del Domingo, 3 de noviembre de 2019.

Ambivalencia histórica

Por Voces Univa Sin comentarios

Pbro. Lic. Armando González Escoto • Director de Publicaciones del Sistema UNIVA

 

La revolución mexicana no fue precisamente socialista, aunque diversos elementos del socialismo europeo rondaban ya en la cabeza de diversos caudillos, incluido Madero. El anarquismo en cambio sí que estaba muy presente, tanto el ideológico como el analfabético.

Con el triunfo del socialismo marxista en Rusia, el estado mexicano advirtió la importancia del acontecimiento y optó por mantener una permanente actitud de impresionante ambivalencia hasta el día de hoy, es decir, sumiso y hasta servil con Estados Unidos, pero ante el resto del mundo defensor siempre de la izquierda y todo lo que la izquierda ha supuesto en los últimos cien años, claro, de manera bastante tropicalizada, así: la opción teórica por el proletariado, la apología implícita de la dictadura, el totalitarismo camuflado, el asistencialismo social de tercera clase, el enriquecimiento del “soviet” supremo a expensas, eso sí, de ricos y pobres; el intervencionismo económico estatal, el apoyo irrestricto a Cuba y a sus subsatélites.

Capitalistas convencidos pero apasionados por los obreros y los campesinos, los políticos mexicanos en su mayoría han usado la izquierda más como un membrete de moda que como una política de estado, no obstante, eso les ha permitido ofrecer asilo a cuanto político de izquierda lo ha requerido, lo mismo si procedía de Europa que del resto del continente latinoamericano. Hay que señalar que con estos últimos se halló siempre en mejores términos, porque la izquierda latinoamericana ha sido más o menos igual de tropical que la nuestra, acaso con excepción del Brasil de Lula o de Chile en tiempos de Allende.

De esta suerte el estado mexicano ha saludado lo mismo con la izquierda que con la derecha, a tenor del saludado, ninguna sorpresa que muchos de nuestros políticos estén considerando aceptar, hasta cierto grado, la ayuda de Estados Unidos para enfrentar al crimen organizado, auxilio débil si consideramos que desde la guerra de Vietnam, Estados Unidos no ha hecho otra cosa que fracasar y complicar la vida de cuantos países ha pretendido “ayudar”, con un altísimo costo en vidas civiles, recordemos Afganistán, Irak y Siria, entre otros.

Pero además ¿quién le ha dicho al señor Trump que el gobierno mexicano quiere acabar con la delincuencia organizada?

Veamos lo positivo, México ha sido siempre un país dispuesto a dar asilo tanto a extranjeros como a nacionales, a los extranjeros si son o por lo menos han parecido ser de izquierda, a los nacionales, si han ocupado los más altos puestos de gobierno sea estatal o federal, con sus excepciones en lo estatal, cuando como dice el dicho, los marranos han sido muy trompudos.

Aun así, las maneras debieran conservarse y no recibir y saludar a un ex Jefe de Estado como si se tratara de un cuate con el que se tienen familiaridades domésticas o de un niño migrante desprotegido que ya encontró a su papá, para luego tratarlo como si siguiera gobernando, con camionetas de lujo y un Estado Mayor Presidencial como se usaba antes de la 4t.

Pero bueno, cuando se hace de la ambigüedad el discurso permanente, como ha ocurrido en este país desde los tiempos de la independencia, todo se puede esperar y todo se acaba por ver.

Publicado en El Informador del domingo 17 de noviembre de 2019

El otro ratón

Por Líderes universitarios, Voces Univa Sin comentarios

Julián Antonio Iturria Ramos • Alumno Ciencias de la Comunicación  

 

Sin lugar a dudas, el entretenimiento ha evolucionado de maneras en las que muchos jamás hubiéramos imaginado desde ya hace algunos años. Es verdad que las industrias culturales y los hábitos de consumo han hecho que las grandes empresas encuentren nuevas oportunidades para ofrecernos innovadoras maneras de entretenimiento (y sacarnos algo de dinero con ello, por qué no).

The Pokémon Company, en esta ocasión, es la protagonista de mi columna; podría parecer raro, pero si me lo preguntan, es una empresa y franquicia que solemos subestimar, si no me creen repasemos unos cuantos datos. Esta franquicia apenas hace unos meses cumplió su 23 aniversario; por lo que ha estado presente en las dos últimas generaciones de niños y, vendiéndoles una gran cantidad de mercancías que se distribuyen a lo largo del mundo en los famosos Centros Pokémon (tiendas comerciales enormes) repletas de peluches, cartas, videojuegos, figuras coleccionables etc. La marca Pokémon realizó recientemente una película producida por Hollywood y este fin de semana el lanzamiento del nuevo juego de Pokémon para la consola Nintendo Switch, el cual seguramente volverá a romper récords de ventas, como lo ha hecho siempre. No por nada ésta empresa se ha convertido en una de las competencias directas de eSports.

Por todo lo anterior, la franquicia ha demostrado que tiene la manera de explotar sus productos y seguir siendo una de las grandes opciones de entretenimiento actualmente, pero no sólo eso, sino también un motor de innovación en ése rubro.

Si algo me hace recordar a la serie Black mirror, es el rumbo que The Pokémon Company está tomando, recordemos que en 2016 lanzó para celulares Pokémon Go, con una nueva experiencia de contacto con el mundo real gracias a la “realidad virtual”; un éxito de la empresa con más de 16 millones de descargas a nivel mundial y que actualmente sigue siendo uno de los juegos más descargados en las tiendas de aplicaciones. En 2018 con la llegada del Nintendo Switch anunció por primera vez (la franquicia que cuenta 29 títulos y dos más por venir) que la saga principal de videojuegos pasaría a una consola de sobremesa y con la llegada de éste, una retroalimentación entre distintos dispositivos.

Hace unos meses la empresa citó a medios de comunicación para una rueda de prensa, en la que entre otras cosas interesantes, anunciaron un servicio de nube multiplataforma para depositar todos los Pokémon; lo más impactante fue el anuncio de una función llamada “Pokémon Sleep”, de la cual aún no se sabe mucho, sólo se dijo que será compatible con todas las plataformas que tengan acceso al contenido de la franquicia y que además podrá monitorear el sueño de los usuarios (cuantos duermes, a qué hora duermes, a qué hora despiertas, tu patrón de sueño, etc.) con el fin de brindar una experiencia de juego personalizada; y aunque algunos medios han afirmado que “podrás entrenar a tus pokémon mientras duermes” eso aún no está confirmado. Esta función estará acompañada por un dispositivo llamada el Pokémon go plus + (porque ya había un Pokéball plus y un Pokémon go plus). Sí bien, al escuchar algo así podría parecer absurdo, no me atrevería a subestimar el impacto a nivel de venta que esto podría tener (sobre todo en el mercado nipón y/o norteamericano), recordando el éxito de su último título que alcanzó una venta de 3 millones de copias en su primera semana según la BBC, con todo y que estuvo calificado como uno de los peores juegos de la franquicia con un 8.3/10 por IGN.

Por otra parte, pongámonos a pensar las posibilidades utópicas o distópicas que podría tener que empresas de este nivel (o superiores) puedan monitorear tus sueños y tener la oportunidad de obtener aún más información personal de sus usuarios. Sin duda, suena a un episodio de Black mirror y lo que nos ofrece, causa incertidumbre. No queda más que esperar mayor información al respecto de este dispositivo para poder tomar una postura, lo cierto es que estamos ante otra forma de sacarles a sus compradores otros 60 dólares más.

No cabe duda, al menos en mi opinión que a esta franquicia le quedan muchos años por delante y seguiremos escuchando de ellos por un buen tiempo; porque más que una franquicia se ha vuelto una empresa global que nos seguirá ofreciendo opciones de entretenimiento y una lista interminable de criaturas que con las nuevas confirmaciones del título más reciente Sword and Shield ya suman aproximadamente 1000, y tú ¿cuántas de ellas eres capaz de recordar?

 

Nada parecido con la realidad

Por Líderes de opinión, Voces Univa Sin comentarios

Mtra. Laura O. Robles Sahagún • Coordinadora de ALUMNI y Bolsa de Trabajo  

 

Platicando con una exalumna que requería asesoría para iniciar con un proyecto laboral, me comentó que ahora si entendía cuando los maestros les decimos que se preparen para la realidad en el campo laboral.

Nadie experimenta en cabeza ajena y muchos piensan que los maestros exageramos, que los papás les dan indicaciones solo por dar lata y que son los jóvenes, con el uso del Internet y los tutoriales, quienes tienen ya toda la información a la mano. Cuando se gradúan y comienzan a trabajar de tiempo completo, es cuando se dan cuenta que debieron haber puesto más atención durante la clase y más empeño en los trabajos.

Pero no es solamente culpa de ellos. Los maestros tenemos la responsabilidad de realizar proyectos prácticos y acordes a la realidad en la que vivimos. Para eso sirve la triple y la cuádruple hélice en donde convergen la academia, la iniciativa privada, el gobierno y la sociedad organizada. Es en este proceso en donde podremos hacer que los estudiantes aprendan no solamente la teoría, sino que desarrollen esas habilidades que en el día a día se requieren para solucionar conflictos y aprovechar oportunidades.

Basta de que las empresas busquen estudiantes para prácticas profesionales con la única visión de ahorrar dinero en nómina. Basta de que las instituciones de gobierno recluten prestadores de servicio social para que les saquen copias y les traigan los refrescos de la tiendita de la esquina. Promovamos la investigación, la tecnificación, introduzcamos ideas frescas de los estudiantes y enseñémosles lo que la experiencia nos ha dejado a nosotros. Propiciemos ese punto de encuentro multigeneracional.

¿Nos quejamos de que no hay trabajo? ¿De que la economía está mal? ¿De que se están cerrando fuentes de empleo? ¡Pues unámonos! Hagamos crecer a la industria. Aportemos a las PyMES que son tan importantes en la economía de nuestro país. Construyamos instituciones de gobierno sólidas con personas capaces, honestas y éticas. Promovamos la donación y el altruismo para que las ONG’s puedan seguir viviendo.

Esto es de todos. Ayudemos a nuestros estudiantes a ser grandes profesionales más allá de las aulas.

 

Publicado en Crónica Jalisco el 28 de junio de 2019

El inútil desafuero

Por Voces Univa Sin comentarios

Pbro. Lic. Armando González Escoto • Director de Publicaciones del Sistema UNIVA

 

En México el tema de los fueros tiene ya una polémica historia que comenzó en el siglo XIX. En su origen el fuero era una forma de proteger a quienes ejercían determinadas responsabilidades de las inevitables represalias que podían venir como efecto de una actuación correcta, pero también servía para evitar el desprestigio de las instituciones, cuando sus altos funcionarios se veían involucrados en alguna actividad ilícita, en este aspecto el fuero posponía las acciones correctivas para el momento en que el funcionario dejaba el cargo, o bien, tales correcciones se desarrollaban en total privacidad, con todos los abusos que ese tipo de manejos discrecionales podría traer consigo.

No obstante, es un hecho que desde hace muchos años el fuero se convirtió en la muralla de la impunidad, pues no solamente protegía contra represalias, sino que se volvió el caparazón por excelencia para cobijar todo tipo de ilícitos cometidos justamente por funcionarios que abusaban de dicho privilegio.

Eliminar el fuero ha sido por lo mismo la bandera de los nuevos partidos, asunto en el que se han logrado ya avances importantes, sin que eso suponga, lamentablemente, que el problema de fondo, el de la impunidad, quede resuelto.

Tal vez no sea ni deba ser responsabilidad de un gobierno entrante evaluar la actuación del saliente, pero tampoco debe ser proteger o encubrir, pues ese tipo de acciones sólo buscan garantizar que cuando el nuevo gobierno salga, recibirá el mismo trato benévolo del entrante, es decir, la impunidad en su más alto y definitivo nivel.

Existen instancias que califican y auditan, pero ¿qué tan libres son? ¿Quiénes tienen como responsabilidad primaria evaluar a fondo a todo gobierno saliente, en los Tres Poderes y en los tres niveles? ¿De qué sirve la abolición de los fueros, si se mantiene incólume el proteccionismo de los gobiernos en funciones hacia sus antecesores?

Mientras el gobierno tenga el poder de facto para decidir a quiénes se le piden cuentas y a quiénes no, y los hechos muestren que los indiciados son siempre personas de segundos o terceros planos, y no los principales responsables, la cuestión del fuero o del desafuero acaba siendo hasta cierto punto irrelevante.

Es impactante el progreso que en otras democracias latinoamericanas ha tenido la impartición de justicia y el abatimiento de la impunidad, pese a fueros o cualquier otra triquiñuela; llama la atención que en países como Brasil, Perú, Guatemala, Chile, sus altos funcionarios, incluidos quienes han sido presidentes en dichas naciones, no solamente hayan sido juzgados por tribunales, sino además encarcelados varios de ellos por acciones u omisiones hasta más ligeras de las que se han visto en México, de donde se sigue que la condición de la democracia mexicana sigue siendo deprimente, y muy actual y vigente el sistema presidencialista, luego replicado en los estados, donde quienes gobiernan actúan como monarcas sexenales, según célebre frase de un famoso politólogo.

A las sociedades que permiten este tipo de abusos, Carlos Marx las llamó alienadas, es decir, enajenadas, embotadas, en lo que acertó, siempre y cuando consideremos que ese embotamiento es fruto del mismo sistema, la alienación es otra forma del fuero.

 

Publicado en El Informador del domingo 10 de noviembre de 2019

Citar: un acto ético

Por Líderes universitarios, Voces Univa Sin comentarios

Bárbara Catalina Barba García • Alumna de la Licenciatura en Publicidad  

 

La Real Academia Española define el verbo plagiar como: Copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias. Este puede ser el acto más común entre los estudiantes y hasta en los profesionales, a veces sin darse cuenta. El famoso y sencillo “copiar y pegar” o el parafrasear, es un robo y un insulto hacia las demás personas que lo leen, ya que se hace creer que es de una autoría propia.

Muchas veces tomar frases o ideas de otras personas es el camino más sencillo cuando la creatividad está por los suelos, pero definitivamente no es el más correcto. A veces se toma inspiración de algunas creaciones ya existentes, porque es casi imposible que se pueda hacer algo completamente nuevo, pero ¿tomar una obra y ponerle otro nombre? Eso es lo que se hace cuando se escribe un proyecto y no se cita adecuadamente.

Citar es la cosa más tediosa que existe, pero es la parte más importante. Es como cuando entre hermanos se prestan la ropa, pero cuando no se pide permiso da mucho coraje, no el que la haya tomado, sino el que no haya preguntado. Es la misma situación con el plagio. Las personas que escriben o hacen investigaciones, tienen como objetivo que esa información sea útil para alguien más, y al citarlas es como si se les pidiera permiso.

En 2017, Casa Tirao establece que “un plagio es un robo, y como todo robo constituye un delito, y como tal debe aplicarse, en casos como éste, el castigo adecuado.” En la UNIVA el cometer plagio se considera como falta grave y es motivo de baja definitiva. En México, según el artículo 424 del código penal federal, se impondrá prisión de seis meses a seis años y de trescientos a tres mil días multa, a aquel que “use en forma dolosa, con fin de lucro y sin la autorización correspondiente obras protegidas por la Ley Federal del Derecho de Autor.”

El citar es muy importante, no sólo porque existe un castigo para aquellos que lo hagan, sino porque es un acto ético de reciprocidad. Un dicho común dice: no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan. Por lo que es fundamental que cuando se empiece a escribir un proyecto se piense en este refrán popular y se diga a uno mismo: “¿me gustaría que robaran mis ideas para usarlas como propias?”.

La lectura como factor de cohesión social

Por Líderes de opinión, Voces Univa Sin comentarios

Mtra. Claudia Martínez Videgaray • Docente UNIVA Plantel Guadalajara

 

Leer para aprender, conocer, saber más, informarse, instruirse, son algunas de las bondades que se le atribuyen a la lectura. ¿Pero por qué no añadir la cualidad de la generación de vínculos sociales? En este breve escrito intentaré presentar algunas ideas que nos inviten a pensar en la lectura como una actividad que propicia la unión y la búsqueda de integración con otros.

Reunirse para compartir algo en común es una característica humana, particularmente con actividades culturales: coincidir con aficionados en un estadio para apoyar a un equipo de futbol; asistir a un concierto o al cine, incluso, reunirse alrededor de la televisión a ver la inauguración de los juegos olímpicos. En todos estos casos existe un pretexto o gusto común que genera un interés por estar con otros.

De la misma forma, la lectura —una actividad comúnmente individual— puede propiciar lazos sólidos con otras personas y transformarse en un vínculo generador de comunidad. A diferencia de otras actividades de grupo, en las que compartes espacio y experiencias, las reuniones para comentar un libro o los momentos de lectura colectiva, propician que haya un intercambio de ideas, no solo a partir de la propuesta literaria, sino que el texto funge como un detonador para hablar de uno mismo con otros y escuchar a otros hablar sobre sí mismos, lo que favorece la empatía y la tolerancia. En suma, la lectura compartida (ya sea de forma sincrónica o asincrónica) propicia el ejercicio de análisis e interpretación del mundo.

Para ilustrar este planteamiento, presentaré tres experiencias que me han llevado a la afirmación propuesta en el título de este texto:

Círculo de lectura “Tribu de letras”: hace ya un año sugerí a algunas amigas leer un libro por mes y platicar sobre el autor y su obra. Haberlo hecho nos ha ayudado, no solo a elevar nuestro ritmo de consumo literario, sino que hemos aprendido a dar al mismo texto múltiples lecturas a partir de la mirada de cada lectora. Además de esto, lo que considero más valioso es que nos ha ayudado a fortalecer lazos de amistad y a tener cierta complicidad entre nosotras. Cabe añadir que la hija de 10 años de una de las participantes, al saber que su mamá formaba parte de un club de lectura, quiso replicar la idea con sus amigas.

Lectura de cuna y cama: desde que mis hijos son bebés, hasta ahora que ya tienen 7 y 10 años, he leído con ellos en diversos momentos, principalmente antes de dormir. Esta actividad (sumado a tener libros en casa, asistir a bibliotecas, con cuentacuentos, etcétera), además de haberles facilitado el aprendizaje de la lecto-escritura, les arraigó el gusto por la lectura y amor por los libros. Las razones anteriores serían suficientes para elogiar el hábito de leer juntos, pero el mayor valor que le encuentro es la cercanía que nos ha dado, no solo física —pues muchas veces leemos abrazados y bajo una cobija—, sino que nos ha dado tema de conversación e, incluso, recursos formativos: a partir de lo leído les puedo explicar alguna problemática o situación que les preocupa.

Lectura en el aula: en ciertas asignaturas en la UNIVA implementamos el programa de lectura en el aula, el cual consiste en asignar la lectura de una obra no académica. Hacerlo ha sido positivo, pues he recibido comentarios como, por ejemplo, que nunca habían terminado antes un libro completo o que hacía tiempo que no leían. Como en las dos experiencias anteriores, más allá de cumplir el objetivo de favorecer la lectura y su ya sabido beneficio académico, comentar el texto en el aula ha propiciado la participación de estudiantes que en ocasiones no hablan en público y ha hecho que se comenten temas que a veces no se discuten en clase. Considero que la lectura, entonces, ayuda a generar un buen ambiente de grupo entre estudiantes y vínculos con los maestros.

Como hemos visto, la lectura es un vehículo de cohesión social, pero no solo el acto de leer lo fomenta, también la escritura tiene esa virtud, tal como pudieran ser los talleres de creación literaria; en mi caso he participado en uno y puedo decir que el lazo de camaradería que se ha formado es invaluable. La lectura y la escritura son actividades que pueden, incluso, sanar (como la escritura terapéutica u ontoescritura). En conclusión, valdrá la pena adentrarse a revisar cómo estamos concibiendo la lectura en el ámbito educativo, cómo estamos acercando a la población a ella, preguntarnos por qué hay tantas personas a quienes no les interesa leer o no han encontrado una experiencia positiva a través de los libros. De aquí mi reto e impulso a seguir animando a la lectura para que, a través de ella, podamos unirnos y entendernos mejor como sociedad.