¡Dios siga fortaleciendo su jornada, comunidad UNIVA! En este día, el Señor nos invita a encontrar consuelo en Él, a depositar nuestras preocupaciones en sus manos y a tomar su yugo. Pero, ¿qué significa este yugo que nos propone?
El yugo, en su sentido original, era una herramienta de la agricultura diseñada para unir a dos animales y coordinar sus fuerzas en el trabajo conjunto. Con el tiempo, esta imagen se utilizó como metáfora para referirse a una “norma” o estilo de vida transmitido por los maestros. En el caso del pueblo judío, se aplicaba a la Ley, conocida como el «yugo de la Ley», que marcaba el camino para vivir según la voluntad de Dios.
Cuando Jesús habla de su yugo como suave y su carga como ligera, desafía la percepción de su época sobre Dios y la Ley. No se trata de que Jesús disminuya las exigencias de la Ley; al contrario, las intensifica, dándoles su verdadero y pleno sentido en el amor.
El yugo de Jesús es, entonces, el yugo del amor. Es suave y ligero porque es Él mismo quien camina junto a nosotros, quien toma su lugar a nuestro lado, compartiendo nuestra carga. Con su fuerza y dirección, somos capaces de amar como Él ama.
Si nos sentimos cansados o agobiados, tal vez sea porque hemos intentado cargar con todo por nuestra cuenta, confiando únicamente en nuestras propias fuerzas y tomando nuestra propia dirección. Acerquémonos al yugo de Jesús. En Él encontraremos alivio, descanso y la guía necesaria para avanzar en nuestra jornada.