Sigamos disfrutando de la alegría pascual y para esto, es necesario pedir la gracia de vivirla y transmitirla a los demás.
Con el evangelio de hoy, Jesús nos recuerda que la única manera de tener una vida plena es permaneciendo en su amor, así que tenemos que ir más allá del sentimiento y vivir en constante donación pero sin dejar a un lado la alegría.
Pidamos la intercesión de San Atanasio, el quién supo defender la divinidad de Cristo, para que nosotros permanezcamos unidos al verdadero Dios por quien se vive.