Dios los bendiga y fortalezca, comunidad UNIVA. En este día, el Señor muestra lo más íntimo de su persona, su razón de ser y, al mismo tiempo, el inmenso amor que Dios tiene por nosotros.
Jesús nos atesora como lo más preciado para su Padre, y nos recuerda que la voluntad del Padre es que creamos en su Hijo, para que, creyendo en Él, tengamos la vida eterna. Pero, ¿qué es creer en Jesús? ¿Será acaso creer en su mera existencia? ¿O ese creer implica más?
El “Yo creo” pronunciado por un cristiano en el ámbito de la fe es más que una afirmación o un enunciado lógico; es una postura existencial, una decisión fundamental ante la realidad que implica todo el ser de quien pronuncia dicha frase. Creer es redefinir y reorientar mi vida, un viraje existencial total que implica la unión con Cristo.
Por tanto, la invitación es a hacer del “Yo creo” de la fórmula un “Yo creo” de carne, que esté lleno de mi vida, para que, creyendo verdaderamente en el Hijo de Dios, tengamos vida eterna y resucitemos el último día.
Pidamos también por los cardenales electores que participarán en el cónclave que comienza el día de hoy, para que el Espíritu Santo ilumine sus mentes y corazones y así nos den un pontífice según el corazón de Jesús.