¡Felices Pascuas, querida comunidad UNIVA! El Señor ha resucitado, y nos encontramos precisamente en este tiempo de dicha y gozo: el tiempo pascual, tiempo del Espíritu. Como nos enseña la liturgia de hoy, Jesús señala el camino para acceder al Reino de Dios.
Le dice Jesús a Nicodemo que sólo quienes renazcan de lo alto, del agua y del Espíritu, podrán ver el Reino de Dios. Esto es exactamente lo que hemos celebrado en estos días: la obra redentora de Cristo, que nos ha trasladado del reino del pecado y de la muerte al Reino del Espíritu y de la vida. Y esto no es un mero símbolo: por el bautismo hemos sido sepultados con Cristo en su muerte para resucitar a una vida nueva en el Espíritu; una vida que ya no se guía por los criterios de la carne, de las apetencias e instintos, sino por la voluntad del Padre, por la bondad, el amor y la misericordia.
Por ello, te invito a que, al iniciar esta semana, experimentes el soplo de la nueva vida que Cristo ha infundido en nosotros, y reemprendas tus labores con un espíritu renovado, lleno de gozo y de paz.
Al mismo tiempo, quisiera pedirte que nos unamos en oración por el descanso eterno de nuestro querido Papa Francisco, y que, como Iglesia, permanezcamos en espíritu de unidad. Roguemos también para que quienes llevan sobre sus hombros la responsabilidad de elegir a un nuevo pontífice sean dóciles a la voz del Espíritu Santo. Seamos testigos de la esperanza que hemos celebrado en estos días y mostremos al mundo la alegría del Evangelio.