Nos encontramos en el Año Jubilar 2025, peregrinos de esperanza. En un mundo que vive inmerso en la cultura de lo inmediato, donde la espera parece cosa del pasado, el Papa Francisco nos invita a reflexionar sobre la esperanza. Muchos procesos requieren tiempo, y antes de caer en la desesperación, es mejor confiar en el Señor, quien nos acompaña en todo momento.
Hoy, en el evangelio (Mc. 3,7-12), vemos a Jesús caminando por la orilla del mar, rodeado por una multitud que casi lo aplasta. Por ello, pide una barca. Los endemoniados claman su divinidad, pero Él los calla. Es un evangelio que podría parecer confuso y turbulento, pero aun en medio de ello, podemos ver la mano de Dios actuando.
Dios también actúa en las turbulencias de tu vida. Solo necesitas, a la luz de la oración, reconocer Su paso en tu vida cotidiana. Con el tiempo, descubrirás que Él siempre está a tu lado, especialmente cuando más lo necesitas.
Pidamos a Dios que, cuando todo parezca ir a gran velocidad y nuestra vida se torne turbia, como lo muestra el Evangelio, podamos mirar al futuro con la certeza de que Dios nunca nos abandona.
Señor, voy peregrino por la vida, que este peregrinaje me acerque cada vez más a Ti, que eres mi meta.