No he venido a traer la paz, sino la guerra.
Buen lunes, querida comunidad. Comenzamos una semana más, un tiempo más de vida que se nos concede, aprovechemos este café con Dios para descubrir cómo vivirlo mejor. Hoy Jesús nos dice: “No he venido a traer la paz, sino la guerra”. Parece un mensaje contradictorio si lo entendemos como la violencia, el conflicto y la muerte que conllevan las guerras entre bandos. Pero Jesús es Príncipe de la Paz, por ello, Él habla de otra guerra, la que cada uno tenemos con nosotros mismos y contra el pecado. Una guerra más interna, más importante y una guerra que surge del encuentro con Jesús; porque quien vive ese encuentro personal cambia su vida, es más, la verdadera vida es el cambio, por eso Jesús nos saca de nuestra comodidad y nos mete en la batalla. Pero el objetivo, como en toda guerra justa es el mismo: la libertad.
Quien prueba el encuentro con Jesús prueba la libertad, por ello, hace todo lo posible por ganar sus propias batallas mediante la lucha interna, las pequeñas renuncias y los actos de amor concretos que lo van a hacer más libre. Valdría la pena, está semana que comienza, reconocer las pequeñas esclavitudes que tengo en mi vida, que me atan y no me dejan ser la mejor versión de mí, para hacerles frente con la guerra interna, siempre, de la mano de Jesús.
¡No teman! ¡Ánimo!
