Dios nos ha concedido los maravillosos bienes prometidos, que nos hacen partícipes de la naturaleza divina.
Buen día e inicio de semana a todos, querida comunidad. Hoy en el café con Dios tenemos la segunda carta de Pedro que nos presenta un camino de conversión que nos lleva a participar de la vida divina. Pedro parte de la fe, un conocimiento de la persona de Dios que nos mueve a unirnos a Él, pero la fe sin obras es estéril. Cuántos conocemos que dicen amar a Dios pero no lo viven, decimos: “les falta coherencia”; por eso hay que añadir buena conducta. Luego a la buena conducta, añadir la inteligencia, para que sea bien pensada para uno mismo y para todos. A la inteligencia, el dominio propio para no caer en la sutil tentación de la soberbia y mantenerse en la humildad. También perseverancia, el esfuerzo humano necesario, y a ésta añadir la piedad y el amor fraterno, porque quien presuma que ama a Dios pero odia a su hermano, es un mentiroso. Y, en último término, la caridad que es la plenitud de la fe y la vida. Si has llegado hasta aquí, seguramente llevas ya un camino recorrido, y seguro ya sabes qué valor o virtud te hace falta. Pídeselo a Dios, recuerda que Él quiere compartirte su vida divina. Queda como un buen propósito a trabajar durante esta semana.
¡Ánimo! ¡Excelente semana!