¡Dios bendiga su semana comunidad UNIVA! En la sagrada Escritura encontramos que el vino simboliza la alegría, la presencia de Dios que alegra el corazón. En el evangelio de hoy vemos como Jesús es interpelado por los fariseos que eran agudos en el cumplimiento de la Ley. El judaísmo estuvo siempre en función de camino de preparación para el Mesías, pero llegaba el momento en el que ya se quedaba seco, las estructuras de la Ley se quedaban sin espíritu, y Jesús, Mesías prometido, es quien viene a llenar con vino nuevo el corazón del hombre, para que pase lo antiguo y llegue la novedad de Jesús.
Aquí podemos reflexionar un momento, quizá tengo hábitos buenos que realizo todos los días, pero que de alguna manera han perdido su espíritu, ese vino que les da su significado pleno: saludar por las mañanas, preparar comida para mi familia, ir a misa, etc. Quizá con el tiempo sigo realizando estos actos, pero poco a poco se han ido vaciando de sentido. Jesús es el vino nuevo que llena de sentido alegría el corazón, tengamos a Jesús como fuente y motivación última de nuestras buenas obras y pidámosle que nos ayude a siempre tener una actitud de renovación.