Skip to main content

Poema. El Chimpancé de Víktor

Mtro. Juan Manuel Madrigal Miranda · Docente UNIVA Uruapan

 

A Víktor Frankl (1905-1997)

descubridor de la logoterapia,

de la cura por el metasentido.

 

El infierno es un cuento de color

de rosa frente al campo de concentración

nazi en donde las cámaras de gas convirtieron

en ceniza a tus padres, esposa, y a los sueños

y piel, de miles de otros seres humanos.

 

Viviste entre los cadáveres de compañeros,

cuerpos serios y tiesos que hormigueaban de

piojos a la luz de la luna llena en el verano.

 

Allí viste a un amigo tuyo, muerto y mutilado,

y después supiste que a su carne alguien

la había puesto en el perol hirviendo para

engordar el caldo de la comida del campo.

 

Allí donde una noche en que estabas de

voluntario cuidando enfermos, viste a un

paciente que se convulsionaba bajo una

pesadilla, y lo ibas a despertar pero

te quedaste con la mano extendida,

sin tocarlo, pues comprendiste que lo

despertarías a una pesadilla de la cual

no se podía salir.

 

Pero un día que ibas con las lágrimas

escurriendo, caminando descalzo, sin esperanza,

con los pies sangrantes coloreando a la nieve,

yendo al trabajo forzado de ese amanecer,

de pronto te acordaste del chimpancé con el

que se experimentó para obtener la vacuna

contra la polio.

 

El animalito recibió docenas de inyecciones y

manipuleo. Sufrió como sufre un animal:

un dolor sin sentido, un sufrimiento de

bestezuela inconsciente, sin embargo, en la

realidad que lo rebasa, su sufrimiento y muerte

tuvo un sentido más allá de él: salvó a millones

de seres humanos de la polio, y seguirá salvando

a otros miles y miles.

 

Allí, allí precisamente caíste de rodillas

al comprender la diferencia entre un

simio y un ser humano. Allí conociste

la dignidad de tu irrepetibilidad, tu unicidad,

la sacralidad de tu persona y la

irremplazabilidad de nuestra alegría,

paz, y sufrimiento.

 

Allí comprendiste que el universo no

termina en nosotros, que la vida y la muerte

no conocen reposo ni fronteras y que la mente

humana no alcanzará jamás a entender

lógicamente la trama de la eternidad, pero el

sentido si la puede conocer porque ha decidido

vivir responsablemente, aquí y ahora dando

testimonio con su devoción, con su amor a la vida

que siempre lleva la dirección de completarse,

incluyendo al destino, al sufrimiento y a la muerte.

 

Ese día, recordando a ese chimpancé, descubriste

el Sentido Incondicional: un gran fuego no puede

ser apagado por el viento como le pasa a un

pequeño fuego, por el contrario, con un ventarrón

el gran fuego se aviva intensamente, y sus llamas

traspasan a las nubes y a las raíces de la duda.

 

El feto humano y la semilla del fresno germinan

y crecen en la oscuridad sin saber a donde van

o que va a pasar, pero un día llega el parto y la luz,

y nace y crece un ser humano que danzará y un

hermoso y frondoso fresno donde reposarán las

palomas y sombrearán los niños que juegan a la

hora del recreo.

 

No sabemos por qué todo esto es así, pero es

necesario para que el Misterio se realice, y

es un canto, una melodía de comprensión y

amor pues tenemos que vivir, pese a todo, y no

miserablemente solo sobreviviendo y soportando,

sino cultivando la ternura y flores fragantes

para el mundo, por siempre…

 

Comunicación Sistema UNIVA

Author Comunicación Sistema UNIVA

More posts by Comunicación Sistema UNIVA