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La seguridad y la estrategia

Mtro. Francisco Meza Estrada · Alumni UNIVA León

 

La realidad se impone y de nueva cuenta tenemos que abordar el tema de la seguridad en nuestra región, que comprende desde el Estado de Jalisco hasta el corredor industrial de Guanajuato. Esto debido a los hechos violentos ocurridos en la noche del martes 9 de agosto.

Y lo tenemos que hacer porque se cruza con la iniciativa presidencial de incorporar la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional, tema que en estos momentos se discute ampliamente en los medios de comunicación.

Los hechos

En la noche de este martes, en forma coordinada, grupos de delincuentes en distintas ciudades como Zapopan, Guanajuato, Celaya, Irapuato, Silao, San Francisco del Rincón y León, incendiaron automóviles, establecimientos como oxxos, farmacias, y realizaron bloqueos en algunas carreteras.

Como ya es normal, estos hechos se volvieron virales en las redes sociales y la población se pudo enterar en tiempo real de lo acontecido.

La versión que más se ha difundido es que todo esto se debió a la detención de un líder del crimen organizado en la zona del bajío, y los hechos violentos tuvieron como propósito provocar temor y caos en la región.

Como resultado de lo anterior, varios establecimientos en algunas de estas ciudades cerraron, instituciones educativas suspendieron clases y la actividad cotidiana se redujo notablemente al día siguiente.

Acciones como las anteriores ya tienen antecedentes. Se conoce a los grupos, la forma de operar y lo que los lleva a realizarlas. Esta información y, más, seguramente es del conocimiento de las autoridades locales y federales.

La estrategia

Como todos sabemos la responsabilidad de la seguridad pública, corresponde a los tres niveles de gobierno: municipio, estado y al gobierno federal, los cuales deben trabajar de manera coordinada.

Los problemas de seguridad se han vuelto prioritarios desde hace más de 20 años en nuestro país y aunque todos los políticos prometen resolverlos, lo que tenemos son nuevas manifestaciones de violencia en México.

En el caso del gobierno del presidente Andrés Manuel, su propuesta de seguridad se estructuró a partir del trabajo de Alfonso Durazo, la creación de la Guardia Nacional y las reuniones a primera hora del día de las mesas de seguridad, entre otras medidas.

Por su parte, los gobiernos locales hicieron énfasis en el fortalecimiento de las policías estatales y municipales para hacerle frente a los problemas de seguridad.

Al paso de 4 años, cifras van y vienen, pero el problema de la inseguridad sigue presente, no como algo que haya cambiado, sino como algo que nos sigue escandalizando. Alfonso Durazo ya está gobernando en Sonora, observamos en las calles los rondines de la Guardia Nacional y vemos que custodian el cuerpo inerte de una persona fallecida sin prevenir absolutamente nada.

Seguimos teniendo el caso de policías locales ejecutados, situaciones de extorsión y la capacidad de estas organizaciones para sembrar temor entre la población.

La discusión

Todo esto viene a cuento porque el presidente acaba de anunciar que publicará un acuerdo para incorporar la Guardia Nacional a la SEDENA. Con lo anterior, el pleito está cantado porque opositores y organizaciones civiles señalan que sería inconstitucional y rechazan la militarización de la seguridad.

El presidente, lejos de buscar un acuerdo con los gobiernos locales, que son los que más recienten el tema de la inseguridad, se monta en su idea y busca aprovechar cualquier rendija legal para hacer que la Guardia Nacional sea parte de las fuerzas armadas.

No será sencillo porque el tema de la constitucionalidad o inconstitucionalidad del decreto no parece un escollo sencillo de superar por parte del gobierno federal. En este mecanismo interviene el poder judicial, que también se juega su prestigio.

Por otra parte, el tema de la militarización de la seguridad no encuentra en nuestro país ni en la clase política un punto de acuerdo que permita avanzar. La militarización de la seguridad ha sido rechazada por organizaciones civiles desde el gobierno de Felipe Calderón y pasando por el de Peña Nieto, sería incomprensible que ahora la terminaran aceptando.

Siempre se ha cuestionado la intervención de los militares en temas de seguridad, a pesar de los diferentes discursos que han presentado los últimos tres presidentes. Lo más que se ha aceptado es la participación regulada y limitada en el tiempo de las fuerzas armadas para dar paso a la creación de instituciones de seguridad con mando civil, como sucede en los países democráticos.

Lo que tenemos

Después de todo lo anterior, lo que tenemos en nuestro país y en nuestra región son funcionarios que se levantan muy temprano, una discusión interminable sobre la seguridad pública y un grupo de delincuentes atemorizando a la población.

La inseguridad y la violencia son temas presentes y sensibles para nuestra sociedad, misma que necesita soluciones ante esta situación. Aunque, las autoridades se esfuercen en comunicar que tienen todo bajo control y que su prioridad es la seguridad, lo que hemos vivido en estos días nos dice lo contrario, y lo más importante, que no están trabajando por acordar una estrategia.

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