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La Integración Indígena en la Educación

Dra. Adela Vallejo Solis1 · Docente e investigadora de UNIVA Querétaro

 

“Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, promoviendo oportunidades

de aprendizaje durante toda la vida, para todos” (Declaración de Incheon 2030)

 

La integración indígena en la educación ha sido una tarea difícil a lo largo de la historia de nuestro país, desde la conquista, donde se violentó el capital cultural de los grupos étnicos. A través de las incansables luchas por la recuperación de su identidad como nación, surge la oportunidad de diseñar un proyecto de nación donde todos los ciudadanos estaban invitados a disfrutar de este triunfo. Una vez ganada la Revolución mexicana, los líderes del país analizaron la constitución del Estado nacional, buscando indicadores que propiciaran la homogeneidad cultural y lingüística.

Desde la conceptualización del indígena como un ser primitivo e indefenso que necesita abrigo y protección del Estado, se gestó una defensa indígena basada en su pasado, donde la opresión sufrida durante la Colonia truncó su desarrollo. Al determinar al indígena en el último lugar de la estructura social, se volvió urgente adherirlo a la nación. Sin embargo, el trato especial no logró la incorporación, ya que se pretendía comenzar con la enseñanza del idioma español para eliminar la exclusión provocada por la brecha en la comunicación. La idea era posteriormente integrarlos al sistema educativo mestizo y visualizar la aspiración de una educación superior, siempre y cuando cumplieran con los requisitos establecidos.

Este enfoque, basado en la creencia de Vasconcelos de que «la ignorancia de los indios era una cuestión socioeconómica y no racial», logró visualizar que la instrucción no solo era una cuestión académica, sino también de saberes prácticos. Esto implicó proporcionar a los indígenas conocimientos agrícolas, modificando métodos e implementando técnicas. Sin embargo, el desapego de los indígenas a los bienes materiales facilitó su explotación por los conquistadores durante mucho tiempo, lo que generó en ellos una gran desconfianza. El proceso de incorporación a la civilización debía erradicar la marginación sufrida, educar y proteger de abusos, lo que significó un avance en los derechos de los indígenas.

Una vez extendidas las escuelas rurales por todo el territorio, el fracaso fue inminente al no lograr desterrar las lenguas autóctonas. Surgió entonces la propuesta de la incorporación contra la integración. Este enfoque respecto al indigenismo cobró fuerza como política en el periodo cardenista, generando debates sobre los propósitos y métodos educativos. Aunque intelectuales extranjeros como Dewey elogiaron los esfuerzos del gobierno, la resistencia a las enseñanzas por parte de los indígenas persistió, como se evidenció en el informe sobre los otomíes en Tetapango.

A pesar de los intentos, las escuelas rurales no lograron el éxito, principalmente debido a la influencia de la Iglesia, que cerró centros educativos en Milpillas, El Nayar y El Durazno. Sin embargo, el indigenismo cobró fuerza al crear una institución autónoma bajo la dependencia directa del Poder Ejecutivo, analizando los avances, necesidades y áreas de oportunidad de los grupos étnicos. El debate sobre los propósitos y métodos de la educación alcanzó su punto máximo durante la Primera Asamblea de Filólogos y Lingüistas en 1939. Al año siguiente, el Primer Congreso Indigenista Interamericano consolidó los esfuerzos al elaborar una nueva política indigenista. Lamentablemente, esta política sufrió altibajos en el poder político, resurgiendo tímidamente en el periodo de Ávila Camacho (1940-46) y su jornada de alfabetización.

Fue hasta 1963, con la Sexta Asamblea del Consejo Nacional Técnico, que se recuperó con un amplio programa socioeconómico. Aquí renació el método bilingüe con Jaime Torres Bodet. La aprobación de la UNESCO marcó un avance significativo al aplicar el sistema bilingüe, finalmente abriendo la puerta a la inclusión. En 1975, con el Primer Congreso Nacional de Pueblos Indígenas, se consideró el contexto social, político y económico en la educación indígena. Cuatro años después, la demanda se radicalizó con la propuesta de planificar sus propios proyectos educativos.

Es entonces cuando se asimiló la raíz profunda del indigenismo. Lejos de desaparecer o ser agregados a los sistemas educativos, los indígenas lucharon por la integración, formando organizaciones como la Alianza Nacional de Profesionales Indígenas Bilingües. Lograron el reconocimiento oficial del estado a la multietnicidad y plurilingüismo de la nación, siendo incluidos en la reforma del artículo cuarto constitucional en 1990. Según el Instituto Nacional de Estadística (INEGI 2015), en México, el 11.7 % de la población habla una lengua indígena.

A partir de estos datos, se han destinado recursos, estrategias y planes para continuar con la educación indígena, respetando su capital cultural. Se les otorgan todos los derechos y obligaciones que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y otros organismos internacionales (UNESCO) conceden a los ciudadanos. Al aclamar el respeto a los distintos grupos étnicos desde la célula de la sociedad, se propaga la inclusión, garantizando la prevalencia de nuestras raíces y el reconocimiento de que todos somos mexicanos.

 

Un Postdoctorado en Derechos Humanos, Universidad de Alicante, España. Doctora en Educación, Doctorado Honoris Causa en Derechos Humanos (IIIDDH), Doctorado en Gestión y Política Educativa, Maestría en Medios Alternos y Solución de Controversias, Maestría en Docencia, Diplomada en Litigación Oral, Licenciatura en Derecho. Departamento de Investigación y docente académica de Posgrado en la Universidad del Valle de Atemajac (UNIVA), difusora de Ciencia y Tecnología en la Radio Universitaria, a través del 89.5 FM, Radio Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), conferencista a Nivel Nacional para educación básica pública con temas de mediación escolar. Premio Forjadores de México edición 2023.

 

 

REFERENCIAS:

Basauri, Carlos (1925). Deben combatirse algunas supersticiones indígenas. Boletín de la SEP.

Barcelona: Gedisa.

Jäger, S. (2003). Discurso y conocimiento: aspectos teóricos y metodológicos de la crítica del discurso y del análisis de dispositivos. Barcelona: Gedisa.

Geertz, Clifford (1992). Descripción densa: hacia una teoría interpretativa de la cultura.

Gonzalbo, Historia y Nación. Vol. I México. El Colegio de México 2002. Pp.137-157.

Graves Lainé, Cecilia (1998). El debate sobre una antigua polémica: la integración indígena, en   Pilar

Othón de Mendizábal, Miguel (1926, mayo). Los vicios del indígena son una calumnia centenaria. Periódico América.

Vasconcelos, José (1923). Conferencia leída en el Continental Memorial Hall, de Washington, la noche del 9 de diciembre de 1922, a invitación de la “Chataucua International Lecture Ass”, en Boletín de la SEP, 1.° de enero de 1923.

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