Laura O. Robles Sahagún Coordinadora de Alumni y Bolsa de Trabajo UNIVA Guadalajara
El mundo después de la pandemia definitivamente no volverá a ser igual en muchos aspectos, no solamente en los sanitarios. El ámbito laboral será uno de los que sufran mayores transformaciones, principalmente con la trascendencia del movimiento antitrabajo.
La forma de trabajar se está revolucionando a tal grado, que miles de personas están prefiriendo renunciar a sus centros de trabajo porque se han dado cuenta que es necesario equilibrar la vida familiar con la laboral o porque no se sienten satisfechos.
El Departamento del Trabajo de Estados Unidos reporta que casi cuatro millones de personas abandonaron sus puestos de trabajo en abril 2021, este fenómeno ya ha sido denominado como “La gran renuncia” o “The great resignation”, término acuñado por el Psicólogo organizacional y Profesor de Texas A&M, Anthony Klotz.
Si bien es cierto, que la pandemia aceleró los procesos de uso de la tecnología, también lo es que aceleró el proceso en el que los trabajadores se han decidido a romper con años de bajos salarios, condiciones laborales deplorables, malos jefes y todos estos temas que ya hemos visto aquí como el mobbing, el síndrome de bornout o el catastrófico karoshi.
El hecho de que la gente se sintiera que le cortaron su forma de vida de la noche a la mañana, el encontrarse de manera tan cercana a la muerte y enfrentarse al miedo del exceso de la información ante una terrible desinformación y desconocimiento de lo que representaba el COVID-19 (muchas dudas aun persisten a 20 meses del estallido pandémico), le ha hecho reconsiderar la importancia del trabajo.
¿Vivir para trabajar o trabajar para vivir? ¿Lo que hago me produce satisfacción o solamente estrés? ¿Vale la pena lo que estoy pasando en el trabajo por menos tiempo con mi familia, por un salario bajo y poner en riesgo mi salud? Son algunas de las consideraciones que se pueden leer en la subcomunidad “antiwork” de Reddit, la plataforma o red social que se alimenta de comentarios de los usuarios y que pueden ser votados a favor o en contra. También se leen infinidad de narraciones de hechos en donde las vejaciones en sus centros de trabajo son la razón para su renuncia.
Las exigencias laborales han crecido, no solamente se demandan mejores salarios monetarios, sino también salarios emocionales. Las empresas tendrán que repensar sus condiciones y ya no solamente decir sobre sus trabajadores “si se quiere ir que se vaya, hay muchos que pueden ocupar su lugar”. Ya no. Si la reputación en materia laboral es negativa, esa empresa sufrirá crisis porque nadie querrá trabajar en ella.
El ser humano se está revalorizando en su hacer laboral y este fenómeno está tomando tintes mundiales; en México ya hay algunos movimientos que se gestan y que, estoy segura, sumarán a las estadísticas de “La gran renuncia”.
Publicado en La Crónica de Hoy Jalisco del viernes, 5 de noviembre de 2021.