Mucho se ha dicho sobre la oración. A menudo se confunde con los rezos, pero en realidad, la oración es un diálogo espontáneo con Dios. Es como conversar con un amigo: implica confianza, apertura y un corazón dispuesto, sin reservas. A través de ella, dialogamos con el amor que nos purifica y nos transforma.
La oración es un encuentro de corazón a corazón con el Señor. El Padre Nuestro, la oración que Cristo nos enseñó (Mt 6, 7-15), es la base de todo diálogo con Dios, pues nos muestra cómo dirigirnos a Él de manera cercana y sincera.
Esta Cuaresma es una oportunidad para fortalecer tu vida de oración. Deja que el amor de Dios te transforme, pues es Él quien sale a tu encuentro. Hoy es el momento en que Él mismo propicia este diálogo contigo. No dejes pasar la oportunidad. Ten paciencia: las respuestas llegarán a su tiempo. No pierdas la esperanza.
Papá, hoy quiero platicarte… (Deja que las palabras broten desde el corazón).