En este Año Jubilar 2025, dedicado a la reflexión sobre la esperanza, el evangelio de hoy (Mc. 1, 40-48) nos presenta a un leproso que, de rodillas ante Jesús, suplica con profunda fe: “Si tú quieres, puedes curarme”.
¡Qué súplica tan conmovedora! Es la expresión de un hombre con una esperanza firme en el poder de Jesús para sanarlo, y no queda defraudado. Jesús, conmovido, lo toca y le dice: “¡Quiero: queda sano!”.
Hoy te invito a mirar dentro de tu corazón, a ese espacio íntimo donde no hay máscaras ni defensas. Abre tu ser y clama a Jesús desde tus heridas, desde tu propia «lepra», pidiéndole que te sane. Deposita en Él tu esperanza, con la certeza de que no quedarás defraudado.
Es tiempo de volver la mirada a Jesús y confiar plenamente en su amor sanador.
Señor, hoy renuevo mi entrega. Quiero acercarme a ti con la confianza del leproso y depositar toda mi esperanza en tus manos.
