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Convocatorias

Aprendizajes del 9M ¿Qué nos dejó un día sin mujeres?

By Convocatorias No Comments

Dra. María Cristina Martínez Arrona • Jefa de UNIVA Online

 

“Nos ganamos la vida con lo que recibimos,

pero hacemos la vida con lo que damos”

(John Maxwell)

 

El Paro Nacional El 9 nadie se mueve buscó visibilizar la ausencia de las mujeres, y con ello, el aporte que hacen en los diferentes ámbitos de la vida social, económica, cultural y política del país. Ese día diversos espacios se vieron en la necesidad de cerrar al no contar con el personal masculino suficiente para cubrirlas, y los que hicieron el esfuerzo, se notó la pobreza y el vacío de su ausencia.

La trascendencia de “un día sin mujeres” es que propició el diálogo, desde diversos actores, en la búsqueda de una cultura que promueva la equidad, el respeto y la paz. Se hace necesaria una actitud crítica ante la sociedad que hemos creado y revisar conductas al interno de nuestras familias, analizar las relaciones sociales y laborales que tenemos para preguntarnos como sociedad ¿qué tipo de valores construyo, fomento y difundo? De ello dependerá los ciudadanos que generemos o sigamos produciendo.

Fuimos testigos de la poca de capacidad de dialogo en algunas personas y sectores; de una variedad de actitudes y posturas, desde quienes consideraron absurdo este gesto; los que lo vieron como una provocación que buscaba dividir; los que lo consideraron una maniobra política o ideológica; hasta los -y las- que se aprovecharon de la situación para tener un día de descanso.

Pero, ¿Qué aprendizajes nos dejó 9M? Ante todo, nos permitió visibilizar el hartazgo y la preocupación que tenemos de la violencia e inseguridad que vivimos no sólo las mujeres, sino la sociedad en general en nuestro país.

Se constató la urgente necesidad de analizar las causas que han normalizado la violencia en la sociedad: el cómo dialogamos, lo que ocasionamos al reproducir un tipo de música, cine, programas, productos y/o artistas que promueven la desigualdad y la violencia, que, con nuestro consumo, los hacemos punto de referencia y modelos a seguir. Seamos honestos y reconozcamos que, en ocasiones, luchamos por aquello que nosotros mismos, conscientes o inconscientemente estamos generado.

Analizar la situación en la que se encuentran las mujeres hoy en día, nos debe de impulsar a gestionar acciones y estrategias en favor de sus derechos y de su educación; a trabajar en pro de la igualdad de género y de condiciones favorables para su desarrollo. El varón y la mujer fueron creados a “imagen de Dios” (Gn 1,27), de ahí su riqueza y complementariedad.

Que descubramos en este acontecimiento, al igual que el ciego del Evangelio, un signo de Dios: “me puso barro sobre los ojos, me lavé y veo” (Jn 9, 15), por lo tanto, ¿qué debemos hacer cada uno desde el hogar, la escuela, la Iglesia, la empresa, el gobierno, para promover una cultura de paz y respeto que garantice la igualdad de derechos?

 

Publicado en El Semanario Arquidiocesano de Guadalajara del domingo, 22 marzo de 2020.

Treinta y dos países

By Convocatorias No Comments

Pbro. Lic. Armando González Escoto • Director de Publicaciones del Sistema UNIVA

 

Como si fuéramos treinta y dos países, así hemos reaccionado frente a la emergencia sanitaria que vivimos, dicho de otro modo, usando la autonomía federal como un pretexto para que cada quien haga lo que mejor le parezca, pero también, aprovechando las dilaciones federales, sus tanteos y suspicacias.

Si lo analizamos con cuidado, muchas de las decisiones que se han tomado recuerdan la lógica de ese personaje legendario llamado “el alcalde de Lagos”, o más bien, la falta de lógica, un ejemplo, distancias a los comensales en los restaurantes, como si los meseros no fueran a pesar de las distancias, los puentes que unen a todos, o reducir al 50% el aforo a los cines, como si ese 50% no debiera estar encerrado por dos horas, respirando el mismo aire, en un espacio por antonomasia, cerrado. el que unos estados se adelantaran a suspender clases y otros no, haría pensar que hicimos en un país incomunicado, de tal forma que lo que pase en el estado vecino ni nos afecta ni nos perjudica. Y mientras estas cosas suceden, el transporte público pasa atiborrado de gente, imposibilitada para guardar las distancias recomendadas, “porque que todavía los casos son poquitos”.

Enseguida la polémica de los esquiadores, que sabiendo que desde enero había alerta mundial de un viejo virus, deciden asistir a esa cita, regresar quizás portando el virus perverso, de hecho algunos dieron después positivo, y no decir nada, como si no tuvieran información, cuando es justamente lo que hoy día sobra, claro, no son sólo ellos los que han actuado de esa manera, es que esa es nuestra idiosincrasia, pues mucha gente siguió yendo a Las Vegas hasta no hace ni diez días, porque ya habían comprado el boleto, o porque era un regalo.

Parte de esa ausencia de lógica es tomar el rábano por las hojas: “para que no haya pánico no digamos nada”, “para no contribuir a la psicosis social, dejemos que todo siga igual”, “ante la amenaza de una quiebra económica generalizada, optemos por salvar la productividad a costa de la salud”.

La idea según la cual lo que les pasa a otros no nos pasará a nosotros por el sólo hecho de que somos nosotros, es tan descabellada que raya en la discapacidad mental, una discapacidad en este caso altamente criminal.

Si no atenemos a la información, experiencia reciente y advertencias de la OMS, México está entrando en el pico de la epidemia, sin tener posibilidades reales de enfrentarla si se generaliza, pues el sector salud ni siquiera puede con los enfermos que ya tiene, como le consta a los usuarios del IMSS o de los hospitales civiles. Por lo mismo, no debiera haber recurso preventivo despreciable, incluida la cuarentena obligada y que ya deberían tener prevista, pues no es nomás mantener a la gente en sus casas. Lo único en lo que todos podemos contribuir es evitando salir a sitio alguno en cuanto nos sea posible, y favoreciendo todo tipo de ayuda a ese gran sector de la sociedad que carece de recursos, incluida el agua para lavarse las manos, o el alimento si deja de trabajar un solo día.

 

Publicado en El Informador del domingo 22 de marzo de 2020

8 de marzo, el inicio de un largo camino

By Convocatorias No Comments

José Ángel Rodríguez Romero • Alumni UNIVA Plantel Guadalajara

 

El 8 de marzo, en medio de un mar de emociones y sentimientos encontrados, las mujeres cimbraron la tierra, avanzando con pasos firmes y unificados hacia un movimiento de conciencia humana. Entre actividades y reflexiones manifestaron unidad y empatía hacia sí mismas y las demás. Cada quien tenía su sentido y emoción que indudablemente provenía de su razón. Consecuencia de la injusticia, desigualdad, inequidad y violencia generada por una estructura patriarcal política, cultural y económicamente débil e ineficiente, basada en intereses particulares, dirigida por los machos ambiciosos.

El 9 de marzo las mujeres desaparecieron sin dejar rastro alguno, como si nunca hubieran existido o alguien las hubiera desaparecido, dejando un vacío antinatural en la propia existencia de la humanidad, o al menos esa fue la razón simbólica de su ausencia.

Quienes se resisten al cambio no tardaron en hacer absurdas y agresivas bromas, con la intención de desprestigiar al movimiento, denotando indiferencia, aunque por dentro corría por sus venas miedo generado por la incertidumbre.

Se es bien sabido que cualquier cambio genera miedo y el miedo genera resistencia al propio cambio, aun más cuándo es revolucionario y viene acompañado de desgracias, pareciera que la evolución está condicionada al miedo, incertidumbre y desgracia o destrucción. Que lamentable es, que siendo el ser humano el único constituido en su infinita esencia como pensante racional, no ha podido resolver sus diferencias por medio del diálogo y la empatía.

¿Por qué han tenido que pasar tantos años de violencia y sufrimiento para iniciar un movimiento de conciencia? La respuesta podría ser extensa, pero creo que es más importante plantear ¿Qué sigue? Hay mucho trabajo por hacer, muchas cosas que reestructurar, muchas personas que reeducar, cambios en los argumentos sociales, en las narrativas de cada una de las industrias que forman parte de la estructura económica, política y social. Cambios en las narrativas sobre el enamoramiento, en el cine, en la publicidad, en la música, en la literatura y en quién sabe que tantas cosas más.

“No me grites que así no escucho, no me odies que así no amo, no me empujes que así no avanzo, no me pises que no descanso, no me despiertes que así no sueño, no me molestes que así no hay paz, no me mates que así no vivo, ya no vivas si así me matas”

 

Y en la soledad nos vamos a encontrar…

By Convocatorias No Comments

Mtro. Miguel Camarena Agudo · Encargado de Corrección y Estilo del Sistema UNIVA 

 

Tres meses atrás un amigo vino de Barcelona a pasar un tiempo en esta ciudad. Y en una de las múltiples conversaciones que sostuvimos me contó una historia sobre un hombre que acudía todos los días a una cantina, cosa que no tiene nada de sorprendente, pues borrachos profesionales los hay por doquier. Lo interesante en el relato fueron algunas características, una de ellas era que él siempre estaba en la cantina antes de que abrieran (estoy de acuerdo, eso no tiene nada de sorprendente, pues un super poder de un borracho profesional es beber ininterrumpidamente por días, sino pregúnteles a los reyes del after o tome el recuerdo que tengan más a la mano y piensen en el vecino que encarna ese papel en su barrio o en la familia, por qué no). Pero volviendo a la anécdota, el hombre también solía ser el último en retirarse del lugar (Otra perogrullada narrativa, desde luego). Este personaje, además tenía la característica de no hablar con nadie y de separarse de la barra solamente en caso de una necesidad fisiológica. Con el cantinero utilizaba una mínima y necesaria porción del lenguaje, reservada exclusivamente a solicitarle sus tragos. Un día el silencioso parroquiano dejó de ir. Nadie echó de menos a este fantasma humano, hasta que llegó un familiar con el cantinero a decirle que lo acompañara al hospital, a solicitud de su cliente más asiduo. El tipo le dijo al cantinero que su hermano le pidió que por favor le informara a su único amigo de su estado de salud y de ser posible lo llevara hasta él.

Este relato trata, obviamente, sobre la soledad, pero de una soledad abrumadora por supuesto. Para Cioran la soledad no nos enseña a estar sin nadie, nos enseña a ser únicos. Por su parte Octavio Paz dejó plasmado en su obra El Laberinto de la soledad un tratado al respecto. Ahí escribió cosas como: el mexicano no sabe estar solo, al mexicano le abruma la soledad, el mexicano le tiene miedo a la soledad y demás vainas. Y tiene razón, a la mayoría le atormenta padecer dicho estado. Un reflejo de ello podrían ser las redes sociales que se nutren del sentimiento de soledad de millones de seres humanos, pues estos necesitan estar conectados todo el tiempo y a cada instante, para no dejarla entrar o poder ahuyentarla. Bueno, aunque pensándolo bien, la adicción a estar conectados todo el tiempo podría ser el reflejo de un vacío o una miseria existencial.

La figura del anacoreta al estilo de Zaratustra o Siddharta, es casi imposible de darse en estos tiempos, sino es que impensable. Son figuras, casi desterradas en su totalidad por la sociedad actual y no pueden, ni podrán ser modelos a seguir bajo ninguna razón. Porque el autoconocimiento no es una prioridad y además volviendo a Paz, es en el silencio y en la soledad donde nos encontramos con dos jueces implacables: Dios o con nosotros mismos; una calamidad. Pero ¿Serán ciertas las diatribas de Paz hacia el mexicano en ese aspecto? En primer lugar, considero es un tema general y no exclusivo de una nación; en segundo, concuerdo con ello. La mayoría de las personas que conozco no les simpatiza la idea de estar solos.

Para Nietzsche la soledad puede darse de dos maneras: por elección o por descarte. La primera es una virtud, según el filósofo alemán, la segunda una tragedia. En estos días, el encierro combinado con la soledad (forzosa) puede llevarnos a generar momentos de introspección, reflexión y meditación; o también, nos puede llevar a tener brotes de locura, paranoia, ansiedad, aburrimiento y depresión; posiblemente. Pero, la soledad sea producto de nuestra voluntad o no, nos guste o no, a veces es azuzada por la propia vida, quien gusta de enseñarnos cosas de manera poca ortodoxa.

Así que ya saben, compartan con sus conocidos aquello considerado gozoso por ustedes y disfruten del recogimiento colectivo. Siempre debemos experimentar y llevar con nosotros cosas que se puedan paladear en soledad y en silencio, eso ya poco atesorado y mejor conocido como intimidad.

De la publicidad a una democracia comunicativa entre marcas y personas

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Mtra. Elena Martínez Garza • Coordinadora de Imagen Corporativa del Sistema UNIVA

 

En un breve lapso de tiempo hemos evidenciado cómo el enfoque de la comunicación publicitaria ha evolucionado de una información masiva a una persuasiva y luego a una relacional con las marcas.

La persuasión con tintes de manipulación a través de la Publicidad resultó de altos beneficios lucrativos entre los sesentas y noventas, en donde el sistema económico basado en el consumo, la libre competencia empresarial y los medios de comunicación masiva, lograron ser la triada perfecta para generar las tan codiciadas ventas por volumen.

Utilizo el término turboconsumidor acuñado por el filósofo y sociólogo francés Gilles Lipovetsky, como la definición de aquella persona que toma el tiempo como un factor crucial en sus vidas, que vive en consecuencia de su ritmo y de su estilo de vida de consumo a contrareloj; sin confundirlo con alguien que consume en demasía. A ese turboconsumidor le agregaría las características de un ciudadano tradicional, como las de una persona que escucha, discierne y comenta aceleradamente la mayoría de los mensajes provenientes de instituciones, medios de comunicación, grupos colectivos, empresas, y por supuesto de marcas, convirtiéndolo en un provocador de diálogos directos, públicos y multidireccionales.

La participación sería una de la pieza clave para comprender el concepto de la ciudadanía y, que también se vincula al proceso de posicionamiento de marca, ya que evidencia actitudes de los consumidores frente a los productos o servicios que adquieren y a las marcas que los representan. Imaginemos que las marcas se convierten en líderes sociales con los que el turboconsumidor se identifica a partir de su ideología, tal y como ocurre con un político o un icono religioso.

Que los consumidores asuman una actitud ciudadana frente al consumo garantiza un proceso comercial democrático de gran poder y libertad. Ahora bien, no lo imaginemos, de hecho, actualmente múltiples marcas se han convertido en verdaderos líderes sociales.

El turboconsumidor sabe que las empresas no están interesadas en sus “comentarios”, sabe que el interés de ellas se centra en las acciones y comportamientos en torno a la compra de productos o servicios. Manipular la conducta de los mercados potenciales, fue y sigue siendo la panacea de las estrategias mercadológicas empresariales. El turboconsumidor requiere ser persuadido de que las empresas no le quieren persuadir.

Si bien es indiscutible que la publicidad era concebida como una herramienta comercial con intención de venta, en el nuevo escenario de los medios digitales la venta será una consecuencia natural de las relaciones fortalecidas entre la marca y sus seguidores. Ya sea con los canales tradicionales o digitales (más favorables), el reto y la clave de la comunicación publicitaria será lograr relaciones dialógicas entre los consumidores y las marcas, convirtiendo a las personas en actores creativos de historias y experiencias para crear marcas humanizadas e incluso amadas, y, por tanto, productos y servicios de profundo deseo.

Gracias a los actuales y múltiples canales digitales, los turboconsumidores tienen la posibilidad ­-y el interés­- de comentar y replicar con otros los mensajes que emiten sus marcas allegadas, motivando a hacer comunidad, no importa si se trata de persona, grupo, marca o institución, todos interactúan en las mismas condiciones; acciones que sin duda, brindan ejercicios de valor para una democracia comunicativa entre marcas y personas.

Sin dejar de lado a los usuarios de las redes sociales respecto a esta tendencia, surgen los interrogantes: ¿Podrán estos consumidores discernir la intensión de las marcas de establecer una relación con ellos? Estos usuarios en su relación con las marcas ¿expresarían abiertamente una gama de emociones como la que se vive entre humanos (empatía, enamoramiento, enojo, odio)? ¿El cliente tendría el poder de definir la reputación de la marca?

Seguramente en estos espacios digitales las marcas y las personas construirán una gran cantidad de diálogos, que a favor o en contra, serán multiplicados, opinados y compartidos por referentes de opinión, por perfiles empresariales (o institucionales), por turboconsumidores o por simples espectadores, y en quienes la imagen de la marca tendrá mayor significado e impacto que lo que brindan las costosas y tradicionales campañas publicitarias; resultados construidos por gente de diálogo, por gente digital.

¿Empresarios feministas?

By Convocatorias No Comments

Mtro. Ángel Gabriel Orihuela Escobedo Docente Ciencias de la Comunicación, Lenguajes y Multimedia

 

La convocatoria hecha por los grupos feministas para realizar el paro de actividades el 9 de marzo tomó tal fuerza que los empresarios en México calcularon un costo económico de 26 mil millones de pesos.

Esa cantidad es casi tres veces lo que el gobierno de Jalisco afirma que invertirá en construir el Peribús, y es apenas menor al fondo que los diputados proponen para que México le haga frente al Covid-19.

Ante este pronóstico de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, otros organismos empresariales respondieron con rapidez y se sumaron en apoyo a esta iniciativa.

Por ejemplo, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) recomendó permitir la ausencia de las mujeres durante el 9 de marzo, manteniendo goce de sueldo y sin ninguna repercusión.

Pero este presunto apoyo vino con una nota al pie: el sindicato patronal aconsejó a las empresas que no puedas operar sin mujeres que “permitan” que sus trabajadoras se unan al paro mediante el uso del color morado en sus prendas de vestir durante este día. Además, podrían promover alguna plática, taller o acto conmemorativo en el centro de trabajo.

El Consejo Coordinador Empresarial confió también en que las empresas fueran empáticas con las mujeres que hayan decidido participar en el movimiento.

En el estado, la Coparmex local, el Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco y la Cámara de Comercio de Guadalajara tuvieron posturas similares.

Ahora bien, habría que cuestionar la idea de que las mujeres necesitan permiso para manifestarse por la defensa de sus derechos.

Además, valdría la pena profundizar un poco sobre la responsabilidad de las empresas en la violencia de género. Por ejemplo, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, casi la mitad de las mujeres de 15 años y más han vivido al menos un incidente de violencia. De ellas, más de una quinta parte reportó violencia laboral, que suele ser emocional o sexual.

Al acoso, la discriminación, los exámenes ilegales de embarazo y los códigos de vestimenta desiguales para mujeres y varones, hay que sumar, por supuesto, la brecha salarial.

Según la Organización Internacional del Trabajo, los hombres en México ganan, en promedio, 15.6 por ciento más que las mujeres. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos señala que esta brecha en el país es superior a la media de este club de naciones ricas.

Y, de acuerdo con un reporte del Foro Económico Mundial, la humanidad tardará 100 años en cerrar la brecha de género.

Así que ojalá el discurso empresarial no quede tan sólo en palabras y se atiendan las consignas del movimiento feminista, tal y como lo expresó la propia Coparmex: “expresamos nuestro compromiso para atender nuestra responsabilidad en la empresa. El reclamo y la exigencia que, a través del silencio, se escuchó más fuerte que nunca durante el Paro Nacional #UnDíaSinMujeres #UnDíaSinNosotras…, es un llamado urgente al que todos, como sociedad, debemos atender”.

Que sea de verdad.

De malas feministas y las flores más bellas

By Convocatorias No Comments

Irene Damaris Anguiano Rodríguez • Alumna de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación    

 

«Preferiría ser una mala feminista a no serlo en absoluto«. – Roxane Gay

 

Hace unos días una cuenta anónima en Twitter me reclamó que mi feminismo era falso, que en realidad no quería hacer nada más que alzar mi ego y sentirme superior por nombrarme feminista, aun cuando no hacía absolutamente nada que respaldara mi ciberactivismo. Esto me hizo mucho ruido, pues la persona decía conocerme no sólo a mí, sino también a una amiga que también formaba parte de la conversación. Inmediatamente vino a mi mente Roxane Gay, quien habla de lo rápido y fácil que juzgamos y atacamos a una mujer dentro del mismo feminismo cuando hace algo que consideramos que va en contra de los valores de la lucha feminista. Gay menciona que solemos poner a las figuras públicas en un pedestal y que somos muy rápidos para quitarlos del mismo, al ver la más pequeña separación de su forma de pensar con el ideal que ya nos creamos de quiénes son y de cómo debe ser y actuar. En esa misma lógica ella pide que se le reconozca como una mala feminista, pues su feminismo no puede ser perfecto.

Culturalmente, a las mujeres se les exige más que a los hombres. Taylor Swift se ha vuelto recientemente una crítica muy abierta de ello. En su documental Miss Americana habla de lo cansado que es estar constantemente reinventándose para mantenerse relevante, y cómo las artistas femeninas lo hacen hasta 4 veces más que sus contrapartes masculinas. El video musical The Man, escrito, producido, dirigido y estelarizado por Swift caracterizada como Tyler Swift, hace una parodia del personaje de Leonardo DiCaprio en la película de El Lobo de Wall Street. Jordan Belfort, hace también referencia a esta diferencia significativa que viven las mujeres en la actualidad, haciendo una crítica directa a cómo su imagen y todo lo que tiene que ver con su vida personal y pública se trataría de una manera completamente opuesta si ella fuera hombre y no una mujer. En este momento, alrededor de Swift existe un debate interesante, pues hay quienes están aplaudiendo que tome la plataforma gigantesca con la que cuenta para tratar temas más profundos, mientras que otro frente le reclama el no haberlo hecho antes y la tachan de convenenciera. Lo mismo le pasó a Beyoncé cuando se declaró feminista, lo mismo le sucedió a Natalie Portman, a Emma Watson, a Belinda, y la lista sigue y sigue.

El punto al que quiero llegar es que no existe un solo movimiento feminista, porque no todas las feministas pensamos igual, pero no por eso debemos atacarnos entre nosotras, pues esto debilita la fuerza de sororidad que decimos predicar. Algo que me ha costado mucho aprender es a escoger mis batallas, soy una persona tranquila, pero también muy combativa, no me gusta quedarme callada y digo las cosas como las pienso y como las siento. Poco a poco he aprendido a moderarme, a entender que no todas ni todos piensan de la misma manera en la que yo lo hago y que eso no significa que están en mi contra ni que están equivocados. No ha sido sencillo, pero he aprendido a cambiar mis gritos y respuestas por escucha y diálogo, lo cual me ha traído mejores resultados.

Hace dos años, en el marco del 8M yo, enojada, le reclamé a todo mundo que ni se atrevieran a felicitarme por el día de la mujer, le volteé la cara a todo el que quiso dar el discurso de que la mujer es la flor más bella y la creación más hermosa y delicada de Dios. Entré en discusiones que francamente lo único que generaron fue terribles dolores de cabeza y asperezas con amistades queridas. Taché de ignorantes a todos los que dijeron que no entendían la razón de por qué el desearme un feliz día de la mujer era machista, les dije indignada que no era mi deber educarlos y que ellos mismos debían de informarse. Recuerdo que en ese enojo eliminé y expuse a varios de mis amigos por haberse reído de un chiste machista. Con algunos de ellos logré retomar la amistad después de un tiempo y aprendí que la mejor manera de cambiar su forma de pensar no era desde el señalamiento, sino desde el diálogo. Uno de ellos me sorprendió en días pasados, pues pasó de burlarse de la lucha feminista y defender ideas misóginas en lugar de frenar las acciones agresivas de sus compañeros, quienes querían destruir el tendedero de denuncias que se puso afuera de biblioteca Monseñor Santiago Méndez Bravo.

Creo firmemente en la revolución, creo que muchas veces para lograr un cambio se debe de romper completamente con el orden establecido, pues un acto fuerte tiene en muchas ocasiones el mayor impacto. Sin embargo, también creo que después de ese impacto el no abrirse al diálogo y seguir generando conflicto en vez de propiciar el cambio, lo frena. También sé que mi opinión no es universal y que en muchas ocasiones generar un diálogo es prácticamente imposible. Sé que me dirán tibia, que soy mala feminista, que atacarán mi manera de pensar y no tengo problema con ello.

Al contrario, me preocuparía más que todos los comentarios fueran favorables, que todo mundo compartiera mi opinión, porque creo firmemente que las diferencias nos ayudan a pintar una imagen más clara, a abrir nuestras perspectivas y a mejorar nuestros propios criterios. Pero para hacerlo, tenemos que estar abiertas y abiertos a escuchar.

Que el privilegio no nos nuble la empatía

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María Fernanda Ibarra Gil Alumni UNIVA Plantel Guadalajara, Licenciatura en Ciencias de la Comunicación

 

Vivir en una situación privilegiada, es uno de los principales factores que nos insensibiliza ante la violencia de género que enfrentamos las mujeres en México. Una situación privilegiada nos impide visibilizar, entender los orígenes y las consecuencias de la violencia hacia la mujer en la mayoría de los casos; producto de la búsqueda constante de la autogratificación.

Desde tiempos inmemoriales la mujer ha recorrido un camino turbulento para posicionarse y obtener igualdad de oportunidades. En la actualidad y ante las circunstancias violentas a las que aún nos enfrentamos, la pregunta es, ¿por qué debemos callar?

El pasado 8 de marzo, -fecha en la que como cada año se conmemora el Día Internacional de la Mujer-, fui participe del clamor unísono de la sororidad, la cual, estaba conformada por tan solo un pequeño porcentaje del total de las víctimas que han sufrido violencia de género en México.

Aclarando, que cuando hablo de víctimas no me refiero solamente a aquellas quiénes han perdido la vida, sino a la sociedad, las familias. Pues, son los hijos huérfanos quienes vivirán marcados por la ausencia de sus madres; los padres exigiendo justicia ante un sistema que deja miles de casos inconclusos, contando con una extensa e interminable lista, en la que día a día, son más mujeres las que se le suman, desgraciadamente.

Entendamos de una vez por todas que no somos solamente las mujeres quienes sufrimos las consecuencias de dicha violencia, es la sociedad, somos todos. Seamos conscientes de que las marchas y las conmemoraciones no generan impacto desde su mero acaecer, sino desde la conciencia de su trasfondo.

Aclaremos, también, que en esta lucha no se busca desprestigiar ni vilipendiar al género opuesto como fin último o a ultranza. Por último, les invito a analizar desde una postura crítica el movimiento feminista, invitándolos a dejar de verlo como una amenaza hacia los hombres o una lucha interminable entre géneros; pues la violencia, causa de dicho movimiento social, es un problema que directa o indirectamente padecemos todos. Que el ego ni nada nos nuble la empatía.

 

 

Un día sin nosotras

By Convocatorias No Comments

Mtra. Laura Ofelia Robles Sahagún • Coordinadora de ALUMNI y Bolsa de Trabajo

 

Imposible no tocar el tema de un Día Sin Nosotras, ese movimiento tan manoseado, que se ha distorsionado, en donde todos nos sentimos con derecho a opinar. En donde todas las corrientes sociales, políticas, religiosas, culturales, empresariales, se han manifestado, a favor, en contra y otras, solo por hacerlo y “no verse mal”.

La realidad nos habla de una polarización del tema, en donde otros países hasta se asombran del movimiento femenino mexicano por no conocer la naturaleza y el origen de la demanda de las mujeres y unos más, se están manifestando y están tomando el ejemplo de lo hecho en México para adaptarlo a sus regiones. Lo cierto es que se está poniendo en claro que la mujer tiene poder y mueve muchos intereses.

Lo preocupante es que hay tantas opiniones, cambios de punto de vista, modificación de posturas que, lo que están generando, es una confusión en muchas personas, si, personas, no solo en mujeres. He visto, y lo digo con mucha tristeza, jóvenes que han tomado acciones en momentos de euforia, arrastradas por el movimiento quienes, sin mucho conocimiento ni reflexión, que se están sumando y no saben a qué. Hay otras jóvenes que si se han adentrado en algunos grupos, han conocido sobre el tema, ven estadísticas, se han documentado y saben hacia donde quieren ir.

También existen los “memes” machistas en donde se expone a la mujer como indecisa y que por eso no prosperan los movimientos o porque nos peleamos entre unas y otras. Hay grupos de mujeres que defienden una causa y denuestan las de otras mujeres. Un día sin nosotras hizo visible la importancia del papel de la mujer en los diversos ámbitos. Esto aun cuando no se sumaron a la agenda otros temas, “aprovechando” el momento.

Este movimiento que ha tomado una mayor fuerza en los últimos años, reforzado por el tema de los feminicidios, habla de la necesidad que tiene la mujer de ser reconocida y el derecho a acceder a las mismas oportunidades que los hombres. Yo lo que veo es la enorme oportunidad que tenemos de recomponer la estructura social desde la familia, porque, queramos o no, es en ésta en donde se nos enseñan los valores y el rol que cada uno (hombres y mujeres) desempeñamos.

Yo he luchado, durante muchos años, desde mi trinchera, para tener las mismas oportunidades que los hombres; respetando y admirando nuestras diferencias como seres humanos. Yo no quiero que me den más o un mejor trato que a los demás, yo quiero que me permitan competir en igualdad de circunstancias. Yo quiero para mi país que estén los hombres y mujeres más capacitados para gobernar. De igual manera en las instituciones en donde se enseña, en donde se toman decisiones. No son cuotas, son capacidades lo que necesitamos para mejorar y salir avante. Las mujeres no necesitamos que nos regalen espacios, tenemos la capacidad para obtenerlos y desarrollarnos de la mejor manera.

 

Publicado en Crónica Jalisco el 06 de marzo de 2020.

 

En voz alta

By Convocatorias No Comments

Claudia Fernanda Vargas Altamirano • Alumna de la Licenciatura en Psicología

 

Ante los hechos que han sacudido al país estas últimas semanas, ha habido mucha controversia derivada de todo lo que ha girado en torno al 9 de marzo. Por un lado, están las personas que apoyan el movimiento feminista, aunque este movimiento no es feminista mirándolo bien, es un movimiento humano porque busca la igualdad de derechos y obligaciones; pero están también, las personas que tienen sus dudas o lo apoyan en absoluto; esto es parte de cualquier sociedad medianamente democrática. Está bien tener diferentes puntos de vista y está bien que existan voces estridentes causando tanto ruido, como las que en estos momentos suenan, difíciles de ignorar o silenciar.

Aunque estemos en el siglo XXl y haya tanta libertad de pensamiento, de acción, entre otras cosas, aún sigue habiendo mucha indiferencia y desigualdad en el reconocimiento de los derechos de la mujer frente a los del hombre. Según la ONU en México al menos 6 de cada 10 mujeres mexicanas ha enfrentado un incidente de violencia; 41.3% de las mujeres ha sido víctima de violencia sexual, y en su forma más extrema, 9 mujeres son asesinadas al día; estos son solo algunos de los datos que muestran la gravedad del problema y que no son producto de una idea frenética-paranoica que se le ha ocurrido a un cierto grupo de personas.

Entonces, el hacer tanto ruido tal vez no genere en este momento las políticas públicas necesarias para la protección de la mujer, pero lo que sí ha generado es una atención social del problema, así como, de los aspectos a cambiar, porque esta situación ya no puede seguir así, es insufrible para cualquiera de nosotras.

Ahora bien, no se trata de buscar culpables, se trata de cambiar la cultura machista que nos viene arrastrando desde hace mucho tiempo, la cual nos pega muchas veces sin que nos demos cuenta; urge reeducar a las generaciones actuales y a las nuevas, sobre una cultura que promueva el respeto, la igualdad de derechos y obligaciones, desde el acto más insignificante, hasta la decisión más importante.

Ya lo dijo Malala Yousafzai “nos damos cuenta de la importancia de nuestra voz cuando somos silenciadas”, no se trata de feminismo ni de machismo, se trata de que ninguna voz ni ninguna vida sea silenciada solo por la condición en la que nació.

“…Hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupidez…” (Proclama insurreccional de la Junta Tuitiva en la ciudad de La Paz, 16 de julio de 1809).