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Verificación vehicular: Nuevo programa de acción climática en Jalisco

Dr. Alejandro Garza Galicia · Docente-Investigador UNIVA Guadalajara

 

Entra en funcionamiento el nuevo programa de verificación en la zona metropolitana de la Ciudad de Guadalajara y el interior del Estado de Jalisco, un esquema que plantea el gobierno como mecanismo para reducir las emisiones contaminantes en la lucha contra el cambio climático. El programa sustituye a la verificación realizada en los talleres mecánicos autorizados con un esquema de prueba dinámica del motor, sin embargo, queda la interrogante de la efectividad para reducir las emisiones, como quedó de manifiesto en otras ciudades de la República Mexicana donde se reportan cada vez más días de contingencia ambiental sin una buena calidad de aire para respirar.

Acorde con el sitio de verificaciónresponsable.jalisco.gob.mx, la prueba de verificación del automóvil, comienza con una revisión visual de elementos de seguridad como neumáticos y mangueras, componentes auxiliares del motor como tapón de gasolina, bayoneta de nivel de aceite, filtro de aire entre los más importantes; a continuación se verifica el estado de la computadora del auto y por último la fase más importante, el auto se ve sometido a una prueba dinámica, es decir, en movimiento de las llantas sobre los rodillos de rodamiento donde se registran las concentraciones de emisiones en el escape, si están por debajo de la norma, es aprobado y se expide el holograma.

Si analizamos el comportamiento del motor como sistema termodinámico, sucede que las condiciones a las cuales está sometido el auto, es en el tráfico de las grandes urbes a una velocidad muy baja o nula, en paro y arranque, bajo la inercia del peso, el número de pasajeros, la temperatura del motor, el aire que entra viene mezclado con emisiones de otros vehículos, es decir, en términos termoquímicos se esperaría una combustión con menor eficiencia, como lo indica Wark en su obra “Termodinámica”, que hace plantear el hecho de medir directamente bajo el funcionamiento real, ver la efectividad del motor y de los sistemas anticontaminantes que componen al motor.

Los programas de verificación en México tienen su antecedente en 1989 cuando se instituyó el primer programa “Hoy No Circula” en la capital del país, cuyo objetivo era disminuir la contaminación en la Ciudad de México, al principio se planeó como un programa temporal, sin embargo, su fracaso se evidenció con el incremento del número de automotores circulando y la escasa o nula disminución de las emisiones, a pesar de ello, continuó el programa sin resultados alentadores en materia ambiental. Las condiciones en las que fue planteado el “Hoy No Circula” derivó en la instrumentación del programa de verificación vehicular que para 1992 se puso en marcha y ambos programas quedaron trabajando; al pasar los años, la verificación cayó en una gran cantidad de desaciertos al propagarse actos de corrupción, ya que eran llevados a cabo por los propios talleres mecánicos y muy poca supervisión de las autoridades, situación que transformó el proceso a una la verificación realizada por empresas particulares con una prueba dinámica y el otorgamiento de un holograma de la Secretaría del Medio Ambiente, desafortunadamente se siguen reportando anomalías con el uso de autos madrina, término que se le da a autos que son sustitutos de la prueba, con el fin de cumplir los niveles y aprobar la verificación.

Los actos de corrupción en el proceso de verificación y las problemáticas en salud empezaron a generar una serie de dudas en la efectividad, como se reporta en el estudio “Verificación vehicular, una alternativa para combatir al cambio climático”, realizado por el Gobierno del Estado de México en 2019, donde se indica que se tuvo que implementar en 2008 una extensión al programa de “Hoy No Circula” a los sábados debido a los altos índices de contaminación, días constantes de contingencia ambiental y a que estudios como el realizado por el Instituto de Salud Pública de México “Contaminación Atmosférica y Salud en la Zona Metropolitana del Valle de México”, indicaba la morbilidad afectando los sistemas respiratorios, pulmonar en niños y cardiovasculares en personas de la tercera edad por exposición de contaminantes atmosféricos.

Sin duda, la problemática de la contaminación debido al parque vehicular seguirá siendo un tema que dará mucho para analizar, mientras se siga privilegiando a este sector y poco se estimule la adquisición de autos híbridos o eléctricos, mientras el transporte público no ofrezca un servicio eficiente, seguro, con las suficientes rutas y horarios; mientras la movilidad no se planifique acorde al desarrollo urbano, no exista un real circuito de vías para bicicletas que conecte a toda la ciudad, no se midan las concentraciones de las emisiones por las redes de monitoreo con suficientes unidades tanto fijas como móviles; mientras nosotros como ciudadanos no tomemos conciencia de los daños a nuestra salud y al medio ambiente que estamos provocando al tener nuestros automóviles en mal estado. Ningún programa será suficiente para abatir los impactos y prevenir los escenarios que ya se vislumbran con el incremento de la temperatura global de la tierra de 1.5 °C. El Área Metropolitana de Guadalajara, como las grandes urbes del país, se encuentra en una fragilidad ambiental y climática, sectores como el automotriz deberán acelerar su transición a nuevas fuentes de combustible como la electricidad o el hidrógeno y conjuntamente con los sectores energéticos ser ejes determinantes para disminuir los riesgos ambientales y mejorar la calidad del aire que respiramos.

 

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