Mtro. Francisco Meza Estrada · Coordinador de la Licenciatura en Derecho UNIVA León
Acabamos de celebrar el 111 aniversario de la Revolución Mexicana. Un acontecimiento histórico para nuestro país que significó un parteaguas en varios aspectos. Naturalmente, es muy resaltada por el actual gobierno del presidente López Obrador dado su sentido histórico. De hecho, en su discurso señaló: “Fue la transformación más popular y profunda en México”.
Una gran parte de lo que hoy vivimos o se discute en nuestro país es herencia de la Revolución Mexicana, pero un cuestionamiento importante es qué tanto, los mexicanos lo tenemos presente. La encuestadora De las Heras Demotecnia realizó un sondeo que nos deja algunos datos muy interesantes. La encuesta se realizó en noviembre de este año y fue telefónica, para tomar en cuenta sus limitaciones.
DESCONOCIMIENTO
Se les preguntó a los encuestados el año de la Revolución Mexicana y el 40% contestó acertadamente en 1910; sin embargo, el 36% dijo no saber el año y el 16% respondió que en 1810. Si sumamos el porcentaje de ambas respuestas nos da un 52%, es decir, la mayor parte de las personas encuestadas no identifica temporalmente la Revolución Mexicana.
Sobre la pregunta de quién sería el personaje más importante de la Revolución. Las respuestas más frecuentes fueron Francisco Villa y Emiliano Zapata, que ciertamente son los personajes más populares, incluso podríamos decir más míticos, pero también nos deja ver que se desconoce la complejidad de la Revolución Mexicana que, en realidad implicó varias revoluciones y varios procesos históricos con la participación de distintos personajes.
LOS PENDIENTES
A la pregunta sobre qué tanto se han alcanzado los objetivos que buscaba la Revolución, las personas consultadas respondieron: el 36% fue nada, el 35% fue poco, el 16% fue algo y el 11% fue mucho. Llama mucho la atención que el 51% contestó que los objetivos se han logrado poco o nada.
La respuesta anterior se ve confirmada con la otra pregunta donde se consulta ciertos temas que fueron detonadores de la Revolución y cómo los ven en la actualidad: el 91% ve que todavía existe desigualdad económica, el 86% considera que los extranjeros manejan la economía mexicana y el 74% percibe que se castiga por decir lo que pensamos.
De esta forma, podemos ver que los mexicanos consideran, en un amplio porcentaje, que todavía existen pendientes en el ámbito social. También sin duda existe un amplio debate para discutir los cambios que ha tenido nuestro país, sus avances y pendientes.
UN MÉXICO DIFERENTE
Por último, un par de preguntas muy interesantes que nos muestran el México que hoy vivimos. Se les preguntó si una nueva revolución mejoraría o empeoraría la situación actual del país y el 51% respondió que la empeoraría. Podemos decir que la mayoría de los mexicanos no estaría de acuerdo con una nueva revolución ni con algo parecido.
Solamente el 28% contestó que mejoraría, que no es un porcentaje a minimizar, pero está lejos de convertirse en un porcentaje mayoritario.
La segunda pregunta se refiere a si se estaría dispuesto a participar en una revolución y las respuestas se fragmentaron. El 30% contestó que nada, el 17% poco, el 23% algo y el 27% mucho.
Si vemos agrupadas las respuestas de algo y mucho tenemos un 50%; en cambio, poco y nada suman 47%. Contrastan las respuestas de estas dos preguntas porque una mayoría muy clara consideraría que una revolución empeoraría la situación del país; sin embargo, en cuanto a la posible participación el porcentaje crece notablemente.
ALGUNAS CONCLUSIONES
Muy interesantes las respuestas proporcionadas por la encuesta y algunas conclusiones que podemos obtener, considerando también a las que usted pudiera llegar, son las siguientes:
Sin duda, el conocimiento de nuestra historia no es para nada accesorio ni relleno de un proceso educativo. Nos permite conocernos y conocer el desarrollo de nuestro país en sus diferentes ámbitos. El poder reconocer etapas y procesos históricos no nos hace eruditos, nos hace ciudadanos responsables de los antecedentes de nuestra realidad.
En el caso específico de la Revolución Mexicana que significó un giro notable en el aspecto político y de los derechos sociales es fácilmente manipulable desde el ejercicio político. Prácticamente, la solución más efectiva al manoseo ideológico es un ciudadano que reconoce a grandes rasgos los procesos históricos y la complejidad de las personalidades que intervinieron. Por otra parte, ciertamente siempre van a existir pendientes sociales y económicos, pero identificar los avances nos permite un juicio más ponderado de lo que nos hace falta conseguir y de los intereses personales o de grupo que están en juego.
Los 111 años de la Revolución Mexicana pueden ser nada si no nos dice algo del presente de nuestro país.