Somos lo que comemos

Vladimir Ponce · Director de Mercadotecnia en Soluciones en la Nube S.A. de C.V.

Schopenhauer afirmaba que la filosofía tiene su origen en el asombro, los sucesos misteriosos de la existencia llevan al ser humano a generar reflexiones, que, sin duda, en muchos aspectos, han mejorado su forma de vivir, pero Schopenhauer también recomendaba su uso para la vida cotidiana, es decir, la filosofía debe ser práctica en el sentido de ayudarnos a vivir, a que los días sean más llevaderos, dar una dirección y sentido a la vida por medio de nuestros actos y pensamientos. El arte del buen vivir.

Somos lo que comemos, en la actualidad las sociedades de consumo no deben preocuparse de nada más que de tener el dinero suficiente para cubrir todas sus necesidades, una de ellas y la más importante según Maslow es la alimentación, de ella depende nuestra calidad de vida, pues es por medio de lo que comemos que su puede o no gozar de salud. Simple, tienes hambre y puedes elegir un sin número de opciones para satisfacerla, ahora si estamos de acuerdo en que los alimentos que ingerimos son la base de una vida saludable y que debemos de ocuparnos de procurarla por encima de todo, sería bueno reflexionar en la siguiente cuestión: ¿Cuál es el origen de los alimentos que llegan a tu mesa?

La industria de la alimentación, dada la cada día más creciente demanda de comida, lleva ritmos tan acelerados en su producción que parece ya no tener importancia el desastre natural y ecológico, con tal de obtenerla para que las personas solo vayan al supermercado y compren una charola de carne de cerdo, res o pollo y un kilo de camarones. Sencillo, y eso es bueno, sería casi imposible que un trabajador, quien, según Marx, es la súper estructura de una sociedad productora, deje sus labores para ir a cazar y recolectar alimento como alguna vez sucedió.

Muchos de nosotros nacimos en esta sociedad de consumo que todo nos proporciona y que para todos tiene, claro, siempre y cuando se tenga dinero, una cuestión socioeconómica que siempre está al principio en los temas de alimentación y que por lo general opaca al origen de los alimentos y el trato animal, pongamos un ejemplo, el pollo, casi todo el que se encuentra en el mercado se produce en una incubadora, después en su momento esos pequeños pollitos son trasladados a una granja de engorda en donde duran por lo general dos meses, luego de esto la mayoría al rastro, y de allí a tu mesa, te preguntaste alguna vez las condiciones insalubres en las que “viven” y mueren estos animales, ¿cómo se produce la comida industrializada?, ¿qué daños colaterales conlleva?, pues al parecer con las crisis alimentarias el origen de los alimentos no tiene importancia mientras se encuentre en el mercado y se pueda adquirir todo lo demás es irrelevante.

Tenemos la obligación y responsabilidad de exigir al mercado una mejor dieta, una industria más moderada para la producción de la comida, sin químicos ni maltrato animal y ocuparnos de nosotros mismos para ingerir alimentos con responsabilidad. No olvidemos que el virus que azotó a la raza humana en los dos años pasados pertenece a este tema, no olvidemos que nuestro país es líder en obesidad y diabetes, no olvidemos que hay comunidades indígenas en nuestro país que no tienen agua, pero sí Coca Cola (la palabra más popular del mundo), no olvidemos que al gobierno federal y estatal no les interesa la ecología.

Si lo pensamos un poco, esta forma de consumo excesiva de alimentos industrializados son los que por lógica consecuente ocasionan que los expertos en el tema profeticen la escasez de comida en el futuro de la humanidad, guerras por comida y agua, la supervivencia de los seres humanos inicia al parecer por su alimentación. No parece ser un tema tan trascendental, pero sin duda sí de bastante importancia para la salud de todos.