Skip to main content

Obra pública, obra interminable

Armando González Escoto · Director de Publicaciones del Sistema UNIVA

 

No se puede negar que la obra pública tiene un carácter publicitario para los gobiernos de cualquier nivel, lo que a veces no advierten los funcionarios es que esa publicidad puede ser positiva o altamente negativa.

Hay también obras de singular trascendencia que no reciben la publicidad debida, mientras que, de otras, sin mayor valor, se habla todo el tiempo, lo cual muestra que la mercadotecnia sigue siendo importante y que en ocasiones ésta se niega a las acciones valiosas por meras consideraciones políticas o partidistas.

A fines del mes de noviembre se inauguró un tramo carretero de la mayor importancia para el comercio y el turismo. Desde los tiempos en que se hizo la autopista Guadalajara – Colima, es decir, bajo el gobierno federal del presidente Miguel de la Madrid, esta vía quedó incompleta sobre todo en la zona de las barrancas, ya que siendo de cuatro carriles, se volvía de dos a partir de Sayula, y así hasta San Marcos, lo cual generaba un constante cuello de botella que no sólo retardaba el tráfico, sino que era ocasión de continuos accidentes.

El tramo que más retos suponía y que por lo mismo tardó sexenios, era justo el de las barrancas, donde los ingenieros de la autopista habían construido una serie de puentes, algunos de singular altura, para librar esta zona tan accidentada, pero por razones de presupuesto estos puentes eran de sólo un carril por sentido; siempre resultó un reto añadir a lo ya hecho nuevos carriles, así que se pensó en crearlos por una ruta alterna, y comenzaron a construir esa segunda vía con nuevos puentes cuyos pilares y estructuras permanecieron como suspendidos por la belleza del paisaje o por el vértigo correspondiente a su elevación, por la razón que sea no se animaban a seguir adelante.

Pero tanto la actual gobernadora de Colima, como el presidente de la República, dieron ese paso y finalmente se inauguró con poco boato una obra de tanta importancia, sobre todo si consideramos el volumen de comercio internacional que llega por el puerto de Manzanillo para ser luego trasladado, buena parte, en camiones de todas dimensiones, además del ya referido turismo; ahora sí, la Zona Metropolitana de Guadalajara tiene el mar a tres horas de distancia.

Que envidia han de sentir Autlán, Barra de Navidad, Melaque y Tenacatita, que luego de más de sesenta años de inaugurada la carretera que unió Guadalajara con esos destinos, siguen siendo de un solo carril por sentido y por lo común, en las peores condiciones. Cierto que existe ya una carretera nueva que une Autlán con Villa de Purificación, pero bajo la histórica maldición de que Jalisco sólo puede hacer carreteras de dos carriles cuando el terreno es accidentado, bueno, peor es nada dirá la resignada gente. Por otra parte, si por un lado Punta Pérula, que carece de una verdadera infraestructura turística, se ve beneficiada por esta novedad, los destinos que sí tienen amplia y variada infraestructura siguen arrinconados por no tener otra vía que la carretera federal 80.

La buena noticia, por esperanzadora, es que siguen los trabajos interminables para la nueva autopista Guadalajara Vallarta, así que cuando menos lo esperemos nos darán la noticia de su inauguración.

Comunicación Sistema UNIVA

Author Comunicación Sistema UNIVA

More posts by Comunicación Sistema UNIVA