Mtro. Francisco Meza Estrada · Coordinador de la Licenciatura en Derecho UNIVA León
El presidente López Obrador cumplió su tercer año de gobierno y convocó a un mitin en el zócalo de la Ciudad de México con un discurso que nos permite un breve análisis de algunos aspectos interesantes y otros desconcertantes.
Después de más de un año sin poder realizar un evento público en la principal plaza del país, el presidente decide hacerlo para comenzar su cuarto año de su administración. Hay una discusión muy interesante respecto a estas convocatorias masivas: para los críticos más acérrimos se trata de un acarreo de personas y para los simpatizantes, una muestra del apoyo de mexicanos de distintas partes. Todavía en nuestro país manifestaciones así se emplean para mostrar músculo político o su capacidad de convocatoria, aunque ya no muchos se dejan impresionar.
El acto central del evento fue el discurso del presidente y es conveniente retomar algunos puntos para cuestionarnos. El ejercicio de cuestionarnos es sano, seamos simpatizantes o críticos, porque nos permite verificar la veracidad de lo que se enuncia y realizar una valoración razonable de nuestros gobernantes. Los políticos no son dioses y como cualquier ser humano, aciertan, se equivocan y tratan de resaltar lo primero y esconder lo segundo. En la política se da con más frecuencia y mayor intensidad.
LA REVOLUCIÓN DE LAS CONCIENCIAS
El presidente señaló en su discurso: Lo más importante es que ya sentamos las bases para la transformación en nuestro país, entre todos… En tres años ha cambiado como nunca la mentalidad del pueblo, que eso es lo más importante de todo, la revolución de las conciencias… Pueden darle marcha atrás a lo material, pero no van a poder cambiar la consciencia que ha tomado en este tiempo el pueblo de México.
Una afirmación fuerte y ambiciosa. Es verdad que todos los gobiernos buscan significar para el país un cambio positivo en todos los aspectos. Sus logros tratan de demostrar lo anterior ya sea a través de cambios legales o de las obras realizadas.
El presidente considera que, a través de su estilo de gobernar, sus programas sociales y proyectos de infraestructura ha cambiado la mentalidad de los mexicanos. Sin duda, existen algunos cambios, sobre todo de los sectores que simpatizan con su gobierno, pero difícilmente podremos considerar que son una aplastante mayoría. Por otra parte, algunos sectores están lejos de coincidir con las ideas de su gobierno, pero no se van a confrontar y más bien, buscarán acoplarse por el tiempo que permanecerá en el gobierno en los siguientes tres años. Finalmente, están los ciudadanos que no coinciden principalmente con sus métodos y con su estilo de gobernar. Podrán no ser una mayoría, como lo manifiestan las encuestas de aprobación, pero si son un sector considerable.
NADA DE MEDIAS TINTAS
Declaró durante su discurso: Nada se logra, y esto aplica en México y el mundo, nada se logra con las medias tintas. Los publicistas del periodo neoliberal… siempre recomiendan a los candidatos y gobernantes correrse para el centro, es decir, quedar bien con todos. Pues no, eso es un error. El noble oficio de la política exige autenticidad y definiciones. Ser de izquierda es anclarnos en nuestros ideales y principios, no desdibujarnos, no zigzaguear.
Con este fragmento podemos entender lo que han sido los tres años de su gobierno, en donde ha aprovechado su mayoría en el congreso sin ningún tipo de diálogo con los partidos de oposición ni otros sectores de la sociedad. El que lo señale a la mitad de su gobierno significa que se mantendrá en la misma forma. De esta manera, sus iniciativas de reformas constitucional no van a ser negociadas con nadie. Se trata, desde su perspectiva, de convicciones no negociables.
REVOCACIÓN DE MANDATO
También señaló: En abril del próximo año vamos a probar de nuevo qué tanto respaldo tiene nuestra política de transformación, sabremos si vamos bien o no con la consulta para la revocación de mandato… Este ejercicio, método creado por nosotros, no solo resolverá si me voy o me quedo, establecerá el procedimiento para hacer realidad el principio de que el pueblo pone y el pueblo quita.
Ya dio por hecho la puesta en práctica de la revocación de mandato y ese será uno de los temas políticos fuertes en los próximos meses, pues existe una disputa entre el presidente y el INE sobre los recursos para su realización. Existe un particular interés del presidente por encontrarse digamos en una campaña electoral que lleve al ciudadano a definirse a favor o en contra de su gobierno. Su cálculo político le permite asegurar que se decantarían por él.
El tema no es sencillo de resolverse; por esa razón, será uno de los más discutidos por las autoridades electorales, partidos de oposición y los partidos en el gobierno.
DIÁLOGO CON LA OPOSICIÓN
En los días siguientes a su discurso el presidente sorprendió con esta declaración: Un dirigente nos está pidiendo diálogo, Santiago Creel, ya le di instrucciones al secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, que lo reciba y que abra la posibilidad de diálogo, que se escuche a todos, que no actuemos con cerrazón.
Esto parece contrastar con lo pronunciado en el discurso, pero la oposición ha celebrado la apertura. Considerando lo que hemos comentado, difícilmente el gobierno del presidente López Obrador aceptará sus errores y mucho menos, dará marcha atrás a sus acciones. Tampoco estará dispuesto a moderar sus iniciativas porque no quiere zigzaguear.
Finalmente, considerando que se estará en disputa por la revocación de mandato, no es el mejor contexto para el diálogo entre el gobierno y la oposición. Es más factible que el gobierno del presidente López Obrador se mantenga en la misma tónica en los próximos tres años.
