Mtro. Francisco Meza Estrada · Especialista en Ciencias Políticas y Administración Pública, UNIVA León
Continúa siendo inevitable abordar el tema de seguridad en nuestro país porque siguen apareciendo hechos que nos escandalizan y nos interpelan sobre los posibles avances.
Es un tema que desafortunadamente se ha convertido en un “diálogo de sordos”, en donde no existe una base de información para evaluar la realidad y un consenso sobre las estrategias para garantizar la seguridad de todos los mexicanos. Acontecimientos recientes dejan mal paradas a las estrategias locales y nacionales. Recuperamos estos hechos para concluir que todavía estamos lejos de ver la luz en el problema de la inseguridad.
Militares ejecutan a jóvenes
A finales del mes de febrero, militares dispararon contra una camioneta tripulada por seis jóvenes en Nuevo Laredo, Tamaulipas. Como resultado, cinco de ellos fallecieron y solamente uno sobrevivió.
Como ocurre normalmente, se suscitaron versiones contradictorias sobre lo sucedido. Posteriormente, fueron detenidos varios elementos del ejército que participaron y recientemente, el subsecretario Alejandro Encinas reconocía que, al no ir armados los jóvenes, se trataba de una ejecución y no de un enfrentamiento.
También hay que agregar que, derivado de estos recientes acontecimientos durante el fin de semana, existieron diferentes protestas en defensa de los militares detenidos por considerar que el gobierno mexicano los trata de manera inhumana e injusta.
La estrategia del gobierno federal encabezada por el presidente Andrés Manuel fue mantener a los militares en tareas de seguridad y haber creado a la Guardia Nacional, -integrada por militares- para proporcionarla. Algunos de los principales cuestionamientos que se dieron, se referían al uso excesivo de la fuerza en ciertos casos y a que no estaban capacitados para estas tareas. Los hechos ocurridos en Nuevo Laredo confirman dichas observaciones.
Estos acontecimientos no presentan una novedad y lo han venido señalando diversas organizaciones civiles.
Ahora el gobierno tendrá que hacerles justicia a estos jóvenes, responder ante los propios militares y prevenir que esto no vuelva a ocurrir para demostrar que su estrategia se encuentra por el camino correcto.
Policías municipales coludidos
Bajando a lo local, pero por las mismas fechas. En Romita, Guanajuato, fue detenido el director de la policía municipal junto con otros dos agentes por la desaparición forzada y homicidio de tres jóvenes.
De acuerdo con las principales versiones, los jóvenes fueron detenidos por los policías y entregados a un grupo delictivo que los asesinaría. Los jóvenes fueron reportados como desaparecidos el 19 de febrero y encontrados el 23 de febrero en una fosa clandestina.
De acuerdo con declaraciones del propio fiscal del estado serían tres las corporaciones policiacas investigadas por sus nexos con el crimen organizado.
La estrategia que ha sostenido el gobierno estatal liderada por el gobernador, ha sido el fortalecimiento de las policías locales con equipamiento e inversión estatal. Estos hechos recientes vienen a ser un golpe duro a esta aspiración, porque no se muestran avances, y, peor aún, queda sembrada la desconfianza de la población en sus policías.
Queda por delante demostrar que la estrategia puede dar resultados y un camino más largo, recuperar la confianza de la ciudadanía.
Conclusiones
La conclusión más difícil que se puede ofrecer es que la realidad se termina imponiendo y nos muestra que las estrategias encontradas -nacionales y locales- son imperfectas y necesitan un trabajo de cooperación que definitivamente, se ha dado muy poco. Esto nos conduce a considerar que la luz al final del túnel todavía está muy lejana. Ya no mencionamos la historia inverosímil de la desaparición y asesinato de ciudadanos americanos ni la trágica desaparición de seis mujeres en Celaya, pero son parte de la misma y cruda realidad.
Una última conclusión, que además llama mucho la atención, es que en ambos hechos las víctimas se trataron de jóvenes. No es novedad afirmar que el sector más vulnerable del crimen organizado son los jóvenes y eso nos tendría que llevar a una profunda reflexión como sociedad.
