Skip to main content

Lactancia Materna: nuestra primera vacuna

Dra. Rocío Angélica Salinas Osornio · Docente-Investigadora UNIVA Guadalajara

 

 

Una buena nutrición es considerada cuando la dieta es suficiente, equilibrada, inocua, variada, y está complementada con la práctica de ejercicio regular, ejerciendo beneficios en la salud física y mental de quien la lleva a cabo, sin embargo, tal pareciera que el término debe ser aplicado hasta que una persona ingiere alimentos con una consistencia distinta a la de la leche y se tiene la conciencia de lo que se consume, siendo que, la buena nutrición debería existir en un ser humano desde su concepción y con mayor interés en los primeros 2 años de vida.

La lactancia materna es considerada una buena y óptima nutrición para los bebés, ya que ofrece hasta más de 300 nutrientes en las cantidades adecuadas, manteniendo un equilibrio entre ellos, para garantizar el crecimiento y desarrollo adecuado de los infantes y, ofreciéndoles protección contra enfermedades, por lo que es recomendada por la Organización Mundial de la Salud como alimento exclusivo los primeros seis meses de vida, posteriormente introduciendo la alimentación complementaria con alimentos seguros y adecuados nutricionalmente, y continuando con la lactancia materna hasta los dos años de edad o más gracias a los beneficios que tiene no sólo para el bebé sino también para la madre, la familia, y la sociedad, entre otros.

En los últimos meses, hemos escuchado hablar de la vacunación, volviéndonos casi expertos en el tema, comprendiendo las ventajas que el vacunarse conlleva, y entendiendo que su práctica nos ayuda a prevenir enfermedades graves no deseadas o incluso la muerte, siendo aplicada generalmente en personas sanas con beneficios a largo plazo y que no pueden ser evidentes inmediatamente, tal y como sucede con la lactancia materna.

Cuando un bebé es alimentado con lactancia materna exclusiva, está siendo “vacunado” ante enfermedades o alteraciones a corto y largo plazo que muchas veces no son percibidas sino hasta la etapa adulta. En la niñez, los niños alimentados con lactancia materna exclusiva, se han visto en menor probabilidad de padecer leucemia, muerte súbita infantil, diarrea, alergias, asma, infecciones tanto intestinales como respiratorias, desnutrición, alteraciones del crecimiento, cólicos, deshidratación, anemia, descalcificación, caries dental, además de favorecer el desarrollo emocional e intelectual, el desarrollo de lenguaje claro en etapas tempranas y actualmente, se ha visto que puede contribuir a prevenir la infección por COVID-19.

A largo plazo, sus efectos en la salud se han podido comprobar en la reducción del riesgo de padecer sobrepeso y obesidad, por lo tanto, menor incidencia de enfermedades no transmisibles relacionadas como la diabetes mellitus, hipertensión y, dislipidemias; menor incidencia de problemas de salud mental, adultos más seguros y con mayor estabilidad emocional gracias al apego ejercido con la madre, además de que, los beneficios en el desarrollo cognitivo de los niños expresado en el nivel de escolaridad que llegan a tener, se han visto reflejados en los ingresos económicos que tienen en su vida laboral adulta.

Entre los beneficios que tiene la lactancia materna para la madre destaca el vínculo afectivo, recuperación rápida después del parto, previene la depresión y reducción de riesgo de sangrado postparto, anímicamente, por un efecto hormonal, la madre se siente más relajada y cariñosa hacia su bebé, y a largo plazo se ha visto que previene la osteoporosis, el cáncer de mama y el de ovario.

No podemos dejar de mencionar los beneficios que tiene para la familia y la sociedad la lactancia materna, tales como la disponibilidad, ya que es un alimento al alcance del bebé en cualquier momento y al alcance de cualquier economía, favoreciendo el ahorro familiar debido a que no se realiza el gasto en fórmulas lácteas ni biberones y también al ser el niño menos propenso a enfermedades menor gasto en consultas médicas y medicamentos. Socialmente, evita el consumo de plástico, aluminio y papel necesarios para la industrialización de fórmulas lácteas, además de, favorecer el capital humano del país gracias a que influye en el desempeño escolar de quien la consume y por lo que hay mejores oportunidades de desarrollo profesional.

Por lo tanto, convirtámonos en una sociedad que cuida y promueve la lactancia materna exclusiva mediante la sensibilización a mujeres embarazadas o mujeres que recién han tenido un bebé y a sus compañeros en temas de dichos beneficios, además de, el apoyo que las familias y los empleadores deben brindar a una mujer en lactancia, siendo éstos últimos los responsables del diseño y aplicación de políticas laborales que les permita continuar con su práctica pese a su regreso laboral posterior a su incapacidad materna.

Comunicación Sistema UNIVA

Author Comunicación Sistema UNIVA

More posts by Comunicación Sistema UNIVA