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Ana Chávez Gil · Estudiante de Licenciatura en Animación y Arte Digital UNIVA Guadalajara

 

¿Cuánto vale la vida de una persona?

¿Cuánto estarías dispuesto a pagar por ella?

Se habla a mares sobre los derechos de la mujer, que si las feministas ya quemaron y/o destrozaron algún otro monumento, que si el día del hombre, que si sigue existiendo o no la brecha salarial, etc. Y lo peor del caso es que pese a esta nueva cultura o educación incluyente, a la gran mayoría de las personas pareciese que les entra por una oreja y les sale por la otra. Porque si no es tu novia, tu hermana, amiga o alguien relacionada contigo, qué importancia tiene que se apliquen los derechos humanos de las mujeres.

Tristemente, hoy en día existen demasiados casos y noticias de asesinatos cometidos hacia las mujeres, en su mayoría, a manos de los hombres que fueron sus parejas y les traicionaron su confianza. Muchas de ellas vivían en una situación en la que meramente servían como objetos para el goce de su novio o marido… y no, no es tan fácil como terminar la relación o alejarse como si nada; me interesaría saber de dónde es que sacaron esas soluciones tan simplistas, como si la vida fuera tan sencilla en primer lugar. Muchas veces la víctima no cuenta con ningún apoyo o, si lo tiene, escapar se vuelve muy complicado, o al menos lo es hasta que su nombre aparece en las noticias como una estadística de una víctima más que fallece en manos de aquel que decía amarla.

Me parece irónico que nuestro país fuera tendencia mundial por el famoso paro de mujeres que no se presentaron al trabajo ni a la escuela, y que aún viendo la realidad, la violencia que se vive día con día, hora tras hora, el paro se interprete como una señal de flojera e ineptitud porque «esas no son las formas». Entonces, ¿cuál es el modo de protestar? En este evento totalmente pacífico se les reclama a las mujeres, pero cuando queman y destrozan todo se les critica con mayor ahínco su manera de exigir justicia. Una «justicia» que se basa en exigir los mismos derechos que por ley deberían de tener.

La situación de las mujeres en México es muy triste y sí, claro que hay movimientos en los que mujeres y hombres por igual participan para acabar con esta situación tan deplorable en la que viven millones de mujeres mexicanas, pero aún queda mucho por recorrer.

México, ¡despierta por amor de Dios!, despierta y abre los ojos dentro de tus propias tierras, deja de ver solamente hacia afuera y primero ayúdate a ti mismo a sanar. Yo solamente quiero un México en el que no tenga miedo de salir a la calle para no regresar jamás, pero no puedo hacerlo todo por mi cuenta, necesito que apoyes a tus ciudadanas o ¿cuántas más te faltan para que entiendas el problema?

Comunicación Sistema UNIVA

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