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El poder de las preguntas

Mtro. Arturo López Rivera · Estudiante del Doctorado en Ciencias del Desarrollo Humano, UNIVA Online

 

¿Cuál ha sido la pregunta que te han hecho y que más te ha sacudido en la vida? Sin duda que las preguntas tienen un poder inmenso para hacernos reflexionar y para sacarnos de nuestro pensamiento habitual. Normalmente vamos resolviendo las situaciones de vida por el mismo camino que hemos probado con anterioridad y que ya tenemos bien conocido, e incluso, dominado; pero cuando alguien nos pregunta y nos saca de esa zona habitual entonces es donde sucede el cambio, el empoderamiento y la reflexión para probar nuevos horizontes. El cuestionamiento que surge es, ¿qué tanto utilizamos las preguntas como un recurso cotidiano en nuestra vida personal y laboral? Revisaremos en este artículo lo útil que se vuelve la pregunta como herramienta y los beneficios que ésta brinda a todos los involucrados.

Imagina la siguiente situación, una en la que seguramente te has visto(a) involucrado(a) más de alguna vez: Una amiga(o) tuyo te cuenta un problema con su actual novio(a) y te das cuenta de que esto ha venido ocurriendo en repetidas ocasiones, así que sin dudarlo y de inmediato le das tu opinión, algo que podría sonar como: “amigo(a), ya te dije que esa persona no te conviene; que busques a alguien más”, y de esa forma, es posible externar comentarios directos y ofrecer soluciones de acuerdo a nuestro propio punto de vista. Pero es aquí donde te invito a cambiar la estrategia y utilizar la pregunta como recurso principal en respuesta a esa conversación.

¿Qué pasaría si en lugar de darle una opinión o incluso una instrucción sobre lo que debería de hacer, le hicieras alguna de las siguientes preguntas?

¿Cómo te visualizas en el futuro con esta persona si las cosas siguen así?

¿Te sientes feliz y plena (o) viviendo de esta manera?

¿Consideras que lo que estás viviendo es lo que necesitas en una relación de pareja?

¿Cuántas veces ha sucedido esta misma situación?

¿A qué aspiras en esta relación sentimental?

A ti estimado lector(a), ¿se te ocurre alguna otra pregunta para hacerle a tu amigo(a)?

Si te das cuenta, esta forma de abordar la conversación estimula a la otra parte a pensar sobre lo que sucede y lo que podría ocurrir sin que le demos nosotros mismos una solución. Claro que seguramente la otra parte se sorprenderá porque lo que es más probable que quiera es una opinión y no que le preguntemos, pero es una excelente manera de propiciar que analice la situación que está viviendo desde una perspectiva diferente a la habitual.

Esto mismo sucede en las organizaciones. Imagina que llega un colaborador(a) ante su jefe(a) inmediato y le comenta que hay un determinado problema en el trabajo. El(la) líder suele indicar lo que se debe hacer y le da instrucciones explícitas de los pasos que el colaborador habrá de realizar para arreglar el problema. Pero de nueva cuenta podríamos sugerir que el(la) líder pregunte al colaborador y lo haga pensar diferente y comprometerse a dar su opinión. Podría haber alguno de los siguientes cuestionamientos:

¿Qué propones tú para solucionar el problema?

Si estuvieras en mi lugar, ¿qué harías?

¿Hay alguien que nos pueda ayudar a resolverlo?

Estimado lector(a), ¿qué otra pregunta se te viene a la mente para poder utilizarla en este escenario concreto?

Cuando nosotros preguntamos, estimulamos en el otro el empoderamiento porque se compromete a dar soluciones de viva voz, no se trata de lo que el jefe le dice que haga; sino más bien de lo que él(ella) mismo(a) está diciendo qué podría ser la solución al tema que viene a presentar ante su superior. Es una forma de estimular el pensamiento creativo y de responsabilizar a la otra parte de lo que se vaya a hacer. Y esto no es porque no nos interese asumir nuestro rol de líderes, sino más bien por ayudar al colaborador a desarrollarse en otras habilidades suaves como el empoderamiento, la autoeficacia, el liderazgo y el enfoque orientado a soluciones.

Los filósofos como Aristóteles y Sócrates, utilizaban las preguntas como recursos valiosos para generar reflexión, autoconocimiento y pensamiento crítico en los demás. Era la forma de poder apoyar el desarrollo de las personas y lo hacían no porque no tuvieran las respuestas, sino más bien por estimular el talento intrínseco de los otros.

“El método socrático (técnica para adquirir conocimiento por medio de la conversación), está plasmado en las obras de Platón, donde aparece Sócrates como protagonista preguntando a sus interlocutores, para que éstos adquieran conocimiento y así llegar a la verdad de las cosas” (Ravier, 2005).

¿Qué tipo de preguntas hacer? Cualquier pregunta puede ser útil para la otra persona, sin embargo; la recomendación es que sean preguntas que estimulen la reflexión y la acción, evitar preguntas que no permitan avance en el tema a tratar y que se centren en la queja solamente. Deben ser “preguntas poderosas que lleguen al fondo de las cosas, que abran nuevas posibilidades” (Hall, 2010).

Hay preguntas que pueden aplicar en diversas situaciones y que ayudan a avanzar en el proceso de solución, por ejemplo:

¿Cómo puedo solucionar este tema?

¿Qué beneficios me da seguir como hasta ahora lo he hecho en esta situación?

¿Qué podría cambiar que me diera un resultado distinto?

¿Qué pretendo obtener con esto?

¿Quién podría ayudarme?

¿Qué obstáculos existen?

¿Con qué recurso cuento?Estimado lector(a), ¿qué otra pregunta te viene a la mente?

Existen diversos beneficios cuando utilizamos las preguntas como parte de nuestros recursos para comunicarnos tanto en el ámbito personal como en el profesional. Listo algunos de los que por experiencia propia he podido percibir:

Empoderamiento y responsabilización de la otra parte

Estimulación del pensamiento creativo de las personas

Mostrar interés en lo que el otro tiene que decir al momento de responder nuestras preguntas

Desarrolla la agilidad mental de quien pregunta

Hay un enfoque a solucionar y avanzar dando resultados

La comunicación no solamente se trata de hablar y de jugar el rol de monólogo, sino que también debe comprender el interés hacia el otro para conocer su pensamiento y su sentir y eso se logra en gran medida por medio de preguntar.

Mi reflexión final gira en torno a invitarte a utilizar la pregunta como parte habitual de tus conversaciones. No quiero decir que no puedas dar tu opinión acerca de algún tema o que debas eliminar las instrucciones en tu trabajo hacia los demás porque ahora únicamente te dedicas a preguntar; sino que más bien sugiero que incluyas el recurso de la pregunta como parte de tus herramientas para que la puedas incluir en tus procesos de comunicación. Te vas a dar cuenta que al principio es algo extraño para ambas partes, tanto para quien pregunta como para quien tiene que responder; pero una vez que te habitúas a hacerlo de forma cotidiana, las cosas suceden de forma interesante y útil para los involucrados en el tema.

No podría terminar este texto de una forma diferente que no fuera mediante una pregunta, por lo que cierro invitándote a responder: “¿Qué harás diferente en tus conversaciones ahora que sabes el poder de las preguntas?

 

 

Referencias

  • Ravier, Leonardo (2005). Arte y ciencia del coaching. Buenos Aires, Argentina. 1ª Edición. Editorial Dunken.
  • Hall, Michael (2010). Metacoaching. Volumen I. México. Trillas.
Comunicación Sistema UNIVA

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