Diana Melchor Barrera · Estudiante del Doctorado en Ciencias del Desarrollo Humano UNIVA Online
Desde los años cuarenta el Estado mexicano realizó acciones que buscaron un equilibrio en las condiciones sociales de mujeres y hombres en el marco jurídico federal, tales como las reformas de los artículos 115o, 34o y 4o de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en 1946, 1953 y 1974, respectivamente. Las dos primeras reformas contemplaron el derecho de las mujeres de votar y ser electas en los cargos de elección popular; y la tercera estipuló la igualdad jurídica entre mujeres y hombres. La institucionalización de la perspectiva de género se incluyó en el Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006, al considerar la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres como una prioridad del Estado. A partir de ello se dieron reformas legislativas y la creación de programas e instituciones dirigidos a reducir la discriminación en razón del sexo y la violencia contra las mujeres. Tales como la creación del Instituto Nacional de las Mujeres (2001), la prohibición de toda discriminación de género a nivel constitucional (2001), así como la publicación de la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación (2003) y la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (2007). Del mismo modo, el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 incluyó la igualdad como principio rector.
Los programas, estrategias, instituciones y cambios legislativos han sido insuficientes para contrarrestar la violencia y discriminación hacia las mujeres en México. Entre 2020 y 2021 las cifras de algunos delitos contra mujeres se incrementaron, tales como el feminicidio (de 949 a 969), las lesiones dolosas (de 57,495 a 62,362), la extorsión (de 2,864 a 3,359) y la trata de personas (454 a 503) (SESNSP, 2021). Las mujeres son más discriminadas por su sexo (29.5 %) que los hombres (5.4 %); ocupan solo el 24 % de las presidencias municipales en el país; las que tienen un trabajo remunerado dedican además de su jornada laboral 21.8 horas a la semana al trabajo doméstico, mientras que los hombres menos de 8 horas a la semana (INEGI, 2021). Las dobles jornadas laborales afectan la calidad de vida de las mujeres, pues ellas carecen de tiempo libre para el desarrollo de sus capacidades y el descanso.
Lo anterior muestra aspectos en los que se debe trabajar para generar condiciones de bienestar para las mujeres en México. Las acciones del Estado en torno a las problemáticas derivadas de la violencia y discriminación contra las mujeres se ven afectadas con los cambios de administración debido a que se reorganizan las instituciones, se modifican los programas y no se da continuidad a aquellas que generaron un resultado favorable. Por lo que es necesario que estas acciones del Estado trasciendan a lo largo de las administraciones gubernamentales, se evalúen de manera constante para su adaptación a los cambios en el plano económico, político y social, a fin de avanzar cada vez más hacia la igualdad entre mujeres y hombres. Aunado a lo anterior, las acciones de las mujeres como sujetos políticos capaces de oponer resistencia ante la violencia, así como el fomento, en las nuevas generaciones, de los valores de justicia, igualdad, solidaridad y libertad a través de la educación pueden favorecer el combate a la violencia, no solo aquella dirigida a las mujeres, sino hacia todos los seres humanos.
Para profundizar en el tema, comparto referencias para nuestros lectores:
Instituto Nacional de Estadística y Geografía [INEGI]. (2021). Mujeres y hombres en México 2020. Instituto Nacional de Estadística y Geografía. https://www.inegi.org.mx/contenidos/productos/prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/productos/nueva_estruc/889463900009.pdf
Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública [SESNSP]. (2021). Información sobre violencia contra las mujeres. Incidencia delictiva y llamadas de emergencia 911. https://www.gob.mx/sesnsp/acciones-y-programas/incidencia-delictiva-87005?idiom=es
