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Crónica: Marilyn Monroe

José Daniel Meza Real · Coordinador de Calidad Académica del Sistema UNIVA

 

“En Hollywood te pagan mil dólares por un beso y cincuenta centavos por tu alma.”

En un hospital público en las afueras de Los Ángeles un primero de junio de 1926, una habitación se iluminó por completo con el brillo de una nueva estrella naciente, en ese momento sólo había una persona que lo reconoció, Gladys Baker, una madre agotada por la labor de parto, pero que sostenía con ternura entre sus brazos, como muchos intentaron pero nadie logró, a la mujer más deseada de la historia del espectáculo.

Norma Jean Baker creció como una niña tímida de cabello castaño obscuro que vivía con una pasión reprimida en su corazón, causa de una vida destinada y marcada desde el nacimiento por el eterno desamor que inició con el desconocimiento del padre antes de nacer, el de la madre al ser internada en un hospital psiquiátrico por problemas de esquizofrenia y que continuó por toda su adolescencia saltando de hogar en hogar.

Sufrió abusos sexuales y una falta de cariño tan marcada que cualquiera se hubiera sentido invisible e inexistente en la faz de la tierra. Pero en el fondo de su alma vivía alguien más, un ente que crecía sin que ella lo pudiera reprimir cada vez que veía a las grandes mujeres del cine en acción.

Norma salía del cine cada vez más frustrada con la sensación de que tenía que reprimir ese sentimiento, ese “monstruo” que le había heredado su madre. En ese momento ella sólo quería amar y ser amada como cualquier otra mujer promedio de América.

En el año de 1941, contando apenas 15 primaveras, Norma Jean Baker alejada totalmente de cualquier aspiración en el mundo del espectáculo, se emplea en una fábrica de aviones y comienza un noviazgo con el mecánico Jim Dougherty, con quién contrae nupcias el 19 de junio de 1942. Parecía que su sueño típico americano se haría realidad o por lo menos hasta que la guerra se lo arrebato de las manos.

Un año después de casarse Jim Dougherty se enlistó en las filas del ejército.

Norma, como cualquier esposa americana anhelaba tener un bebé, sin embargo, su esposo de manera fría se lo negó, argumentando que si algo le sucedía en batalla no la iba a dejar como madre soltera. Aquellos sentimientos de represión y el ente que parecía sosegado en su alma, afloraron ante el golpe de la soledad y el abandono.

Sólo faltó un pequeño empujón para que se rompieran las barreras que aprisionaban a la persona real que llevaba en su interior.

El 26 de junio es fotografiada por David Conover en la fábrica para promocionar un artículo de la revista Yank. En ese momento clave de su vida, Norma Jean Baker inicia el camino a la muerte para renacer como Marilyn Monroe.

Al año siguiente su imagen adornaba las portadas de revistas nacionales e internacionales por parte de la agencia de modelos Blue Book Agency, su cabello era rubio, su mirada y forma de hablar no tenía un solo tajo de timidez y como muestra final de este renacimiento cambió su nombre oficialmente; Marilyn en homenaje a la actriz Marilyn Miller y Monroe que era el apellido de soltera de su madre. Aceptó su herencia y el destino que esta le deparaba.

A mediados de ese año mientras ya se había firmado un contrato con la Twentieth Century Fox para participar como extra y actriz secundaría en algunas películas, su esposo Jim quién recién regresaba a EE. UU. de la guerra, le dio un ultimátum en el que ella tenía que decidir entre ser la señora Dougherty o seguir con su carrera artística. El divorcio se firmó el 13 de septiembre en Las Vegas, Nevada.

Tras un inicio poco prominente en el cine, la Twentieth Century Fox decidió no renovar el contrato de Marilyn, situación que se repitió un par de años más tarde con Universal. Pero su ánimo no se quebraría tan fácilmente, Marilyn salió a la luz y nadie pudo jamás volverla a encerrar.

El año de 1950 marcó su verdadero nacimiento en el mundo del cine; tras firmar un contrato con la MGM, aparece en la obra maestra de John Huston, The Asphalt Jungle y posteriormente en el reparto de All About Eve, película en la que interpretaba a una banal y sensual aspirante de actriz. Este papel aunque le dio reconocimiento internacional, fue el primer eslabón de las cadenas que la aprisionaron de nueva cuenta, esta vez en un estereotipo que la persiguió a lo largo de toda su carrera artística.

Marilyn Monroe terminó por darle fuerza a esta idea al aparecer en la portada de la primera edición de la revista erótica Playboy, tras haber posado desnuda para el fotógrafo Tom Kelley.

A partir de ese momento una lluvia de ofertas cayó sobre la estrella, su simpatía y tremenda sensualidad, atrajo la atención de directores de talla mundial como Howard Hawks e iconos del cine como Fritz Lang. Le dio un lugar entre los rostros más conocidos del mundo del cine.

En esta época Marilyn se encuentra con un viejo fantasma de su interior, se topa frente a frente sin notarlo con una parte que aún quedaba escondida de Norma Jean Baker. En octubre de 1954 contrae nupcias con el famoso beisbolista Joe DiMaggio, quien aunque era conocido en toda América, no gozaba de su fama y los eventos públicos, sólo deseaba un matrimonio común y corriente.

Parecía que Norma no había muerto del todo cuando la ahora consagrada estrella decidió tomar un descanso para irse de luna de miel con Joe a Japón. Sin embargo, Marilyn Monroe ya era demasiado grande y demasiado influyente. Se suspendió la luna de miel para que la actriz y cantante diera una presentación ante las tropas americanas sitiadas en Corea. No pasó ni un mes de su regreso cuando aceptó un papel en The Seven Year Itch por el que recibió su primera nominación al premio BAFTA y un éxito comercial que recaudó más de ocho millones de dólares, pero también una carta de divorcio.

Mientras estaban en plato de grabación, la sensual Marilyn Monroe caminaba por una banqueta, rubia e ingenua, de repente al posarse sobre una alcantarilla del metro, el viento levantó su vestido mostrándole a decenas personas porque ella era la mujer más deseada de Hollywood, y en un instante nació una de las imágenes más representativas del cine. Joe DiMaggio estaba presente y tras ver en carne propia la conmoción que provocaba a su alrededor principalmente en los hombres, la miró fijamente a los ojos con una expresión de reprenda, como el padre que regaña a su hija con una mirada intimidante; sólo recibió a cambio una expresión desafiante y coqueta que resumía el final de otra historia de amor y la segunda victoria de Marilyn sobre Norma.

La actriz estaba en la cima del mundo, era querida por todos los hombres y elogiada y admirada por las mujeres, sin embargo, vivía aún reprimida ante la imagen de la rubia ingenua, así que decidió dedicarse a eliminar esta faceta de sí misma.

En primer lugar se matriculó en el Actors Studio para tomar clases con Lee Strasberg, quien después de un arduo adiestramiento actoral consideró que estaba lista para interpretar dramas más profundos y no sólo las típicas comedias románticas.

Tras esta nueva formación regresó al cine para interpretar a Cherry en la película Bus Stop que le valió el Globo de Oro como mejor actriz.

En su constante búsqueda de reconocimiento intelectual, se casó con el dramaturgo y escritor Arthur Miller con quien tuvo el matrimonio más largo y que influyó para que ella misma leyera y escribiera poesía.

Después de una doble ceremonia, civil y religiosa, la pareja se mudó a Londres donde Monroe filmó su primera película en la recién creada Marilyn Monroe Productions, El príncipe y la corista. El rodaje fue una serie de eventos desastrosos en cadena, comenzando por un aborto inesperado y culminando con una profunda depresión e inestabilidad emocional y mental, que llevó a Marilyn a desarrollar una adicción al alcohol y a los barbitúricos.

En 1959 protagonizó Some Like It Hot, que en la superficie se conoció como su más grande éxito; fue la película más taquillera de ese año, obtuvo 8 nominaciones al Oscar y la repetición del Globo de Oro por mejor actriz. Sin embargo, durante la filmación, Monroe siempre llegaba tarde, constantemente se equivocaba en las tomas y no lograba memorizar sus diálogos, sin mencionar otro aborto espontáneo; su estado anímico y mental estaba cada vez más deteriorado.

El gran nuevo éxito atrajo grandes ofertas de trabajo, con ellas grandes fracasos. Marilyn iba en caída libre profesional y personalmente, pero nadie lo notó hasta que llego su último éxito cinematográfico: The Misfits.

 Esta historia escrita por el mismo Arthur Miller presentaba a una protagonista que era el vivo reflejo de su esposa, desde las situaciones, hasta los mismos diálogos lo que suponía una sencilla interpretación por parte de Monroe, pero su estado no era bueno, faltaba a las grabaciones, tenía dificultades para concentrarse y para dormir, consumía potentes cantidades de fármacos y alcohol.

Aunque la película no fue el gran éxito que se esperaba, la actuación Marilyn fue enormemente elogiada por la crítica.

El 20 de enero de 1961 se divorció inevitablemente de Miller y un mes después fue internada en el hospital psiquiátrico Payne Whitney, que ella misma definió como una verdadera pesadilla. En ese punto de su vida había logrado el sueño de su madre, pero también recibió su más terrible herencia y está vez Norma Jean Baker no estaba ahí para defenderla.

Al salir del hospital psiquiátrico, con ayuda de su exesposo y amigo Joe DiMaggio, hizo todo lo posible por retomar lo poco que quedaba del rumbo de su vida, tuvo varías apariciones fallidas en algunas películas e incluso un romance con los hermanos Kennedy, uno de ellos electo presidente en ese año. Todo parecía volver a lo que ella llamaba normalidad o por lo menos en apariencia.

El 5 de agosto de 1962 a las 4:55 de la madrugada, el jefe del Departamento de Policía de Los Ángeles, Jack Clemmons, mientras tomaba los primeros sorbos de su café matinal, recibió una llamada inquietante. Su interlocutor era el doctor Greenson, psiquiatra de Marilyn Monroe. Ella había muerto.

Aunque la causa fue una sobredosis por barbitúricos nunca se resolvió si fue un acto de suicidio o asesinato por la manera en que se presentaron los hechos.

Joe DiMaggio organizando un funeral estrictamente privado y alejado de los medios de comunicación, se despidió de su exesposa Marilyn Monroe y de su eterna e irrealizable amiga, Norma Jean Baker.

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