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Crónica: David Bowie

José Daniel Meza Real · Coordinador de Calidad Académica del Sistema UNIVA

 

Dicen los estudios que el camaleón cambia de color como un mecanismo de defensa que lo ayuda a camuflarse en el ambiente y pasar desapercibido. Entonces ¿podemos llamar camaleónico a alguien que hace todo lo contrario? Es imposible comprender algo que va más allá de nuestro propio entendimiento, tratar de entender la personalidad de Bowie es adentrarnos en la mente de alguien que simplemente no es de este mundo, pero que vino a cambiar todo lo que antes se conocía.

El 8 de enero de 1947 una acomodadora de cine, cuyo esposo Haywood Stenton Jones, un dirigente de publicidad de Barnardo´s, dio a luz a David Robert Jones en la comunidad de Brixton, Londres. Desde niño el pequeño David mostró un talento por las artes como ningún otro, sus profesores inmediatamente lo escogieron para cantar en el coro de la escuela y se decía que tenía una manera de bailar que no podía describirse con otra palabra que no fuera artístico. Influenciado por unos cuantos discos de Fankie Lymon, The Platters, Fats Domino, Elivis Presley y Little Richard, no había llegado a los 11 años cuando el joven artista ya dominaba el ukelele, había construido un bajo de una cuerda con cajas para el té y tocaba el piano con naturalidad.

Pero la verdadera explosión artística surgió cuando su madre le regaló un saxofón de plástico a sus 14 años para que un año después formara su primera banda de rock and roll “kon-rads”, con la que amenizaban reuniones y bodas de los jóvenes de la región.

Aquella época no sólo lo marcó en su vida profesional sino también en su aspecto físico, ya que una noche tuvo una discusión por una chica con su amigo George Underwood, los ánimos se calentaron y George en el furor de la pelea olvidó momentáneamente que en su mano derecha posaba un enorme anillo que arrastrado por la fuerza de un contundente puñetazo dirigido a la cara de David fue a dar al ojo del músico. Aquel enojo se convirtió naturalmente en preocupación, los doctores tuvieron que operar en varias ocasiones a David durante una estancia en el hospital que se prolongó por 4 eternos meses en los que George no pudo separarse ni un día de su amigo quizá por cariño, quizá por culpa. Afortunadamente, no perdió la vista, sin embargo, el daño no se pudo enmendar del todo y desde ese momento sufrió una percepción de la profundidad defectuosa, pero lo más importante de aquella cicatriz fue que hizo que su rostro fuera tan característico como su arte, un ojo con la pupila permanentemente dilatada que daba la sensación de que sus ojos eran de diferente color.

David estaba profundamente frustrado, su capacidad artística y sus aspiraciones estaban muy por encima de las metas y objetivos de sus compañeros de banda por lo que decidió dejar el grupo y formar The King Bees. Sin dejar pasar mucho tiempo se puso en comunicación con John Bloom y con una determinación digna de cualquier estrella le dijo:

“Haz por nosotros lo mismo que ha hecho Brian Epstein para The Beatles y de paso haz un millón más”.

Aunque no hubo la respuesta que querían, no fue una negativa rotunda, simplemente los derivó a su socio Leslie Conn, quien se convirtió en su primer manager.

Inmediatamente, este nuevo integrante de su organización comenzó a promocionar a la banda y lanzaron su primer sencillo “Liza Jane” acreditado a “David Jones and The King Bees”. Aquel sencillo no tuvo ningún éxito comercial.

A partir de ese momento comenzó una etapa de total inestabilidad profesional en la que el músico fue partícipe de varias bandas como Lower Third, que era un trio de blues influenciado por The Who; luego se trasladó a The Buzz y posteriormente a The Riot Squad. Desafortunadamente en ninguna de estas logró posicionar un solo hit.

Algo andaba mal y en la búsqueda de la razón de sus fracasos constantes las ideas fluían y fluían sin una respuesta concreta. Un día mientras filosofába sobre su propia realidad acompañado del radio, fue interrumpido abruptamente por la voz del presentador que anunciaba “ahora con ustedes The Monkees, con su vocalista Davy Jones”, esto le cayó como un balde de agua fría que poco a poco bajaba por su columna, helando cada gota de su sangre. Y en ese momento decidió cambiar su nombre tomando como referencia a Jim Bowie creador del cuchillo que lleva el mismo nombre.

A finales de 1967 lanzó su álbum debut “David Bowie”. A pesar del nuevo nombre, tuvo el mismo resultado que sus proyectos anteriores, lo que lo llevo a una separación de la música que duró cerca de dos años.

Durante ese tiempo conoció a Lidsay Kemp un bailarín y actor que se convirtió para Bowie en un verdadero mentor en el mundo de las artes escenicas y la interpretación, se unió con él al circo y le enseño arte dramático, teatro avant-garde, mímica y comedia del arte. Bowie comenzó a exteriorizar un sinfín de personajes que durante tantos años había tenido atrapados en su corazón, se liberó completamente de todos los bloqueos artísticos y su capacidad creativa se desbordó totalmente.

Con esta nueva recarga de energía siguió componiendo canciones, aunque estas generalmente eran compradas por diversos artistas sin que él mismo pudiera tener un éxito comercial. Con este problema latente se llevó a cabo una negociación en la que a través de una película de 30 minutos llamada “Love you till Tuesday” se promocionaría al cantante. Realmente dicho film se dio a conocer hasta 15 años después, sin embargo, durante las grabaciones en 1969 Bowie se acercó a los productores y les dijo “Tengo una nueva canción para la película”.

Aquellos productores tenían una verdadera joya en sus manos, pero decidieron guardarla para el momento justo, el cual llegó un año después como si el destino por fin acomodara las piezas del gran rompecabezas del universo. La gente asombrada, eufórica, veía como el hombre llegaba a la luna mientras en sus mentes sonaba una y otra vez la letra de “Space Oddity” que había sido lanzada al público tan solo 5 días antes.

El sencillo no tardó en estar en el top 5 de Reino Unido y 3 meses después se lanzó el álbum completo. Más allá de su música, su aspecto andrógino comenzó a figurar en las portadas de las revistas y aunado a esto decidió aparecer usando un vestido en cada una de las entrevistas, lo que fue un éxito entre los críticos.

Él mismo comenzó a formar un personaje en su mente, quería interpretar algo más allá de sus canciones y comenzó a observar a artistas como Iggy Pop y Lou Reed. Tiempo después en Inglaterra declaró que “quería crear un personaje que pareciese que acabase de aterrizar de Marte”.

Con este nuevo proyecto creativo cambió completamente lo que se conocía como la música rock de la época e incluso creó el culto más grande de la cultura popular. El 10 de febrero de 1972 dentro de un Pub llamado Toby Jug salió al escenario con un llamativo traje lleno de luces, el cabello pintado de rojo y un rayo que cubría la mitad de su rostro y puso en marcha su espectáculo no como David Bowie sino como Ziggy Stardust, un personaje que acababa de llegar de marte, acompañado de su grupo “The Spiders from Mars”. Aquel espectáculo fue más que un simple éxito, creó un verdadero culto a Bowie con una influencia que ha durado décadas y que hoy en día todavía puede verse en los artistas pop del momento.

Cinco meses después se lanzó el disco “The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars” que combinaba elementos de hard rock y rock/pop experimental. Esta fue la primera piedra en el gran estrellato de Bowie y lo situó durante dos años en los primeros lugares de las listas de venta de todo el mundo.

El personaje de Ziggy se convirtió en todo un icono de las masas, sin embargo, David estaba siendo aprisionado por su propia creación. Sus presentaciones era cada vez más teatrales, pero en las entrevistas se le veía parco, frío y robotizado. Llegó un punto en el que Ziggy comenzó a bajar del escenario para presentarse en la vida de David asistiendo a los eventos y a diversas reuniones, ya que el músico se hizo dependiente del personaje para poder expresarse. Fue en ese momento en el que Bowie decidió terminar con eso antes de que fuera demasiado tarde y se viera inmerso en un agujero del que no podría salir y que él mismo había creado. El 3 de julio de 1973 al final de un concierto en el Hammersmith Odeon de Londres, anunció que esa era su última presentación y no sólo de la gira sino de toda su carrera, obviamente hablando sólo en nombre de Ziggy Stardust.

Con el afán de tomar una nueva dirección y dejar atrás por completo a Ziggy se mudó a Estados Unidos en 1974, donde produjo discos como “Diamond Dogs” y “David Live”, un disco en el que se presentaba su última gira grabada totalmente en vivo. Después de esto decidió tomar un descanso en Filadelfia y ahí en un ambiente relajado y lejos del bullicio de la fama y las grandes ciudades, creó “Young Americans”. Con este disco, logró su primer número uno en Estados Unidos con la canción “Fame”, que coescribió al lado de John Lennon.

Bowie llegaba de nuevo a una etapa de su vida en la que necesitaba refrescar su creatividad y tenía que alejarse de todo, para ese entonces sufría de una adicción a la cocaína y poco a poco iba perdiendo a su familia y su capacidad artística. Antes de que terminara el año de 1976 se mudó a Alemania, se desintoxicó y se adentró en el mundo de la música clásica, la literatura y la pintura.

Fue de ese trance en el país europeo que nació la llamada “Berlin Trilogy”, donde estaban los álbumes “Low” y “Heroes”. Aunque fue ese año el decisivo para que Bowie dejara completamente las drogas, hacia finales del mismo, después de meses de batallas legales, se divorció de su esposa Angela Barnett, con quien tenía un hijo.

Para Bowie la década de los noventa presentó un cambio radical en su vida, de entrada decidió dejar su carrera de solista para unirse de nuevo con un grupo “Tin Machine”. Al principio y en su primera gira esta nueva idea fue todo un éxito, sin embargo, quizá era demasiado tarde para que Bowie se uniera a un grupo, su presencia era imponente e intimidante para sus compañeros, e incluso, la misma crítica y la gente se mostraban renuentes a aceptar al gran David Bowie como un simple miembro de una banda. El grupo no pudo afianzar un segundo disco y Bowie regresó como solista con su exitosa gira “Sound+Vision Tour”.

El nuevo milenio comenzó con un mundo en el que se perdía poco a poco la esperanza y en el que los problemas trascendían toda frontera. Bowie para ese entonces de corazón se sentía un ciudadano norteamericano, hacía ya muchos años que vivía en ese país y había sido siempre acogido por ese pueblo, principalmente en Nueva York; así que cuando fueron los atentados del 11 de septiembre el cantante al igual que el resto del país se sintió profundamente abrumado. En octubre de ese mismo año se encargó de abrir el concierto en beneficio de los atentados. Contrario a lo que la gente se imaginaba, no se vio a Bowie la gran estrella, ni un enorme espectáculo teatralizado, simplemente un David humano, un ciudadano más, sin maquillaje, ni ropa extravagante, sólo él con un traje holgado de seda bajo una luz y con un pequeño piano cantando “America” y posteriormente “Heroes”.

Un año después lanzó “Heathen” y aunado a esto una gira por Estados Unidos y Europa, que inició en el festival londinense “Meltdown” y que terminó abruptamente en un episodio en el que Bowie iniciando un concierto en Alemania, sintió un dolor en el pecho, conforme bajaba las escaleras del escenario para entrar en su camerino escuchaba como el sonido de la muchedumbre que lo llamaba se volvía cada vez más lejano y como las voces de sus asistentes se tornaban difusas e inentendibles. Logró llegar al hospital a tiempo y se le diagnosticó una obstrucción en una arteria que requirió una angioplastia de emergencia en Hamburgo y la cancelación de las 14 fechas restantes de la gira.

El 8 de enero del 2013 coincidiendo con la celebración de su cumpleaños 66 y después de una década anunció el lanzamiento de su nuevo disco “The Next Day” que llegó en tan solo unas horas a los primeros lugares de las listas de Itunes y se convirtió en su primer disco en 20 años en posicionarse en el top 10 de Reino Unido.

El éxito había regresado a las manos de Bowie, sin embargo, él declaraba una y otra vez que la música era su vida, pero que estaba oficialmente retirado del espectáculo por lo que se negaba a dar entrevistas y anunció que no volvería a presentar un concierto nunca más. Era curioso y llamaba la atención el hecho de que alguien que disfrutaba tanto los escenarios, y a quién su público, lo llenaba de energía se alejara de una manera tan abrupta, como si algo quisiera esconder.

David Bowie, a pesar de eso, era más creativo que nunca, su separación de los escenarios y el hecho de poder estar con su familia le dio una fuerza artística como nunca, ahora como un músico con experiencia y sobre todo con una visión de la vida que los mismos años, el éxito, la fama y la fortuna le habían dado. Con ese nuevo impulso en octubre del 2015 anunció que lanzaría un nuevo disco “Blackstar”, y como era costumbre lo haría en la celebración de su cumpleaños el 8 de enero del 2016. Pero algo andaba mal, seguía renuente a los escenarios, a presentarse en público y a que lo entrevistaran. El disco se lanzó con éxito y podía percibirse una fuerza creativa que tenía algunos tintes de tristeza y oscuridad, era una nueva joya que parecía hablar por si sola que mostraba mucho más de lo que se veía a simple vista y hablaba de algo que la gente tardo solo dos días y 140 caracteres en entender.

El 10 de enero del 2016, en su cuenta oficial de Twitter apareció el mensaje “David Bowie ha muerto en paz hoy rodeado de su familia, después de una valiente lucha de 18 meses contra el cáncer”. Esa tarde las estrellas lucían muy diferentes, el Major Tom se encontraba ahí sentado sobre esa lata de aluminio, muy por encima del mundo, viendo el azul del planeta tierra, flotando de manera peculiar y sin nada que hacer, su nave espacial sabe hacia donde va y él solo pide que le digan a su esposa que la ama, pero ella ya lo sabe, una última vez le preguntan ¿puede escucharme Major Tom? Pero él se aleja lentamente hacia las estrellas, pero esta vez no está solo ahora va tomado de la mano de su incondicional Ziggy.

 

 

 

 

 

 

 

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