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Colisión de poderes

Por 19 octubre, 2021Líderes de Opinión

Pbro. Lic. Armando González Escoto • Director de Publicaciones del Sistema UNIVA

 

El mejor amigo del hombre, dicen, que es el perro, pero aún el perro más amigo te muerde si tratas de quitarle su hueso. Solamente el ser humano es capaz de compartir su comida e incluso de quedarse sin comer con tal de que coma un ser querido. No obstante, la política es el espacio donde lo mismo se puede humanizar al hombre que convertirlo en fiera.

El tema constante de las actuales administraciones estatal y federal, ha sido abatir la corrupción y la impunidad, y desde luego que en este enorme reto el Poder Judicial ocupa un sitio primordial. Algunos piensan que el problema radica en la capacitación de toda la gente que constituye este poder, desde los actuarios hasta los jueces pasando por sus infinitas dependencias, lo cual es en cierto modo correcto, y de ahí la necesidad de la evaluación de los responsables. Pero no basta, la cuestión de fondo no es la incapacidad de los jueces para aplicar las leyes, sino su notable capacidad para subvertirlas, algo que han mostrado siempre muchos de estos funcionarios; el problema es también la facilidad con la que se han establecido normas capaces de permitir la liberación de un criminal confeso por la profunda razón de que faltó una coma en el expediente; por lo mismo, aún los actuarios, conocedores de estos intríngulis, son los primeros que pueden, intencionalmente, levantar expedientes defectuosos, sabiendo que este tipo de fallas no se sancionan, se premian.

El buen propósito se empantana cuando sale a colación la separación de poderes, que en México rara vez ha funcionado, excepto cuando se trata, como ahora, de que un poder busque sanar a otro. Al conjuro del derecho y de la emergencia desfilan por los claustros del Poder Judicial cuanto experto y especialista existe que pueda abonar y lo hacen, en defensa de la autonomía amenazada.

En el entorno la vida sigue igual, urgiendo se pongan en el Centro de la ciudad todo tipo de anuncios preventivos: no use el celular en la vía pública, se lo pueden robar, no se saque fotos en las plazas urbanas, le arrebatan la cámara, evite llevar cualquier tipo de joya en su adorno personal, se lo arrancan sin el menor escrúpulo, si va a abrir un negocio, piénselo bien, puede gastar más en seguridad privada que lo que va a ganar, cuidado con ciclistas y motociclistas, no pocos se dedican al robo, atención, va a pasar junto al Palacio de Justicia, símbolo de un poder que abona todo el tiempo a la impunidad, esa impunidad que hace inevitable ese tipo de anuncios.

Finalmente la frase salvadora: “todos coludos o todos jolinos”, si se trata de evaluar al Poder Judicial, que se evalúe también al Poder Ejecutivo, y de una vez al Legislativo, todos parejos. Fin de la película. La mutua evaluación lleva siempre a compromisos cuando los que se evalúan carecen de honestidad, lo mismo ocurre cuando un funcionario es sucedido por otro de su mismo partido con la carga enorme de cubrirle las espaldas.

 

Publicado en El Informador del domingo 2 de junio de 2019

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