Mtro. Francisco Meza Estrada · Especialista en Ciencias Políticas y Administración Pública, UNIVA León
Uno de los temas aparejados con la competencia electoral que vive el país, en este momento, es la violencia. Desafortunadamente, se dan manifestaciones en distintas partes del país con algunas constantes y también, con ciertas novedades preocupantes.
No es que se busque ser amarillista con este tipo de temas; por el contrario, no es posible desviar la mirada a otros asuntos cuando se multiplican y van asumiendo nuevas características los hechos violentos. El periodismo, el análisis de coyuntura o la simple preocupación por los temas públicos no puede dejar fuera esta problemática que arrastra el país desde hace varios años.
En esta ocasión, no abordaremos la estrategia de seguridad emprendida por el gobierno, sino los aspectos constantes y novedades de la violencia en México, que se considera debiera de tener una lectura particular por parte de los tres niveles de gobierno. Algunos funcionarios los abordan de manera aislada; mientras que, analistas consideran que deben verse vinculados. No es posible ser concluyentes en este espacio, pero a continuación le presentamos un repaso de los hechos más recientes.
Se extiende violencia
Los acontecimientos en la Central de Abastos de Toluca, donde fueron asesinadas nueve personas, entre ellos, tres menores, es una muestra de que la violencia se extiende a otras entidades donde no se había manifestado de esta forma.
Es verdad, que las autoridades hasta el momento reportan que se trató de un conflicto entre locatarios; sin embargo, los hechos anteriores de los cuerpos colgados de un puente y la saña de la violencia en el mercado nos muestran algo más de fondo.
Violencia contra periodistas
Preocupación constante y lamentable la violencia que viven los periodistas en nuestro país. Sobre todo, los periodistas locales por parte del crimen organizado.
En el Estado de Nayarit fue asesinado el cuarto periodista en lo que va del año. En esta ocasión se trató de Luis Martín Sánchez, corresponsal del periódico La Jornada. También fueron secuestrados los periodistas Jonathan Lara y Osiris Maldonado. Todo indica que se debió a su labor periodística. Los mecanismos de protección a los periodistas no cumplen con su objetivo y es algo que tendrá que realizar el Estado mexicano, para modificar la situación de que es uno de los más peligrosos para ejercer esta profesión.
Violencia como terror
Los hechos ocurridos en Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco, donde perdieron la vida 6 personas y resultaron heridas 14, debido a minas terrestres como parte de una trampa, fueron catalogados por el gobernador Enrique Alfaro como acto de terror brutal.
Todavía no existe la suficiente claridad sobre los hechos, pero la estrategia y el uso de explosivos ya lo vimos en Celaya en el mes de junio contra la propia Guardia Nacional. La violencia contra cuerpos de seguridad adquiere mayores dimensiones y eso no es posible ocultarlo.
Violencia en comunidades
La violencia que ejerce el crimen organizado en diferentes comunidades de nuestro país continúa. Muestra de ello fue el asesinato de Hipólito Mora en la comunidad de La Ruana, Michoacán, donde recibió más de mil disparos y posteriormente le prendieron fuego.
Una situación semejante existe con el nuevo grupo de autodefensa en Pantelhó en Chiapas, para expulsar a un grupo acusado de desaparecer a varias personas.
Las historias de la violencia en las comunidades están llenas de sufrimiento, de contrastes, de giros; de los cuales, parece que no hemos aprendido.
Violencia contra instituciones
Los acontecimientos sin precedentes en la capital del Estado de Guerrero que no han trascendido lo que debiera, porque estamos hablando de la ciudad más importante paralizada, el ataque a los cuerpos de seguridad, la colusión de la presidenta municipal y la toma de las sedes de los poderes del estado por centenares de personas presuntamente vinculadas al grupo de Los Ardillos.
No es cualquier cosa y deja ver el peor escenario de las instituciones en una entidad.
Base social del crimen organizado
Una de las novedades significativas ha sido la referencia de presidente López Obrador a la base social del crimen organizado.
En días anteriores, explicó que la penetración del crimen organizado inicio cuando el pueblo estaba abandonado. Llegaron estos grupos que entregaban despensas y posteriormente postulaban candidatos para ganar presidencias municipales con el fin de influir en las autoridades.
Una lectura muy propia del presidente; no obstante, el reconocimiento de que el crimen organizado ya cuenta con una base social nos dice de un nivel de evolución muy importante en nuestro país.
Hacia una renovada lectura
Los aspectos anteriores y seguramente algunos otros no considerados, debieran conducir a una lectura renovada de la violencia en nuestro país para actualizar estrategias y fortalecer acciones. Algunas cosas debieran preocuparnos y ocuparnos para construir una política de Estado para enfrentar el problema de la violencia con urgencia. Por el momento, no se observa nada de lo anterior y la realidad nos seguirá azotando con hechos lamentables.
