Claudia Fernanda Vargas Altamirano • Alumna de la Licenciatura en Psicología
Grandes enigmas y conflictos del ser humano están relacionados con la soledad, el sentirse solo en compañía de muchas personas o estar solo, y tomarlo como algo bueno o lo peor que nos puede pasar; depende del significado que cada quién le dé. Y es que, es de lo más íntimo, nadie puede experimentarla por nosotros, tal vez nos podemos sentir comprendidos por alguien que esté pasando por algo similar, pero cada quién sabe su realidad.
Dice Schopenhauer que el sentimiento feroz de tener que socializar como fin, tiene que ser fuertemente conquistado por el ser humano y esto se logra conquistando primero a la soledad, al mundo interior, renunciando a banalidades o diversiones que se van a terminar. La buena noticia es que la soledad nadie puede dártela ni quitártela, entonces si lo vemos así es un tesoro muy grande, el cual debemos valorar.
Para Nietzsche el hecho de aceptar la soledad, aceptar lo que hay interiormente: todos los sufrimientos y dolores, es afirmar la vida tal cual es. Menciona que las almas ascendentes son personas cargadas de valor que deciden conquistarse a sí mismas y sus instintos, o sea, que hay un dominio sobre el cuerpo.
Es un misterio del ser humano el sentimiento de soledad ¿De dónde viene? Y ¿Para qué sirve, si nacemos rodeados de tantas personas? Desde mi punto de vista estoy de acuerdo con Nietzsche, sirve para lograr el autoconocimiento y así dominarnos y entender nuestro «para qué», en la vida de los demás.
O sea, no significa que nos quedemos encerrados en nosotros mismos, sino que descubramos nuestras posibilidades del SER para así incorporar estas posibilidades con las ajenas, es decir, la entrega por el otro, porque también somos seres sociales, pues, ¿para qué conocernos a nosotros mismos si ese conocimiento se queda y se encierra sólo dentro de nosotros? Se queda estancado como aguas pantanosas.
Nos veríamos aislados como Shrek, quien vio la película, se da cuenta de que es feliz cuando está solo, pero es aún más feliz y descubre un significado más grande cuando comienza a vivir las aventuras de su vida con sus amigos y seres amados, porque revela todo lo que es capaz de hacer y la grandeza a la que fue llamado: trasciende su ser.
«La posibilidad de poder ser se agota en sí misma, por su propia finitud… Pues la existencia humana es movimiento, esfuerzo; el hombre se arroja hacia adelante, hacia posibilidades a realizar»
Heidegger