Mtro. Juan Pablo Ruiz Huerta · Profesor del Departamento de Ciencias Económico Administrativas (CEA), UNIVA Guadalajara
Hoy día, la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha creado un entorno de incertidumbre con malas decisiones como los libros de texto gratuitos, mismos que nacieron en la opacidad, con reducción de contenidos esenciales y con errores graves en distintas áreas. Esto pasa en la educación básica de las capitales de los estados, pero hay una educación que ha estado en el olvido por varios años, sexenios y diferentes gobiernos, la educación rural, esa que no recibe recursos, que sus aulas son de lámina, vagones de tren o incluso a la intemperie; son esas escuelas donde incluso nunca les llegan libros de texto y los maestros trabajan con materiales muy desactualizados, pero efectivos.
Actualmente, el Sistema Educativo Nacional se empeña en hacer más grande la brecha económico-social, donde podemos observar que las personas que tienen el poder económico de estudiar en el sector privado, pueden acceder a materiales y libros de texto con buen contenido. Después observamos que los del sector público se deben adecuar a lo que la secretaría y el gobierno Federal deciden y finalmente, los que menos tienen y muchas veces, los que más desean aprender, no reciben nada y tienen que trabajar con pocos materiales o con el conocimiento del maestro. Es una disparidad absoluta y muy marcada, esto no es nuevo, siempre ha existido, pero hoy es más visible, hoy hay avances tecnológicos que permiten equipar a una escuela rural con tecnología.
En el pasado, había excusas como en esa comunidad no llega el internet, o en esa comunidad no hay electricidad, sin embrago, hoy existe el internet satelital, se ha electrificado a más del 90 % del país y no deberían existir las excusas para ayudar a las escuelas rurales de distintas formas y hacer más robusto y efectivo este programa olvidado por años.
En las escuelas rurales se puede observar que los niños saben muy bien que su vida es difícil y que tienen pocas opciones, como continuar en la agricultura o actividades de las que viven sus padres, buscar el sueño americano o simplemente, buscar el camino de la delincuencia al no tener más opciones. El Sistema Educativo Nacional no está cumpliendo a cabalidad con su principal objetivo, no está brindado la misma educación, ni se preocupa por hacerlo, no está interesado en cambiar la vida de miles de niños, solo le interesa que se aprenda lo básico y después, que se pongan a trabajar en el campo o traigan remesas al país.
La educación es un derecho universal, no es un negocio y no es algo que se deba de tomar a la ligera, no basta con que cada año escolar los gobiernos regalen lista de útiles, uniformes y zapatos. Los niños y futuros profesionistas del país demandan calidad, infraestructura, tecnología en aulas y, sobre todo, interés por hacer de México un mejor lugar para vivir. La educación rural pide a gritos ayuda, es una educación con mucho potencial y muchas ganas de revertir su situación, solo hace falta lo mismo de hace cincuenta años, interés por parte de las autoridades para que los de abajo, como decía Mariano Azuela en su gran novela, se conviertan en el futuro prometedor de nuestro país.
